Dentro del mundo del running convive una disciplina apasionante que se lleva a cabo en entornos naturales y que dota a las pruebas de una espectacularidad digna de mención. Te estoy hablando del trail running: una modalidad deportiva que aúna correr sorteando los diferentes obstáculos que presenta la naturaleza.
Que el trail running está de moda, es una realidad fuera de toda duda. Solamente hay que echar un vistazo a los catálogos de las principales firmas deportivas que cuentan en su haber con calzado de running especializado en montaña para darse cuenta que el número de adeptos a la disciplina del trail va en aumento año tras año.
Dentro de esta disciplina puedes encontrar carreras muy variopintas y no siempre las pruebas más duras son necesariamente las que más kilómetros acumulan. Debido a su espectacularidad y exigencia hay una que sobresale por encima del resto a la que se le denomina kilómetro vertical. Requiere de una preparación física envidiable y no está al alcance de cualquiera.
El desafío
El reto del kilómetro vertical consiste en superar 1.000 metros de desnivel en menos de cinco kilómetros de recorrido sobre una orografía irregular y de gran pendiente (en algunos casos alcanza el 50%). Resumiendo, podríamos decir que es la forma más directa y rápida de ascender a una cima de montaña.
Como correr durante todo el recorrido es prácticamente imposible debido a la dureza de la prueba, es fundamental tener una depurada técnica de carrera, junto con unas piernas entrenadas y bien musculadas. Es un disciplina en la que prima laresistencia anaeróbica y en la que está permitido agarrarse a los distintos elementos naturales que el recorrido pueda ofrecerte a modo de ayuda. Incluso hay corredores que optan por llevar consigo un bastón telescópico que le sirve de apoyo durante la ascensión, algo que a día de hoy genera controversia, ya que no está muy claro si realmente beneficia o perjudica.
Por si esto no fuera ya de por sí realmente duro, la inmensa mayoría de estas carreras se disputan contrarreloj, algo que endurece y engrandece de forma considerable el desarrollo de la prueba, ya que no se cuenta con la referencia de otros corredores. A pesar de todas estas vicisitudes y contrariamente a lo que pudiera parecer, el kilómetro vertical es una categoría de trail running muy consolidada a nivel europeo.
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Anboto y Sierra Nevada
Dos ejemplos bien claros que constatan esta tendencia del auge que está cobrando una prueba tan dura y exigente como el kilómetro vertical es el monte Anboto, enclavado en un precioso paraje natural verde y frondoso en la localidad vizcaína de Durango y, a 800 kilómetros de distancia en dirección hacia el sur, y a menos de una hora de la histórica ciudad de Granada, la emblemática Sierra Nevada.
Una referencia de las carreras verticales que tiene como principal reclamo el nivel de los trial runners de pasadas ediciones y el entorno natural en el que se disputa la prueba es la subida al monte Anboto, que este año ha visto como se celebraba su séptima ascensión. El recorrido se inicia en Arrazola y termina en la cima del mitógico monte, lo que se traduce en una subida de 1.092 metros durante 3,8 kilometros de longitud. Una prueba de autousperación que deja paso a un día de fiesta.
Otro buen ejemplo es la reciente creación de un kilómetro vertical permanente en la estación de esquí granadina de Sierra Nevada. Se trata de 4,9 kilómetros lineales que tienen su punto de partida en Pradollano a 2.100 metros de altitud y cuya meta se sitúa muy cerca del pico Veleta a 3.100 metros.
Aquellos corredores de montaña que lo deseen y, de forma totalmente gratuita, pueden desde el pasado mes de julio cronometrar su tiempo y compararlo con el resto de participantes, gracias a un chip, unas balizas y un software desarrollado para tal fin, patrocinado por la firma francesa Salomon.
Photo credit: ArkansasOutside.com via photopin cc
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