Como os comenté hace apenas unas semanas, los atletas recién hemos iniciado la pretemporada y con su llegada, os animo a que apostéis por practicar otros deportes o bien os propongáis nuevas metas. Yo que soy muy inquieta, he tomado rumbo a China para emprender un nuevo reto. Concretamente me desplacé a Suzhou, una ciudad cercana a Shanghái, en la provincia de Jiangsu, con más de 6 millones de habitantes. Allí me esperaba una competición repleta de novedades.
2014 Cup Wuzhong (Suzhou) “Around Taihu” International Race Walking and Walking Multi-day competition. Es el nombre que ha dado lugar a mi nuevo desafío.
Una competición a modo “Tour” de 4 etapas que incluyen diferentes distancias rodeando el lago Taihu. En ella se establecía una clasificación individual y por equipos y, además, ofrecían la posibilidad de que los marchadores “amateurs” compartiesen kilómetros con los profesionales. Porqué si los corredores aficionados pueden competir con los profesionales ¿Por qué no los marchadores? Pues de esta manera nos colocamos más de 5000 personas en la línea de salida para marchar ¡SORPRENDENTE!
Me gustaría hacer inciso en que los marchadores profesionales éramos juzgados por distintos jueces internacionales especializados. Y con una nueva reglamentación. La primera tarjeta suponía un aviso, ante la segunda tarjeta sufríamos la penalización de un minuto parados/as en box, la tercera tarjeta nos llevaba a estar dos minutos en box y la cuarta suponía la descalificación de la prueba.
Todo era nuevo, menos marchar, incluso mi actitud con la que afrontaba esta aventura. Mis zapatillas hace apenas unas semanas que han visto la luz así que mi prioridad en Suzhou no era un tiempo ni una posición, sino dejarme llevar por todo aquello que el presente estaba dispuesto a regalarme. Decidí salir a competir sin cronometro, olvidándome de las responsabilidades, de la presión y de todo aquello que debemos hacer antes de una gran cita para la que nos hemos preparado. En ocasiones ni me sentí atleta profesional.
Día 1
Miles de personas presenciaban el circuito. En “shock” me dejaron al bajar del autobús. Al acercarme para ver la salida sufrí una avalancha de aficionados que querían hacerse fotos. Así que no dudé en compartir ese momento con ellos y contagiarme de su alegría.
De repente me di cuenta que solo restaban 15 minutos para acudir a cámara de llamadas y aún tenía que calentar. Pero si en otra ocasión me hubiese atacado de los nervios porque es imprescindible realizar un adecuado calentamiento, en ese momento mi mente me susurro: hoy disfrutar es más importante que rendir, así que recréate con cada detalle. Y así hice. Eso sí, tuve que respetar a mis músculos y salir a un ritmo mucho más moderado en competición por precaución (tomad nota si llegáis justos a una carrera y no podéis calentar. Más vale empezar la competición en progresión que calentar a toda prisa).
Esta actitud me llevaba a disfrutar aún más todo lo que sucedía a mi alrededor. No iba pendiente de un tiempo, ni de un resultado, sino de escuchar a mi cuerpo y a mis emociones.
De 11.7km consistía la primera etapa alrededor del lago Taihu. Pasaban los kilómetros e iba “recogiendo cadáveres” hasta escalar a la quinta posición. Tan solo 4 chinas y la Sub-campeona de Europa me superaron. Menuda sorpresa me llevé al ver lo que conseguí sin que fuese mi prioridad. Por equipos (junto a las atletas Feitor y Agdniaszka) conseguimos colocarnos segundas detrás de China y por delante de Rusia, con tan solo 20 segundos de ventaja. POESPO fue el nombre que decidimos poner a nuestro “Team” (Portugal | España | Polonia).
Con una mezcla emocional de sorpresa, de disfrute y a la espera de vivir nuevas oportunidades me fui a la cama con ganas de saber lo que me depararía la segunda etapa.
Día 2
5.30 sonaba el despertador y qué extraña sensación, me despertaba para volver a competir. Como atleta de distancias largas no estoy acostumbrada a las eliminatorias o semifinales, ya que siempre son finales directas pero Qionglong me esperaba. Una zona repleta de espacios arquitectónicos típicos preciosos. En cuanto bajamos del autobús la prioridad de la mayoría era hacer fotos y más fotos como si fuésemos turistas.
