Así he vivido la Maratón de Berlín

Así he vivido la Maratón de Berlín
Begoña Beristain
Begoña Beristain
El blog de Bego Beristain
Publicado el 18-09-2018

Quienes hemos corrido la edición número 45 de la Maratón de Berlín hemos recibido un regalo extra: podremos contar a nuestras nieta/os que corrimos la misma carrera que Eliud Kipchoge, el hombre más rápido del planeta en correr una maratón, y en el mismo día en que se pulverizó el anterior récord del mundo. 02h. 01m. 39s., el tiempo que el keniata invirtió en correr esta maratón, ha quedado ya grabado en nuestra memoria para siempre.

Ya tenemos todos los detalles del maratón de Berlin 2019.

Cabía esa posibilidad, que Kipchoge arañase unos segundos al crono, pero que le metiese a la marca un bocado de más de un minuto parecía una quimera. Ahora sabemos que el gran Kipchoge estaba preparado para hacerlo. 

Nos sentimos atletas elite

El momento en el que, instalados ya los participantes en sus cajones de salida, la megafonía anunciaba el inicio de la prueba y veíamos por las pantallas las imágenes de Kipchoge y sus rivales dando las primeras zancadas, ese momento,  hizo que los y las corredoras nos sintiésemos élite.  Estábamos en la misma carrera que el hombre que probablemente batiría el récord del mundo. Nuestros pies iban a pisar por las mismas calles, el mismo día. Podía obrarse el milagro. Y se obró. 

Nike Zoom Vaporfly 4% Flyknit, las zapatillas de running de Eliud Kipchoge, el maratoniano más rápido del planeta

Yo me enteré de la noticia cuando iba por el kilómetro 20. Un hombre empezó a gritar algo en alemán, con lo que no entendí nada. Pero escuché el nombre de Kipchoge y le pedí q nos lo dijese en inglés. Efectivamente, nos dijo, se había batido el récord del mundo. Un par de kilómetros después, una improvisada pancarta hecha por un aficionado que presenciaba la carrera, lo confirmaba. Kipchoge le había metido más de un minuto al récord vigente. Gritos de admiración, subidón general y Eliud Eliud Eliud sonando en las calles de Berlín.

Kipchoge, uno más

Así que he tenido la inmensa suerte de vivir ese momento en primera persona. Y no sólo eso. Para la noche, la organización de la maratón había preparado una fiesta en una discoteca a la que estábamos invitados todos los runners que habíamos corrido los 42 kilómetros. Hacia las diez de la noche, los tres ganadores y las tres ganadoras de la Maratón llegaron a la fiesta. Aparecieron en un escenario, todos salvo Eliud. ¿No estaba en la fiesta? ¡Sí! Pero no quiso que le viésemos de lejos sino que quiso mezclarse con los y las corredoras y subió al escenario después de cruzar una pista de baile abarrotada de gente. Fue un momento mágico.  Teníamos al supersónico Kipchoge al alcance de la mano. Una vez en el escenario, chocó manos desde arriba, firmó dorsales, nos jaleó e invitó a que cantásemos con él la mítica canción de "We are the champions". Emociona mucho recordar esa noche. Ha sido un regalo extraordinario vivir todo esto. Cada maratón es un premio que nos da la vida, pero esta ha tenido un plus que ni habíamos soñado.

Ojalá que en la Maratón de Berlín 2019 se vuelva a vivir algo similar pero en categoría femenina. Y no estoy diciendo nada descabellado.  La ganadora de esta edición, Gladys Cherono, arañó también un minuto a su propia marca y paró el crono en 02.18.11. El actual récord de mujeres esta en 02.17.01 y Cherono confirmó en la fiesta que su reto es batirlo. Lo intentará el año que viene. Está a segundos de lograrlo. ¿Lo conseguirá?

Así fue mi maratón

Así he vivido la Maratón de Berlín

Al margen de todo lo contado, la maratón de Berlín me ha parecido una de esas grandes carreras que todo corredor/a debe hacer alguna vez en su vida. Una "major" en toda regla. Por organización y por recorrido merece una altísima nota, aunque lo de llana llana no sé yo si es. así. Me sale un desnivel acumulado de unos 400 metros, que puede no ser nada en 42 kilómetros pero que significa que cuando no estás bajando estas subiendo.

Algo que sí o sí tiene que funcionar a la perfección en una carrera, especialmente en una maratón, son los avituallamientos. No faltó líquido ni puestos para beber a lo largo del recorrido pero creo, y así me lo han trasladado otros corredores, que deberían darle una vuelta a este tema. Las mesas se colocan solo en el lado derecho del recorrido, salvo los dos primeros que están a ambos lados, con lo que te ves obligada a desplazarte de un lado a otro para beber. Con tantas personas corriendo al mismo tiempo, las aglomeraciones son frecuentes en todos los puestos e incluso te obligan a parar en la mayoría de ellos. Alargar las mesas y colocarlos en ambos lados donde se pueda, haría más fluida la carrera. No estaría mal tampoco que se sustituyesen los vasos de plástico por otro material más sostenible y que no convirtiese el asfalto en un mar de vasos que crujen según se pisan. Los vasos reutilizables probados en esta edición eran escasos y prácticamente no se utilizaron.

Perfecto el control sanitario. No hubo ninguna incidencia grave en toda la maratón aunque fueron algo más de cuatro mil los corredores que se retiraron antes de llegar a la meta por distintas circunstancias. Ver continuamente al personal sanitario entre la masa de corredores tranquiliza. Vi como ayudaban a bastante gente con problemas musculares e incluso hay un puesto de fisioterapeutas en el kilómetro 25 por si les necesitas.

