Manías de los corredores ¿A qué tú también tienes alguna?

Manías de los corredores ¿A qué tú también tienes alguna?
Imanol Loizaga
Imanol Loizaga
Runneante senior
Publicado el 04-06-2014

Seamos sinceros: ninguno nos salvamos de las manías que todos los corredores tenemos en los días, horas e incluso minutos previos a la competición. Manías con la ropa, con la alimentación, con las rutinas pre-carrera, con cientos de cosas, algunas realmente disparatadas, extravagantes y divertidas, pero que para cada uno de nosotros resultan importantísimas y clave en el resultado final. Tenemos para todo tipo de competiciones e incluso varían unas u otras en función de cuál sea la carrera: cuanto más importante para nosotros es ésta, más manías acumulamos y la palma se la lleva, cómo no, la maratón.

Hay quien se pasa la víspera del día D intentando no gastar nada de energía gratuitamente, buscando cualquier esquina o asiento para no cansar las piernas o pasando el rato en la cola de la caja del supermercado estirando disimuladamente (o no tan disimuladamente) los gemelos sobre el expositor de pilas alcalinas que, en el mejor de los casos, milagrosamente no terminan desparramadas por el suelo.

Hay quien controla exactamente los gramos de macarrones que va a comer, por supuesto siempre de la misma marca, el tiempo exacto de cocción (minutos y segundos), los mililitros de agua y/o isotónicos que necesita para asimilarlos y la duración precia de la siesta. El peso minuciosamente controlado tres veces al día, no va ya a ser que unos gramos de más sean una pesada losa que cargar durante la carrera.

Hay quien empieza a usar las zapatillas con las que va a competir unas semanas antes de forma que al llegar a la maratón tengan hechos ya entre 105 y 110 kms, ni uno más ni uno menos. Y el chip sujeto siempre en la derecha (¿o era la izquierda?) con el mismo extraño lazo que luego tardará días en soltarlo.

Hay quien guarda como oro en paño los calcetines con los que consiguió mejorar marca en varias ocasiones y sólo los utiliza para las carreras señaladas (a pesar de algún que otro agujero ya); o al contrario, estrena un par en cada cita importante (previo uso una vez para probarlos). Igualmente ocurre con el pantalón o con los 4, en su día brillantes y dorados, pero ahora muy oxidados imperdibles con los que sujetar el dorsal: tienen que ser esos y no otros, ¿verdad?

Hay quien...Sí, parece que estamos exagerando, que nadie en su sano juicio es capaz de tener estas excéntricas costumbres, pero no son ni más ni menos que ejemplos de lo que atletas con nombre y apellido me han contado, gente seria y juiciosa en su vida cotidiana (o al menos como tal los considero) si exceptuamos cuando llega la hora de ponerse un dorsal. 

Y sí, por supuesto, alguna de esas manías las tiene el que firma este artículo.

1000 historias que contar

Con la indumentaria, con el desayuno, con las canciones en el coche camino de la carrera,… Y así mil historias que contar. Eso sí, tomándolo un poco a broma casi pensamos que son aspectos cruciales para lograr el éxito, mejor dicho al revés: si no podemos seguir nuestros rituales pensamos que esta nuestra dura empresa está abocada al fracaso. Porque si no ¿para qué habrá servido tanto entrenamiento, tanto esfuerzo y sacrificio si no encuentro las chancletas con las que siempre me ducho tras los 42195 metros ni estiro exactamente 23 segundos el cuádriceps izquierdo 4 minutos antes del pistoletazo de salida?

Todas estas cosas nos hacen sentir más tranquilos y no hacen daño a nadie, así que no parece haber motivo para prescindir de ellas. Eso sí, podría llegar a convertirse en algo preocupante cuando por fallarnos alguno de estos detalles nos vengamos abajo o carguemos las culpas de un mal día a que, por ejemplo, nos ha atendido alguien distinto al habitual en el peaje de la autopista al dirigirnos a la carrera.

De esta forma tenemos a los corredores que a pesar del transcurso de los años siguen manteniendo sus particulares pautas, normalmente referidas a la alimentación de los días anteriores y a la vestimenta, pero también hay otros que poco a poco van abandonando sus rituales quedándose con unas pocos detalles, pero centrándose en la regla fundamental para todos el día de la carrera: 

NO PROBAR COSAS NUEVAS

  • No comer algo distinto a lo habitual: ni café si no estamos acostumbrados, ni lo que hemos leído que desayuna Gebrselassie antes de batir records del mundo si no es lo nuestro tampoco. 
  • No estrenar zapatillas de running o ropa: ya habrá tiempo de ponernos guapos con las mallas que nos han regalado por el cumpleaños. 
  • No tomar durante la competición ningún avituallamiento, bebida o geles que no se hayan probado con éxito antes: cuántos han tenido que hacer una parada técnica para pasar por el baño (si se le puede llamar baño a colocarse detrás de unos arbustos) a mitad de carrera por una reacción inesperada. 
  • No hacer un calentamiento distinto al que solamos hacer en otras ocasiones para esa misma distancia de carrera. 
  • Y en definitiva dejar para cualquier otro día los experimentos. 

Como hemos comentado cada uno tenemos nuestras manías, algunas chocantes, estrafalarias e incluso inconfesables, pero mientras sean inofensivas, ¿por qué prescindir de ellas?

Y tú, ¿qué manías tienes? No te cortes, ¡Anímate y cuéntalas! . Puedes hacerlo en twitter ¿Nos sigues? @runnea_com

Foto: Saucony

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Campeón de España de Maratón Veteranos. Sígueme @ImanloLoizaga