Después de una semana de resaca emocional os quiero contar cómo viví la mítica Behobia San Sebastián 2019. Reconozco que lo de correr en asfalto me cuesta horrores, y la mentalización para ello es máxima, porque soy más de echar al monte con mis zapatillas de trail running. Así que esta edición de la #BehobiaSS podría haber sido una más, y punto, pero es que puedes correr innumerables veces esta prueba, que cada una de ellas siempre es diferente y emotiva al 100%. Así que, una vez más, no podíamos faltar en la salida de Behobia en Irún.
Este año parece ser que el otoño ha brillado por su ausencia y que el invierno ha querido aparecer muy pronto en nuestros días. Tras días y días de lluvia, las previsiones para el domingo no pintaban nada bien. Íbamos a estar en alerta, no iba a parar de llover en todo el día y las rachas de viento iban a ser bastante fuertes. Yo como buena chicarrona del norte a la lluvia no la tengo ni gota de miedo, porque en realidad solo moja, pero el el viento es algo con lo que no puedo. Si que es verdad que en cierto momentos de carrera te puede beneficiar, si va en el mismo sentido que tu, pero como vaya en contra parece que estás empujando toneladas de piedras.
Emoción a raudales por correr la Behobia San Sebastián 2019
Meteorología al margen, los nervios estaban a flor de piel, ya no sólo por la carrera, si no porque nos íbamos a juntar un montón de gente en Donosti. Todas las chicas del #RunneaWomenTeam, que este año eran 50, aunque hubo alguna baja y las echamos de menos; lxs embajadores de RUNNEA ACADEMY; gente de Instagram, a la que solo conocía de fotos y a la que iba a ver en carne y hueso; y gente que se unió a nuestra quedada para poder divertirse en la salida. Estaba súper EMOCIONADA!!!
6:00 horas de la mañana, sonaba el despertador, me levanté como una bala y me preparé el desayuno: 1 kiwi, 2 tostadas de pan con aceite, aguacate y jamón serrano, 1 vaso de café con leche bien cargadito. En la mochila me metí provisiones, ya que salía a las 10:50 horas y sabía que el hambre en un momento u en otro iba a parecer.
Mi amatxu, Reyes, a las 6:50 horas estaba como un clavo en mi portal, con paraguas en mano y bien abrigada, ya que la esperaba un día de mucho frío y de pasar muchas horas de pie en la meta. A las 7:00 horas salía el autobús dirección Behobia. La gente que íbamos en el autobús estábamos súper animados, se notaba que teníamos ganas de marcha. La que más nerviosa estaba era Ane Roldán, ya que corría su primera Behobia y sus primeros 20km. No paraba de hacer preguntas, que dónde tenía que salir, que dónde tenía que dejar la mochila... La pobre estaba echa un flan, pero estaba muy graciosa, la verdad. Por lo menos, el viaje se nos hizo mucho más ameno y se nos pasó volando.
Según nos íbamos acercando tocaba prepararse y ponernos todas las capas de ropa que teníamos: Una térmica, una camiseta de manga corta, el chubasquero, un poncho de plástico, y en cada pie una bolsa de basura para no mojarnos las zapatillas. Que la verdad, no nos sirvió de mucho, ya que según empezamos andar se fueron rompiendo y nos mojamos nuestras apreciadas zapatillas de running igual que sin bolsa.
Haciendo piña con los embajadxres de Runnea Academy y las chicas del Runnea Women Team
9:30h Ane y yo llegamos justitas, justitas pero llegamos a la quedada de embajadxres de Runnea Academy y a la quedada de las chicas del Runnea Women Team. Teníamos muchas ganas de conocer a todas las chicas y darles muchos ánimos. Al final lo importante era hacer piña e intentar quitar los nervios, ya fuera bailando, gritando, dando abrazos, dando besos... Aunque yo este año no fuese del RWT. Como lo fui el año pasado, me sentía con las mismas ganas y con la misma ilusión de cumplir el reto 50/50/25 y dar visibilidad a las mujeres en el mundo del deporte, éste era nuestro mayor objetivo y lo teníamos que conseguir. Se que cada una tenía su objetivo y también sé que cada una de ellas lo consiguió. FELICIDADES, CHICAS...SOIS MUY GRANDES!!!
Me emocionó mucho conocer a chicas que tienen la misma locura que yo, con las que día a día hablo y que si estuviesen cerca de mi serían parte de mi día a día. Os podría nombrar a todas, pero seguro que me dejo alguna y no quiero. Únicamente destaco un par de abrazos que me llenaron de energía, y que según vi a estas dos personas nos abrazamos como si nos conociéramos de toda la vida. Rodrigo, un valenciano con madera de maratoniano, que según nos vimos nos dimos tal abrazo que casi salgo volando. Y que voy a decir de mi pequeña pamplonica Eli, una asfaltera con futuro de trailera Jajaja!!!! Abrazos reales de #gentequesuma y no de gente que resta.