En cuanto a la animación me esperaba una ciudad mucho más viva. Ni de lejos se parece a la Maratón de Nueva York en esto. Allí sientes el calor del público en cada metro del recorrido, con gritos, pancartas, jaleo, música, rock más roll... Berlín no se le acerca. Hay un par de puntos calientes pero ni en intensidad ni en cariño se acerca a NY. Los asistentes no jalean, no te llaman, no te miran a los ojos, no te chocan las manos. Fijaros que creo no equivocarme si digo que, por ejemplo, la Maratón de Valencia (la he corrido dos veces) supera con creces a Berlín en animación. Bueno, realmente la de Valencia podría ser una major perfectamente. 

Lo que podría mejorar

Otra de las cosas que creo deberían cambiar en Berlín es el sistema de medición de tiempo. O tienes tu propio chip o lo alquilas a la organización. Te lo colocas en la zapatilla, como toda la vida, y cuando finaliza la carrera tienes que devolverlo. No, no hay nadie que ayude a los y las corredoras a quitarlo. Después de correr 42 kilómetros, agacharse, soltar los cordones de la zapa y entregar el chip cuesta horrores. Sobre todo si el lugar en el que tienes que entregarlo no está perfectamente identificado. No entregarlo te cuesta la friolera de 25 euros como penalización así que más vale que dobles las piernas como puedas y lo entregues. El sistema de lectura de tiempos colocado en el dorsal facilitaría las cosas a los maratonianos/as.

Casi 45.000 personas tomamos la salida. 40.775 llegamos a la meta. Todos y todas ganadoras, porque el mero hecho de llegar al final, tardes lo que tardes, ya es una proeza. Sólo quien ha corrido una maratón sabe lo difícil que resulta, el esfuerzo extraordinario que representa y la batalla física y mental que se libra a lo largo del recorrido. Por eso no es tan importante el resultado para los y las corredoras populares. Lo verdaderamente importante, la victoria real, es el esfuerzo total de haberla superado, sin más. Claro que nos gusta superarnos, hacerlo más rápido cada vez, pero si esto nos impide disfrutar del apasionante viaje que es preparar y correr una maratón, no merece la pena.

Dorsal para la maratón de Chicago 2019 garantizado

Así he vivido la Maratón de Berlín

A mí la maratón de Berlín se me ha dado un poco peor de lo previsto en lo que a tiempo se refiere. Entrenar en verano complica la preparación y correr con calor ralentiza. La mañana salió soleada y para las 9.30, mi hora de salida, el sol ya pegaba de lleno. La suerte es que gran parte del recorrido discurre por superficie arbolada y con sombra. Así todo, a partir del kilómetro 24 las piernas me pesaban como losas y tenía sed continuamente. Tanto es así que el chupito de agua o isotónico que pensaba tomarme en cada avituallamiento se convirtió en un vaso entero y según avanzaba la carrera, en dos. Lo necesitaba. 

El miedo a la deshidratación me hizo decidir que más valía perder tiempo en avituallar que jugarme el llegar a la meta. Tengo experiencia en deshidratarme en una maratón, París 2015, y sé que no quiero que vuelva a ocurrir. Total que me olvidé de la marca prevista y me dije a mi misma: Bego, reductora, líquido y hasta la meta. Y así fue como llegue a la Puerta de Brandenburgo, la crucé por su arco central y me plante en la meta de mi maratón número 11.

Lo bueno es que, por sexo y edad, mi marca en Berlín me sirve para garantizarme el dorsal en Chicago 2019. 7 de octubre 2019. Espero que sea mi tercera major.

Curiosidades

Hablando de las majors, sabéis que cuando completas las seis (Tokio, Berlín, Londres, Nueva York, Chicago y Boston) te ganas el medallón que te identifica como corredor de las Six Majors. Varias personas se hicieron con él en Berlín. Tú notificas a la organización que es tu última major, lo acreditas y una persona te está esperando en meta para colocarte el medallón.  Me dieron envidia quienes lo recogieron. Además fueron homenajeados en la fiesta nocturna, así que intentaré conseguir uno.

El que batió Kipchoge no fue el único récord que se logró el domingo. Kantri Pramod recibió su certificado Guinnes de los récords como mujer más rápida en correr una maratón vestida con un traje regional, un sari indio concretamente. Logró llegar a la meta vestida como se ve en la foto. Un orgullo que esta mujer corra por el mundo llevando su vestimenta como símbolo.

Así he vivido la Maratón de Berlín

Hay miles de historias en una maratón.  Tantas como personas la corren. Me impresionó  la de Klaus Dieter Knapp, el único corredor al que se le permite tomar la salida hora y cuarto antes de que se de el pistoletazo. Es un corredor que padece una paraplejia incompleta pero que sigue retando a la maratón.  Invierte algo más de ocho horas en completar el recorrido y lo ha hecho ya en 34 ediciones. Me crucé con el casi al final de la carrera y pensé que algo iba mal por si forma de correr. Después conocí su historia y me sentí orgullosa de participar en una prueba inclusiva.

Tengo muchas más historias de la Maratón de Berlín pero en algún momento hay que parar así que aquí lo dejo.

Mientras pueda seguiré recorriendo el mundo con las zapas puestas y descubriendo nuevas historias. Espero seguir contándolas.  

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Comentarios de Así he vivido la Maratón de Berlín

Mostrando 1 de 1 comentarios
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18/09/2018 11:14:18
javisanchezb

Enhorabuena Bego. Otro m?s. Lo del desnivel acumulado es por los errores que nos dan los relojes. Seg?n mi Garmin, en Berl?n el desnivel es de 241 metros. Ning?n reloj es muy exacto en ese apartado. Suerte para Chicago.

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El blog de Bego Beristain

Licenciada en ciencias de la información. Colabora en diversos medios como Onda Vasca , Deia o EITB. Maratoniana y amante de nuevos retos running.