Esta segunda etapa era de 12 kilómetros. Un circuito a modo montaña rusa de 6km en el que teníamos que dar dos vueltas. En esta ocasión me reservé más tiempo para calentar, pero aún así, decidí dejar pasar la “manada” durante los primeros metros. Competíamos chicas y chicos juntos, así que era difícil saber en qué posición iba. De menos a más me fijé en que me encontraba en el segundo grupo de cabeza. Y pasaron los kilómetros y alcancé al grupo líder. Lo siento, sí, soy competitiva aunque no fuese la intención. Pero allí la batalla era mucho más divertida. Finalmente conseguí ser cuarta clasificada escalando una posición respecto el día anterior. Por delante de mí, triunfo para la misma China Huanhuan, la Ucraniana Olyanovska también repitió segunda posición y tercera Yingliu (China).
Por equipos nos manteníamos segundas tras la potencia de CHINA. Y tercera ya no era RUSIA sino otro equipo CHINO al que le sacábamos 35 segundos de diferencia en la suma total. 15 segundos más de ventaja que la anterior etapa (20 segundos marcábamos de diferencia respecto al equipo ruso). La clasificación general, tanto individual como por equipos, va en función de la suma de tiempo de cada etapa.
Día 3
El “Montseny” Chino me esperaba o eso era lo que mi mente se imaginaba. Se comentaba que era una etapa muy dura, en subida, pero más corta. De camino al lugar recordé la mala visión que tenía del Montseny antes de conocerlo gracias a que antiguos compañeros de marcha confesaban no dormir la noche de antes sabiendo el entrenamiento tan duro que les esperaba. En el autocar me reía junto a mis pensamientos.
Dongshan tampoco defraudó. Un jardín alrededor del lago espectacular proporcionaba una paz eterna.
Se puso en marcha la tercera etapa y cada kilómetro que pasaba esperaba que fuese más exigente y para mi sorpresa ninguno era tanto como lo que imaginé. Era exigente, muy exigente, pero mi mente construyo subidas mucho peores, así que todo fue más fácil de lo esperado.
Iba en el grupo de cabeza hasta los últimos metros. Un voluntario con un tablón con mi número de dorsal me indicaba la parada en box de 1 minuto. No me lo podía creer. Sanción por técnica. Si es cruel sufrir esa parada imaginaros ver la meta a 300 metros y como tus rivales pasan mientras tú has de estar parada. Toda una autentica tortura china!! Tras el minuto, completé los metros que quedaban para finalizar la prueba en decimo quinta posición. Este resultado suponía seguir 3ª en la clasificación general individual pero ya tan solo con dos segundos de ventaja respecto a la cuarta clasificada. Y por equipos pasamos a ser cuartas.
A priori me decepcione mucho pero rápidamente me exigí cambiar la mentalidad. No había ido allí en búsqueda de un resultado sino de disfrutar de la experiencia, por lo tanto, tuve que trabajar la actitud para ser firme con mi objetivo.
Día 4
Última oportunidad. La etapa más larga, cansancio acumulado, atletas “reservones”. Tocaba jugarse la última carta. Teníamos tiempos de referencia individuales y de equipos. El dorsal de las Chinas 207, 204 y el 2024 de Rusia eran los números a los que debía estar más atenta. A todas les llevaba escasos segundos de ventaja ya que debido a la sanción del día anterior me recortaron el margen. Todas las que encabezamos la general del Tour y nuevas marchadoras chinas (se podía participar en etapas exclusivas pero entonces no sumaban tiempos para la clasificación general del Tour) hicimos una piña. Poco a poco íbamos progresando, adelantando a numerososchicos.
En el km 12 me descolgué del grupo y más tarde lo hizo la china con el dorsal 207. Décima clasificada en la última etapa. Pero como os he comentado anteriormente, no todas las atletas tomaron la salida en las 4 etapas por lo que competían con la ventaja del descanso.
En mi caso lo más atractivo de este reto era saber cómo nos recuperábamos y como podía mantener el equilibrio competitivo continuo. Pensar que hoy he competido y que mañana también lo haré era una sensación curiosa que mantenía mi estimulo de inquietud despierto y eso me encantaba. Además, rodearte de un ambiente en el que se estaba pendiente de las clasificaciones de los otros, ver como la gente recurría a métodos caseros o bien se masajeaban ellos mismo para recuperarse para el día siguiente, parecía una lucha de supervivencia por descubrir quién sería el que más rendiría.
Finalmente, puedo estar plenamente satisfecha. CUARTA clasificada en la clasificación general individual del Tour (tras la Sub-Campeona de Europa en Zúrich y dos chinas del equipo nacional) a 53 segundos de la tercera clasificada. Por equipos, TERCERAS tras la potente China que consiguieron oro y plata.
Y a parte de un sorprendente resultado me llevo lo más importante: haber construido una nueva experiencia maravillosa gracias a “Run the world”.
@RaquelGlzCampos
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