No voy a hablar de si las zapatillas de Kipchoge eran reglamentarias o había dóping de material cuando intentó bajar de dos horas en la maratón. Tampoco voy a hablar de si el coche que iba por delante, marcando el ritmo que debía llevar con un láser rojo, le quitaba el viento o no. Y tampoco comentaré nada sobre lo de correr en grupo, con gente que va marcando el ritmo y de liebres que van tirando. ¿Homologable, no homologable?; tampoco voy a entrar en ese tema. ¿Son interesantes todo estos temas?. Seguro que sí, pero yo quiero hablar de otra cosa.
Yo quiero hablar de...
Hay científicos que ya han fijado el límite del cuerpo humano, la rapidez con la que se puede correr una maratón. Categóricamente han afirmado (por ejemplo, Michael Joyner) que NUNCA se podrá bajar de 1 hora, 57 minutos, 58 segundos. Y quienes lo dicen son médicos reconocidos y prestigiosos, que saben de lo que están hablando
Hace unas semanas, en estas mismas páginas, pudisteis leer un post que escribí haciendo referencia a Bannister y su record en la milla, bajando el "infranqueable" muro de los cuatro minutos. Y cómo repercutió en los corredores de su época, que en unos pocos meses fueron también capaces de romper ese record, inalcanzable muy poco antes. La medicina de la época afirmaba categóricamente que el cuerpo humano no estaba fisiológicamente preparado para bajar de los cuatro minutos en la distancia de la milla. Bannister lo hizo y actualmente, el récord de la milla está en 3:43:13 (el Guerrouj).
Es decir; en unos pocos años, el límite físico infranqueable se había batido en casi veinte segundos.
Ahora casi se bate el límite de las dos horas. Independientemente de las ayudas de correr en grupo, el coche y todo eso. Y aunque no se haya conseguido, ¿hay alguien que tenga alguna duda de que se va a poder lograr, y que eso será más bien pronto que tarde?. Creo que esa prueba y especialmente por haber sido fallida y quedándose tan cerca del récord hace que se haya despertado el HAMBRE de lograrlo.
Romper las barreras
Somos inconformistas, muy inconformistas. Tenemos hambre de romper los límites, de llegar hasta donde nadie ha llegado. Hay gente que quiere salir de su zona de confort, que necesita retarse.
Cuando oímos hablar de desafíos, de nuevos retos, de superar los límites, automáticamente pensamos en los deportistas de élite. En este caso, intentando bajar de las dos horas en la maratón.
Pero si somos capaces de abstraernos de las marcas estratosféricas, de récord mundiales, de tecnología futurista en los materiales que se utilizan, si somos capaces de coger distancia y verlo en perspectiva, nos daremos cuenta de que se reduce a una cosa; ganas de mejorar, ganas de superarse, ilusión por superar los límites... en una palabra, hambre de ir más allá.
Y eso está al alcance de todos los deportistas, los profesionales y los populares. De los que viven del deporte y también para los que arañan ratos a su vida diaria para calzarse unas zapatillas y correr.
Para Kipchoge el intentar batir la barrera de las dos horas le suponía transitar por terrenos inexplorados. Tomar la decisión de enfrentarse a un reto que nunca había conseguido, que le obligaba a dar lo mejor de sí mismo, a superar el miedo al fracaso, a salir de su zona de confort, superar sus límites, cambiar su alimentación, su sistema de entrenamiento...
Marca tus propios límites y ya tienes un reto...
Todas estas ideas, preocupaciones, nervios, incertidumbre son exactamente los mismos que podéis experimentar cualquiera de vosotros. ¿O no os parece que una persona, que por ejemplo sólo ha corrido carreras de 10 km y decide participar en una media maratón, no le va a costar esfuerzo, no le produce nerviosismo el no saber lo que puede pasar o cómo va a reaccionar su cuerpo durante la carrera? Este corredor también va a recorrer caminos inexplorados para él.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de dar una charla sobre coaching deportivo y rendimiento deportivo. La mayor parte de las participantes (casi todas chicas) iban a participar en apenas un par de semanas en su primera media maratón. Y os puedo asegurar que las preguntas que hicieron, sus inquietudes, su nerviosismo, la ilusión por participar y terminar, la incertidumbre en resumen que surge cuando nos enfrentamos a algo que nunca hemos hecho, era muy similar a la de deportistas profesionales. Iban a hacer algo que nunca habían hecho; iban a romper su techo y no sabían si lo lograrían.
Cuando nos planteamos un reto, tenemos que medirlo y valorarlo en función de lo que supone de mejora con respecto a lo que ya habíamos logrado.
Los retos no son pequeños o grandes en función de la distancia que vayamos a recorrer o el tiempo que vayamos a tardar. La importancia de nuestro reto está en función del tamaño de nuestro miedo. Atrévete y véncelo. Tú también puedes batir un record!!!!
Aitor Loizaga I www.coachingsinlimites.com I Twiter: @aloizagacoach
Leer más noticias de: Entrenamiento