Mientras esperábamos a que llegase la hora de la salida la lluvia nos dio un poco de tregua y menos mal porque la única zona cubierta que era la gasolinera estaba a tope de gente.
Momento de la salida y de cumplir el reto de la BehobiaSS
Mi hora iba llegando y los nervios iban en aumento, tocaba despedirse de la gente y desear toda la suerte del mundo a todxs. Una "personita" llamada Sonia Pérez Ramos, -la MamaRunner de Runnea- se quedó un poco triste, teníamos planeado correr la carrera juntas, yo quería que ella fuera mi liebre para poder hacer mi MMP, pero no era su día. Su rodilla no estaba en su mejor momento, y yo por nada del mundo quería que la cosa fuera a más, solo quería que ella disfrutase de la carrera sin presiones. Me dio mucha pena dejarla, pero sabía que estaba en muy buena compañía #Pinkpower, y yo me encontraba tan bien que necesitaba hacer mi carrera.
10:30h tocaba ir dirección a la salida e ir cogiendo posiciones. Menos mal que iba a estar muy bien acompañada de Vero, Sandra, y Alejo, integrantes del #RunneaWomenTeam y de los Beer Runners Bilbao, porque las salidas de la Behobia son pura emoción. No paras de bailar, de saltar, de chillar, de sonreír es algo que se tiene que vivir sí o sí. Porque está claro que te lo pueden contar, como estoy haciendo yo, pero no es lo mismo que sentirlo en carnes propias, de verdad. Por descontado, merece la pena correr la Behobia San Sebastián, aunque sea una sola vez en la vida.
La música sonaba a todo volumen y nosotrx nos empezábamos a organizar la ropa. Teníamos que quitarnos todas las capas que teníamos encima, más los chubasqueros de plástico. Era hora de ponernos en modo runner y activar el botón ON...4,3,2,1, GOOOOOOOOO!!
Mis piernas empezaron a tirar solas, pero había tanta gente que era imposible coger un ritmo. Se te cruzaban por la derecha, por la izquierda, era un poco caos la verdad. Menos mal que pasados los 3 primeros kilómetros, la cosa fue a mejor. En la subida de Gaintxurizketa me encontré con mi compañera Paula del #RunneaWomenTeam, menudo subidón me dio verla, charlamos un poco y yo seguí hacia delante. Kilómetro que pasaba, kilómetro que me venía más arriba, ni la lluvia me molestaba. Pasados unos kilómetros escuche mi nombre, Lexuri!! Me giro y era Paula otra vez, se había picado y no me iba a dejar ganar jaja!! Me dijo que ella llegaría antes que yo, y así fue.
Objetivo cumplido, una vez más, en la Behobia San Sebastián 2019
Llegó la olvidada subida a Capuchinos... Las piernas las tenía ya calentitas y el cansancio se iba notando, pero en esta zona había tanta gente animando que hicieron que mi subida fuese mucho más amena y divertida. En Pasaia tuve que comer algo de dulce, el gel ya me lo había tomado y empezaba a notar sensación de hambre. Necesitaba meter en energía en el cuerpo, llegaba la temida subida a Miracruz y quería llegar con todas mis fuerzas para echar el resto y darlo todo. Otra subida en la que la gente te llevaba en volandas con sus gritos, por mucho que yo fuera apretando dientes y con dolor de gemelo, la gente tiraba y tiraba de todxs lxs corredxs.
Últimos 3km, los pelos se me empezaban a poner de punta, el nudo en el estómago se iba haciendo cada vez más grande y las lágrimas empezaban a inundar mis ojos. Solo pensaba en escuchar su grito, el grito de mi amatxu animando, sabía que me iba a dar el último empujón para entrar en la meta y así fue. De refilón escuche: "¡¡VAMOS PITXURRI!!, y a alguien subida en una farola, era ella. Llevaba horas esperando en la meta, chupando frío y empapada por la lluvia, AMATXU, GRACIAS!!
ESTOY SÚPER FELIZ! Lo he vuelto hacer, he vuelto a mejorar e hice mi MMP 1:42, bajando 6 minutos al tiempo del año pasado y esto sabéis gracias a que es verdad?? Es gracias a la constancia, al sacrificio, a las ganas de seguir mejorando, y por supuesto a los planes de entrenamiento de Runnea Academy, que tantas alegrías me están dando este año.
Ahora toca ponerse en modo trail, toca buscar la mejor versión de una misma en la montaña ¡¡¡Seguimos, y que esto no pare!!!
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