Existe la falsa creencia, principalmente entre los runners que empiezan a correr, que salir a entrenar conlleva siempre correr a la máxima intensidad posible. Es decir, salir siempre a tope. Si no has acabado un entrenamiento fundido es que no has entrenado. Ya te adelantamos que se trata de un error común y muy perjudicial a corto y medio plazo. Para explicarte el porqué debes incluir sesiones en las que vas a correr a ritmos lentos, hemos preparado un vídeo en el que el director deportivo de RUNNEA, Iker Muñoz, doctor en ciencias de la actividad física y el deporte, nos detalla los beneficios de correr lento.
¿Por qué correr lento nos hace más rápidos?
En el running, al igual que en otros ámbitos de la vida, se trata de intentar buscar y alcanzar un equilibrio que te permita progresar y mejorar con el paso del tiempo. En el caso de los entrenamientos llevados a cabo con rodajes a ritmos lentos, estás contribuyendo a aumentar tu resistencia y capacidad aeróbica, ayudas a tus músculos a recuperarse de los esfuerzos sometidos en sesiones anteriores, te mantiene en forma y reduces el riesgo de sufrir lesiones.
Motivación
Tanto si eres novato en el mundo del running como si regresas después de un largo período de inactividad, lo mejor que puedes hacer es olvidarte del cronómetro y centrarte en terminar tu distancia fijada con antelación. De esta forma, cumplirás tu objetivo y te sentirás bien contigo mismo, independientemente de lo lento que corras. Se trata de buscar una motivación para poder ejecutar este tipo de entrenamientos que, aunque no lo creas, resultan fundamentales para poder correr más rápido.
Realizar rodajes cada vez un poquito más largos, incrementar algo tu ritmo y seguir sintiéndote igual de cómodo, comprobar que los kilómetros caen cada vez más rápido...En definitiva, la acumulación de este tipo de rodajes lentos y prolongados te suministra la fuerza y la resistencia necesaria para posteriores entrenamientos y carreras exigentes.
Descanso y recuperación
Cuando se diseña un plan de entrenamiento, sea de la disciplina deportiva que sea, hay que planificar los períodos de descanso y recuperación. Sin embargo, en el running esto a veces resulta difícil de cumplir, ya que es un deporte que cuanto más lo practicas, más engancha.
A pesar de ello, debes procurar respetarlos. Tu cuerpo necesita ir adaptándose poco a poco a entrenamientos más exigentes y requiere de un tiempo de recuperación, pudiendo lograrlo a través de los rodajes lentos como si fueran una especie de descansos activos.
Entrenamiento aeróbico
Por otra parte, otro de los factores que debes tener en cuenta es la distancia para la que estás entrenando, ya que dependiendo de la misma necesitarás un entrenamiento de tipo más aeróbico o anaeróbico. Cuando corres a ritmos lentos y no necesitas energía de manera inminente, tu organismo utiliza principalmente el sistema aeróbico para producir el combustible necesario mediante la mezcla de hidratos de carbono, proteínas, lípidos y oxígeno.
Por el contrario, cuando corres a ritmos elevados, aproximándote a tu frecuencia cardíaca máxima y necesitas energía de manera rápida, es cuando entra en acción el otro sistema llamado anaeróbico y cuya duración es bastante menor.
Cada vez que salgas a correr recuerda que no siempre es beneficioso exprimirse en cada sesión. Si haces esto, lo más probable es que te acabes lesionando más pronto que tarde, tus entrenamientos serán menos efectivos y progresarás de forma más lenta. Procura relajarte de vez en cuando, alternando rodajes lentos, disfrutando del entorno que te rodea para que tu cuerpo pueda descansar y recuperarse de manera satisfactoria.
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