¿Basta con quererlo para conseguir el objetivo de la temporada?
Gabriela Andersen (JJ.OO de Los Angeles 1.984), Sian Welch y Wendy Ingraham (Ironman Hawai 2.009), y hace sólo unos días, los hermanos Alistair y Jonathan Bromwlee en la Copa del Mundo de Triatlón.
¿Qué tienen en común todos estos atletas?. Que todos son protagonistas de llegadas agónicas, cruzando la línea de meta andando a gatas, desencajados, con todas las reservas físicas agotadas, calambres, deshidratación, mirada perdida...
Cada vez que las televisiones nos enseñan imágenes de este tipo, se suceden los comentarios alabando y elogiando el comportamiento de estos deportistas; son un símbolo del esfuerzo, del sacrificio, de la capacidad de ir más allá de los límites. Tanto los comentarios de los periodistas que retransmiten estas imágenes, como los comentarios de los aficionados al running, glorifican a estos atletas y su actitud.
Del aspecto médico y las repercusiones para la salud de continuar la carrera en este estado, hay ya muchas opiniones emitidas, y no voy a entrar en ese terreno. Cada uno debe decidir si ese corredor debía de retirarse o debían retirarlo, o por el contrario, continuar la carrera es una muestra de pundonor.
¿La quinta esencia del espíritu deportivo?
Donde sí que quiero profundizar, en esa idea generalizada de que los atletas que terminan una prueba en ese estado son algo así como la quinta esencia del espíritu deportivo. Y sobre todo, la idea de que la fuerza de voluntad es lo más importante y lo que nos permite llegar a donde queramos. Todo lo demás es secundario.
¿Por qué gustan tanto estas imágenes de agonía extrema, de ver a estos corredores extenuados, deshidratados?
¿Por qué representan para muchos la quinta esencia del espíritu deportivo y del running?. Partimos de la base de que no nos gusta ver sufrir a los demás. Vemos estas imágenes y nos suele entrar un sentimiento de angustia viendo sufrir a estos corredores. Luego cruzan la línea de meta, o incluso, aunque no la crucen, y se convierten en estandartes del espíritu deportivo.
Yo creo que lo que nos atrae de esas imágenes es el triunfo, la superioridad de la mente, de la voluntad sobre el cuerpo. Físicamente esos corredores no están en disposición de seguir corriendo.
Más aún; tendrían que estar en una camilla atendidos por médicos. Pero es su fuerza de voluntad la que hace que sigan dando pasos, que sigan avanzando aunque se tambaleen y avancen en zigzag. El cuerpo está roto pero su espíritu sigue firme. No importa que mi cuerpo no reaccione, que esté agotado; yo quiero seguir y aunque esté lleno de calambres, mi cuerpo llegará a la línea de meta, sea como sea.
Cuidado con el poder de la mente... Si la salud está en juego
Eso es verdad; la mente puede llevarnos a hacer cosas increíbles, a llevarnos más allá de nuestros límites.
Pero cuidado; esa idea llevada al extremo nos hace creernos que lo único importante es tener la voluntad. Esa frase tan oída de "si deseas algo con muchísima fuerza, lo conseguirás", o esa otra de "puedes conseguir todo lo que te propongas". Sí, pero no. O dicho de otra forma; sí que es importante la voluntad, pero bien entendida.
Para conseguir todo lo que quieras, simplemente hay que proponérselo, no quiere decir que baste con proponerse las cosas o desearlas muy intensamente para conseguirlo. Lo que quiere decir es que si deseas algo con todas tus fuerzas, y estás dispuesto a realizar todos los sacrificios, esfuerzos, dedicación que se necesitan, entonces sí lo conseguirás. La ecuación es muy sencilla: Sí, deseo algo con muchas fuerzas + sí, estoy dispuesto a hacer todo lo necesario para conseguirlo = consigo mi objetivo.
¿Quieres terminar tu primera maratón, o rebajar tu mejor marca?¿Es lo que más deseas?
Bien; es muy buen comienzo. Pero lo más importante, ¿estás dispuesto a madrugar, a entrenar duro, a cuidar la alimentación, a que tu escaso tiempo libre lo dediques a correr?. Si es así, estarás haciendo todo lo que está en tu mano para alcanzar tu objetivo.
Tienes que tener algo muy claro; necesitas desearlo para conseguirlo, pero sólo con el deseo no lo conseguirás.
A veces he oído a corredores comentar que en determinadas carreras, el aliento de la gente animando hace que uno vaya en volandas, casi sin esfuerzo. O que la adrenalina de la competición nos dará un plus de energía y que haremos mejores marcas.
Si no hemos entrenado, por mucho que la gente nos anime, no haremos una buena carrera. Y esa adrenalina de la competición nos puede jugar una mala pasada haciéndonos correr a un ritmo por encima del que teníamos preparada lo que hace que nos desfondemos. Dejando aparte el hecho de que a muchos corredores, la tensión de la competición les disminuye el rendimiento.
Conclusión
Por eso, no debemos engañarnos a nosotros mismos; hay que trabajar la voluntad y también el cuerpo. Como suelo decir; el trabajo mental, el coaching te ayudará a superar tus límites, a darte fuerza de voluntad, a tener constancia, a conseguir tu objetivo. Pero hay que hacer las tiradas largas, los fartlek, los ejercicios de cuestas, abdominales, técnica de carrera, etc, etc.... Une ambos; entrena y trabaja duro tu mente y tu cuerpo y seguro que lo consigues.
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