El esguince de tobillo es una de las lesiones más comunes entre los runners. Un bordillo, una piedra o simplemente una mala pisada provoca la elongación de los ligamentos que rodean el tobillo y se produce la lesión. Según datos de Sanitas, en España 6 de cada 1000 personas que acuden a urgencias lo hacen por un esguince de tobillo.
Os hemos preparado un vídeo con el Fisioterapeuta Raúl Rebollo, le podéis encontrar en www.fisioterapialeioa.com en el que vamos a dar respuesta a las 8 preguntas que surgen cuando nos producimos un esguince de tobillo. Explicadas de forma muy sencilla para que podamos entender y tratar la lesión:
¿En qué consiste un esguince de tobillo?
Un esguince de tobillo es una lesión de los ligamentos muy frecuente tanto en la vida diaria como en la deportiva. Se produce como resultado de giros forzados (internos - externos) sobre la extremidad en una articulación tipo bisagra que recibe grandes cargas especialmente en carrera.
Clasificación de los diferentes tipos de esguinces de tobillo:
- Grado I (leve). Desgarro leve fibrilar por movimiento lateral forzado. Dolor tardío e inmediato que no impide proseguir con el esfuerzo.
- Grado II (moderado). Rotura total o parcial de alguna fibrilla ligamentosa aislada de componente periférico.
- Grado III (grave). Lesión total o parcial de alguna fibrilla ligamentosa acompañada de lesiones óseas.
Casi el 90% de los esguinces de tobillo se producen cuando el talón del pie se gira hacia dentro, provocando que el tobillo se desplace fuera de su eje de movimiento. Estas lesiones también llamadas de «inversión» ocasionan en los ligamentos exteriores o laterales de la rodilla una distensión aguda.
Al sufrir un esguince de tobillo, hay veces que se escucha un chasquido o una crepitación, y se tiene una sensación de "desprendimiento" cuando el esguince es grave y un ligamento se ha desgarrado o se ha llegado a fracturar el hueso. El esguince puede resultar muy doloroso, empeorando el dolor al mover el tobillo. Si el esguince es importante, es posible que no seamos capaces de cargar peso sobre la pierna.
Además, puede aparecer hinchazón y hematomas. La hinchazón se presenta poco después de producirse la lesión, pero el hematoma puede tardar hasta 24 horas en formarse por completo. La hinchazón alrededor del tobillo puede dificultar la movilidad del pie y provocar la inestabilidad del tobillo.
Aunque el tratamiento del esguince no suele conllevar complicaciones, para Carlos Díez "es importantísimo acudir al médico o especialista pues siempre es bueno conocer cuál es el protocolo de actuación que debemos llevar a cabo si sufrimos un esguince. Es de vital importancia seguir adecuadamente el proceso indicado por el médico para la recuperación si no queremos arrastrar la lesión durante mucho tiempo".
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Cómo evitar sufrir un esguince de tobillo
Prevención, prevención y prevención. Si ya hemos sufrido un esguince de tobillo, tenemos muchas más probabilidades de sufrirlo de nuevo, por lo que debemos ir con cuidado a la hora de realizar esfuerzos o deporte. En ese caso puede utilizar una férula o una venda que mantenga firme el tobillo pero permitiendo su movilidad. Antes de realizar cualquier ejercicio, es vital realizar un buen calentamiento o estiramiento de la zona, pues eso reduce sensiblemente la posibilidad de sufrir un esguince.
Otra de las cosas que puede ayudarnos a prevenir la lesión es el fortalecimiento de la zona con ejercicios continuados. No se trata de realizar sesiones esporádicas que exijan demasiado esfuerzo, sino de seguir un entrenamiento moderado y continuado que refuerce la musculatura de la zona.
Cómo tratar el esguince de tobillo
Todas las lesiones de los tejidos blandos requieren la aplicación de primeros auxilios con carácter inmediato, entre los procedimientos a seguir destacan:
Una vez que la lesión aparece es muy importante el reposo de la zona lesionada. No hay que forzar el tobillo y debemos procurar no apoyarnos en él. Si podemos, es mejor tratar de mantenerlo apoyado y por encima del nivel del corazón, lo que reducirá el edema.
Podemos aplicar un tratamiento de frío usando hielo o una bolsa de perlas congeladas para reducir la hinchazón y el hematoma. Es muy importante que no apliquemos el hielo directamente sobre la piel porque podemos quemarla. Lo mejor es utilizar un paño o gasas para cubrir el tobillo. EN EL VÍDEO OS EXPLICAMOS CÓMO HACERLO CORRECTAMENTE
Otra de las recomendaciones para tratar un esguince inmediatamente después de haber sucedido es el uso de un vendaje que comprima el tobillo. Con esto conseguiremos reducir la hinchazón, lo que nos ayudará a inmovilizar la articulación.
No debemos aplicar tratamientos de calor en el tobillo, como baños calientes o bolsas de agua, al poco de aparecer la lesión. Este tipo de métodos tienen un efecto calmante pero activan la circulación sanguínea y beneficia la hinchazón y el surgimiento de hematomas. Sí se puede usar calor varios días después de lesionarse.
El tratamiento posterior de un esguince dependerá de su gravedad. Pasados varios días, si no es muy grave y siempre y cuando haya desaparecido la hinchazón, deberemos reiniciar el movimiento de manera moderada para no perder fuerza muscular. Al principio, los movimientos pueden ser rotatorios y de arriba abajo. Nunca hay que realizar un movimiento que nos provoque más dolor del que tenemos y debemos tratar de aumentar el rango del movimiento día a día.
Es muy importante acudir al médico siempre que el dolor o la hinchazón no remitan después de unos días o no podamos cargar ningún peso con la pierna afectada pasado ese tiempo. Debemos hacerlo si, además, sufrimos un dolor intenso o tenemos hinchazón en alguna zona ósea del pie u observamos un cambio evidente en la forma del tobillo.
Si el médico del deporte así nos lo recomienda, podemos acudir a un fisioterapeuta, que nos indicará qué ejercicios realizar y nos aplicará masaje, calor, ultrasonidos u otros tratamientos. Los deportistas profesionales y aquellas personas que practican deportes de competición pueden acudir también a un especialista en medicina deportiva. El doctor Carlos Díez recomienda que "en el caso de que el desagarro de los ligamentos no mejore, habría que ponerlo en manos de los traumatólogos para que consideren las alternativas terapéuticas posibles entre las cuales está la cirugía".
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