Electroestimulación deportiva, beneficios y contraindicaciones

Electroestimulación deportiva, beneficios y contraindicaciones
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Redacción RUNNEA Team
Publicado el 31-01-2017

En los últimos años se ha puesto de moda un técnica que aunque parezca relativamente moderna no lo es tanto y que asegura tener efectos milagrosos sobre nuestro cuerpo a la hora de moldearlo sin realizar apenas esfuerzo, es decir, como una especie de gimnasia pasiva que se puede hacer mientras vemos el televisor o navegamos con nuestra tableta sentados en el sofá de casa. Y por otro lado tenemos otra variante de esa técnica, más acorde con la realidad, que consiste en aplicarla cuando estamos ejercitándonos. 

Estamos hablando de la electroestimulación o mejor dicho de la electroestimulación muscular (EEM) o también estimulación neuromuscular eléctrica (ENE), como la denomina la Wikipedia.

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Esta forma de electroterapia utiliza la corriente eléctrica para provocar una contracción muscular: el aparato electroestimulador es un generador de corriente que se conecta con nuestro cuerpo por medio de unos electrodos situados de forma estratégica, mediante los cuales envía un impulso eléctrico al nervio motor y eso provoca, de una forma un tanto 'artificial', la contracción del músculo.

La electroestimulación, al contrario de lo que mucha gente pudiera pensar, no es tan contemporánea como pudiera parecer. Esta técnica comenzó a desarrollarse en las décadas de los años 60 y 70 en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en el mundo del deporte para potenciar el rendimiento del entrenamiento. Posteriormente, se ha traslado al campo de la medicina, utilizándose con fines terapéuticos y rehabilitadores, sobre todo a la hora de tratar cierto tipo de dolencias y lesiones.

. La mayoría de ellos están diseñados para ser utilizados en casa sin ningún tipo de riesgo para los usuarios y vienen configurados de fábrica con programas ya definidos en función del tratamiento que deseemos seguir: recuperar el tono muscular, minorar el dolor o disminuir la inflamación, entre otros.

En definitiva, esta técnica de electroterapia  se puede separar en dos grandes bloques, siempre dependiendo de la finalidad para la que sea empleada: la electroestimulación como un complemento del entrenamiento y la electroestimulación como fin terapéutico.

Electroestimulación como parte complementaria del entrenamiento

A día de hoy, los electroestimuladores se han convertido en un breve espacio de tiempo en una especie de atractivos 'gadgets' para un gran número de personas que realizan un entrenamiento completo y exhaustivo, siendo uno de los métodos complementarios para trabajar diferentes grupos musculares de manera aislada. La evolución de estos aparatos es tal, que en algunos gimnasios elitistas de ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, ya los utilizan algunos usuarios en forma de chalecos y mallas que transmiten impulsos eléctricos mientras se ejercitan en las distintas máquinas.

Sin embargo, todavía no ha podido refutarse con estudios científicos si contribuye a mejorar el rendimiento del entrenamiento, además de cómo y en qué medida lo hace. En cualquier caso, es innegable que la electroestimulación se usa cada vez más como una parte complementaria del entrenamiento y cada día cuenta con mayor número de adeptos entre sus filas. Aunque su uso más frecuente suele ser de forma estática - al igual que se hace en el tratamiento de una lesión- parece que resulta mucho más efectiva de manera dinámica.

Electroestimulación como tratamiento para recuperarte de una lesión

Cuando practicamos cualquier deporte corremos el riesgo de lesionarnos con lo que eso conlleva. En el mejor de los casos, nos imposibilitaría correr durante un cierto periodo de tiempo. En el peor, puede que nos fracturemos algún hueso de una extremidad y tenga que estar inmovilizada varias semanas. En este caso, la musculatura de esa parte del cuerpo, al no ser ejercitada, se atrofia con gran rapidez.

Es justamente en este hipotético escenario cuando la electroestimulación cobra una gran importancia, ya que resulta fundamental volver a recuperar la movilidad y flexibilidad de las articulaciones que han permanecido inmóviles durante un determinado período de tiempo. Una excelente forma de trabajar y ejercitar la musculatura para que recupere su tono óptimo es esta técnica de electroterapia.

La estimulación neuromuscular eléctrica posibilita trabajar los músculos afectados de forma estática, algo que resulta muy beneficioso durante los primeros días, una vez que hemos superado el período de inmovilización. En función del programa elegido por el usuario, variará la duración del impulso eléctrico como la intensidad del mismo.

Aunque lo más recomendable sería consultar a un fisioterapeuta y a pesar de que los aparatos de electroestimulación muscular para uso particular están diseñados para evitar cualquier tipo de daño, conviene leer el manual del fabricante y utilizarlo siempre con sentido común.

En definitiva, la estimulación neuromuscular eléctrica puede resultar de gran utilidad para recuperarnos de una lesión determinada y también se puede utilizar como complemento para las sesiones de entrenamiento, pero sin contar con los efectos milagrosos que nos quieren vender en las campañas de publicidad y marketing.

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