Nos ponemos en marcha ¿Por qué empezar a correr?
Ahora ya no hay excusa. Han pasado las navidades, los Reyes nos han dejado la equipación completa para que demos por fin el primer paso y empecemos a quemar asfalto y estamos en el arranque del año.
Ya sabemos que este es el momento en el que nos fijamos los buenos propósitos para los meses siguientes, nos sentimos fuertes y firmes en nuestra intención de cambiar de hábitos y llevar una vida más saludable y estamos totalmente convencidos de que esta vez va a ser la buena.
Ojalá se cumpla nuestro objetivo y esa fortalece que mostramos cuando nos fijamos un determinado reto vaya más allá de las primeras semanas.
Ojalá también que lleguemos al famoso "Blue Monday" con nuestra fuerza de voluntad y motivación a tope.
Blue Monday
El Blue Monday del que os hablo es, según el científico Cardiff Cliff, el día más triste del año. En este 2019 será el próximo 16 de enero.
Para dar con esta fecha Cliff tuvo en cuenta factores como el momento en el que nos llegan los cobros de los gastos extras de Navidad, el frío, la motivación, la necesidad de tomar decisiones y el intento fallido para dejar un mal hábito o iniciar un nuevo reto.
Total, que si para el día 16 de enero no te has puesto en marcha habiendo decidido que ya es hora de hacerlo, ese lunes será tu Blue Monday, tu día más deprimente del año.
Así que con el ánimo de evitarlo y de echarte una mano en lo que a calzarte las zapatillas se refiere te dejo una serie de consejillos que a mí me vinieron muy bien cuando decidí empezar a correr y que el running iba a ser mi deporte en los siguientes años.
1.- Fuera vergüenza
Especialmente si eres mujer, las primeras salidas pueden ser muy duras si estás más pendiente de cómo te quedan las mallas que de los pasos que vas dando. Olvídate de eso y de tus vecinos/as. Seguramente les parecerá mucho más elogiable que criticable tu decisión de llevar una vida más saludable que incluya correr como una de sus patas. Puede que incluso alguien se anime a salir contigo al ver que tu progresas y te sientes más feliz cada día. Y si no te apetece salir solo/a, anímate y súmate a un grupo de corredores que haya por tu zona. Cada vez son más numerosos y siempre reciben muy bien a las nuevas incorporaciones. No te dejarán correr sola.
2. Poco a poco
Puede que no hayas salido nunca a correr o que lleves mucho tiempo parado/a. En cualquiera de los casos, no pretendas recuperar el tiempo en una sola sesión. El primer día sufrirás mucho y pensarás que ya no estás preparado para correr. Error. No estas preparado para meterte una kilometrada enorme pero si para volver al asfalto de forma progresiva.
Los famosos CACOS, caminar y correr, son el mejor invento para que no abandones tu deseo de correr a las primeras de cambio. Poco a poco irás aumentando el tiempo que correr mientras que disminuye el que caminas. Olvídate de ritmos, ya tendrás tiempo de ir más rápido si quieres. Ahora se trata de ir cogiéndole el gusto a esto de correr.
3.- Cualquier zapatilla no vale
No cojas las primeras zapatillas que encuentres por casa para empezar a correr. No pienses eso de "total, para probar..." Una mala elección del calzado puede llevarte a pisar mal, a no correr a gusto y a dejar de correr.
Tampoco es necesario que te gastes un montón de dinero ni que tus zapatillas sean las últimas que hayan salido al mercado. Simplemente tienen que ser las que te convienen para tu peso, tu reto y tu pisada. Déjate asesorar por el especialista de la tienda de zapas (o por el equipo de Runnea). Y no mires solo su diseño o sus colores. Eso es lo de menos. Son zapatillas para correr, no para salir de fiesta.
4.- Atención a la despensa y a la nevera
Ya que has dado el paso de empezar a correr desde cero y en la vida sana, no dejes de lado la alimentación. Que hayas salido a correr no quiere decir que a la vuelta del entreno este justificado el bocata de panceta porque ya lo has quemado.
No se trata de renunciar pero si de olvidarse de esos alimentos que hacen daño a nuestro organismo: los azúcares refinados, la bollería industrial, las grasas que se acumulan con las fritangas.... Se trata de llevar una alimentación basada en la dieta mediterránea, no hay más secreto. Olvídate del alcohol. Solo sirve para acumular calorías vacías con cero nutrientes. No digo que no te tomes de vez en cuando una cervecita o un vino, pero que sea la excepción.
5.- Descansa
Las tres patas de un buen método son el entrenamiento, la alimentación y el descanso. Puede que te sientas tan pletórico/a, tan lleno de endorfinas y tan feliz de tus progresos que te animes a salir todos los días. Tómate un día o dos de reposo entre entrenamientos en esta fase inicial. Tu cuerpo también necesita descansar para asimilar los entrenamientos. Eso sí, no te engañes y achaques al cansancio no salir a entrenar cuando en realidad lo que sientes es pereza. Esta, la pereza, es nuestra gran enemiga.
Además de estos consejillos te diría que correr tiene un efecto inmediato sobre nuestras funciones cerebrales. Enseguida notarás que mejora tu nivel de concentración y atención.
Tus problemas no se van a solucionar porque corras pero si te va a dar claridad mental para afrontarlos
Y no nos olvidemos de nuestra autoestima. En los dos niveles, el externo porque hacer ejercicio mejora nuestro estado físico, pero también mejora el concepto que tienes de ti: te ves capaz de enfrentarte a retos, superar límites y vencer barreras.
Correr te hará sentirte fuerte y poderoso/a. No desperdicies este valioso recurso.
Ahora desconecta el móvil, la tablet o cualquiera que sea la pantalla en la que estás leyendo esto, cálzate las zapas, sal y disfruta.
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