Partimos de un caso hipotético, pero qué es real, y seguro que has padecido en alguna ocasión: Empiezas a correr, y las sensaciones no son buenas, por no decir lo contrario. Incluso llegas a tener esa sensación de que te falta el aire, de que te ahogas corriendo. Sin embargo, en un breve lapso de tiempo, no superior a 12 minutos, esa sensación desaparece, incluso corriendo a la misma intensidad, te sientes mejor ¿Cómo puede ser eso posible? ¡Es el segundo aliento! En Runnea tenemos la explicación de qué es y por qué te pasa.
Si llevas tiempo sin entrenar, esto del segundo aliento es un episodio normal, así que no te preocupes, y tampoco enciendas la alarma roja. Lo que te está pasando responde a un fenómeno fisiológico, que de forma coloquial llamamos segundo aliento, pero que en un lenguaje más académico lo podríamos explicar mediante el:
Déficit de oxígeno (la diferencia entre el oxígeno necesario y lo que podemos suministrar a nuestro en un momento determinado)
Todo ello nos llevaba a ponernos en las manos expertas de Iker Muñoz, director deportivo de Runnea Academy, y que nos ayudará a resolver las preguntas frecuentes que se plantean a la hora de hablar y exponer este fenómeno fisiológico del segundo aliento ¡Toma nota, resulta interesante!
¿Cuándo nos pasa el segundo aliento en corredores?
La respuesta a esta pregunta nos lleva, primero, a tratar de explicar la razón de ser de ese déficit de oxígeno. Más interrogantes a resolver: ¿Qué es el déficit de oxígeno en corredores? "El oxígeno que necesitamos para mantener una elevada intensidad de carrera exige una cantidad muy determinada y concreta, y nuestro cuerpo no es capaz de facilitarnos esa cantidad de oxígeno de manera tan rápida. Digamos que es como ese desequilibrio existente entre la oferta y la demanda conduce a un periodo de adaptación que puede alcanzar los 12 minutos de duración. Y en este momento es cuando empezamos a hiperventilar y con esa sensación de ahogo, donde nuestro organismo está luchando por suministrar esa cantidad de oxígeno concreto, pero no llega a igualar esa demanda", nos indica Iker Muñoz.
Por norma general, este déficit de oxígeno es muy frecuente que nos sucede cuando ya tenemos las zapatillas de running puestas y empezamos a correr. "Pero principalmente cuando llevamos a cabo un mal calentamiento, en el que no hayamos incidido mucho en esa progresión adecuada de ir de menor a mayor intensidad", recalca nuestro entrenador de cabecera de Runnea Academy, la plataforma de entrenamientos personalizados de Runnea.com.
¿Cuáles son los principales síntomas del segundo aliento?
Más allá de esa falta de oxígeno, y sensación de ahogo al correr, también lleva implícitos otra serie de síntomas que nos pueden dar entender que estamos padeciendo ese fenómeno fisiológico del segundo aliento. "Una mayor pesadez en las piernas, consecuencia directa de la falta de irrigación de los músculos que vamos a implicar en la acción de correr, y esto, por supuesto, potencia ese déficit de oxígeno", apunta Muñoz.
Así que también existen otras variables que influyen de forma directa en este concepto del segundo aliento en corredores.
Respecto al tipo de runner que puede padecer el segundo aliento como frecuencia, el apartado de la condición física juega un papel fundamental. "Obviamente, cuanto más menos entrenado estamos, más fácil resultará que se produzca esta falta de oxígeno, y por supuesto, más tarde va a llegar este segundo aliento", aclara el director deportivo de Runnea Academy.
Pero también "es cierto que todos los corredores tenemos un déficit de oxígeno cuando incrementamos nuestra velocidad de carrera, porque se produce un diferencia entre el oxígeno que necesito y la velocidad que tiene el cuerpo en cubrir esa necesidad fisiológica. Desde luego que en corredores élite, el déficit será mucho menor, mientras que en el resto de corredores no tan experimentados, el tiempo que padecemos este déficit será mucho mayor", deja claro nuestro entrenador de running RA.
¿Se puede trabajar este fenómeno fisiológico del segundo aliento?
"Trabajo de potencia aeróbica y trabajo de series a intensidades altas, cercanas al máximo consumo de oxígeno inciden mucho sobre este parámetro, dado que incidimos en la capacidad que tiene nuestro organismo en proporcionar oxígeno mucho más rápido", indica el director deportivo de Runnea Academy, Iker Muñoz.
Entonces, la moraleja no es otra que el trabajo de progresiones nos ayudará a trabajar nuestras propias capacidades, y en el caso del fenómeno del segundo aliento "estaremos enseñando y preparando al cuerpo para hacer frente a esa demanda de oxígeno, porque activará ciertos mecanismos fisiológicos para ofrecer mayor cantidad de oxígeno, la que nos demanda esa actividad física a altas intensidades", subraya Muñoz.
Ejemplo práctico: Si planeamos correr un 10k, y haces un calentamiento de 15 minutos de carrera continua a un 60% de mi frecuencia cardiaca máxima, y luego voy a correr al 95%...He hecho un calentamiento, sí; me sirve para algo de cara a la carrera, está claro que es mejor que nada, pero no me servirá para evitar, sobre todo, esos 2 primeros kilómetros en los que lo pasas falta.
No confundir segundo aliento con segundo viento
Segundo aliento versus segundo viento. Aunque haya sensaciones que puedan parecer similares, a priori, no debes mezclarlas porque no son exactamente lo mismo. Y tampoco podía faltar la explicación de Iker Muñoz al respecto:
"El segundo aliento se suele utilizar como término más coloquial a nivel de personas con patologías y con esas sensación de tener una especie de un segundo turbo", apunta Iker Muñoz. "Mientras que el segundo viento puede estar relacionado con esa sensación, de repente, de tener una mejor capacidad; o bien incrementar tu rendimiento, o de no incrementarlo, pero que te cueste menos, teniendo el viento a favor cuando corremos. Tal cual Ave Fénix. Pero tiene que ver con la activación de cierta vías metabólicas (sustratos energéticos), y principalmente de dónde obtenemos las energías, bien de las grasas, o bien de los hidratos de carbono", matiza el director deportivo de Runnea Academy.
Como has podido comprobar, en cuestiones de entrenamiento: dos y dos, no siempre son cuatro. Hay fenómenos fisiológicos, cuyas consecuencias directas son algo relativas.
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