Yuki Kawauchi es un funcionario japonés que trabaja en una escuela pública a unos 50 kms de Tokio y que ya empieza a ser muy conocido entre todos los que seguimos las grandes maratones internacionales.
Su gran pasión, al igual que la de muchísimos compatriotas suyos es correr, especialmente la maratón, toda una religión en aquel país. Antes o después de su trabajo diario entrena con sus series, rodajes largos e incluso carreras por monte, en principio como cualquier otro corredor popular.
Lo que diferencia a este atleta de todos los demás, lo que le ha hecho mundialmente famoso y admirado es que desafía todas las leyes y normas relativas a esta disciplina: en 2012 corrió 10 maratones con unos resultados extraordinarios (ganó en 6) y en 2013 otros 11 consiguiendo marcas de atleta de élite que enlaza carrera tras carrera, rondando el 2h10m.
Este es un caso extremo y único de un atleta que ha llegado a disputar 2 maratones en quince días con marcas de 2h09m y 2h12m.
Hay muchos otros atletas que impulsados por diferentes motivaciones corren igualmente muchas veces esa distancia al año, incluso tenemos el conocido ejemplo del gran Ricardo Abad, que entre otros muchos retos consiguió completar 500 maratones en 500 días consecutivos.
Pero, dejando al margen a atletas realmente extraordinarios y que se salen de lo habitual, ¿cuántos maratones podemos disputar al año a tope?
Si partimos de que la preparación específica para esta carrera suele rondar, como mínimo, las 10 semanas a las que hay que añadir algunas más de trabajo general (en las que se pueden preparar carreras más cortas) y el obligado descanso postcarrera, esto nos llevaría a que cada periodo de maraton nos ocupa de unas 15 a 18 semanas. Haciendo cuentas parece claro que como máximo podríamos disputar 3 al año, pero teniendo en cuenta, entre otras variables que veremos más adelante, que para poder encajar este tercer objetivo seguramente tengamos que olvidarnos de otros, e incluso en ese caso los plazos son demasiado ajustados. En realidad lo más recomendable sería preparar 2 de forma que además de tenerlos bien separados en la temporada nos diera tiempo de añadir más objetivos como medias maratones, carreras populares, cross, etc... que además contribuirían positivamente para la consecución de las marcas buscadas en las pruebas de maraton.
Y si los disputamos a tope...
Estamos hablando del supuesto del atleta que, independientemente de que se mueva en marcas de 2h30m, 3h30m ó 5h, va a intentar disputarlos a tope, buscando mejorar tiempo o al menos el mejor tiempo al que puede aspirar en función de las circunstancias que han rodeado su preparación. Caso distinto es el del atleta que enlaza muchas maratones con el objetivo de acabar, de disfrutar del ambiente o de conocer sitios nuevos sin estar presionado por el cronómetro, que tiene otra filosofía y cuya motivación es bien distinta aunque igualmente loable.
¿Y por qué no se puede hacer una maratón a tope cada 2 meses o menos? La preparación en sí misma tiene un desgaste físico y psicológico importantísimos, más incluso que la propia carrera en sí, la maratón es la culminación de todo es trabajo anterior ya que hemos invertido mucho tiempo y energía centrando todos nuestros esfuerzos y volcándonos en intentar conseguir ese objetivo.
"Lo más duro de la maratón es la preparación"
Muchos corredores sufren las semanas posteriores a la carrera un agotamiento general, se han quedado "vacíos" y no tienen el cuerpo ni la cabeza para esfuerzos grandes, ni siquiera para pensar en ellos. Han sido semanas de acumular kilómetros, de tiradas largas, de series y de cuestas, de rodajes de recuperación y de rodajes fuertes, de días buenos y malos, mejores y peores con lluvia, frío o calor, encajando muchas piezas para conseguir sacar el tiempo necesario para entrenar, entrenamientos en los que hemos pasado de la euforia de un día bueno a la desmoralización absoluta al siguiente, de grandes sacrificios,...de vivir cansado.
¿Por qué es importante dosificar?
Todo ello pasa necesariamente factura por muy bien que nos haya salido la carrera, aunque hayamos mejorado marca y aunque hayamos tenido buenas sensaciones hasta el último kilómetro de la prueba. A pesar de que a los pocos días pensemos que nos hemos recuperado bien no es así. Siempre hay excepciones y todos conocemos atletas populares que enseguida están quemando zapatilla, pero si esta prueba tan especial se ha preparado con cuidado, con una buena planificación y se ha disputado a tope, en la mayoría de los casos vamos a necesitar unas semanas (hasta 3 ó 4 dicen muchos entrenadores y médicos deportivos) hasta poder empezar a entrenar con cierta normalidad en cuanto a intensidad, niveles de fuerza y motivación necesarias aunque esto último es más relativo y depende de cada uno.
Si queremos seguir muchos años disputando maratones tenemos que dosificarnos y elegirlos bien para poderlos preparar en las mejores condiciones, pero si primamos la cantidad, tampoco exenta de esfuerzo y sacrificio, la cosa cambia totalmente.
- ¿Y a ti, cuántos maratones te gusta preparar al año?
Foto: Brooks
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