¿Sabes por qué el cuerpo humano está diseñado para correr?

¿Sabes por qué el cuerpo humano está diseñado para correr?
Zofia Wroblewska
Zofia Wroblewska
Biomecánica de la carrera
Publicado el 01-07-2022

Te doy la bienvenida al Pleistoceno inferior. ¿Quieres saber cómo vivían por aquel entonces nuestros ancestros?

Hace dos millones de años, los primeros humanos se enfrentaron a un verdadero reto: ¿Cómo pasar el día? Allá donde nuestros antepasados miraban, se encontraban rodeados de criaturas peligrosas para su propia supervivencia. Y por desgracia, aún les faltaban unos 1.400.000 años para que el hombre fuera capaz de descubrir que uniendo una piedra puntiaguda a un palo formaran una lanza. Si querían comer un menú diferente a los que eran capaces de recoger con sus propias manos de los arboles o de la tierra, no les quedaba otra  que permanecer despiertos por la noche y esperar a las sobras que otros animales dejaban tras haber cazado. Fue entonces, aprovechando la pálida luz de la mañana, cuando un representante del género Homo se puso en pie y caminó para intentar conseguir algo de carne entre los restos. Si durante ese caminar hacia las codiciadas sobras, uno de nuestros antepasados se cruzaba con  un tigre de 200 kilos, la única solución que le quedaba  era correr. ¿Pero cómo se adaptó el cuerpo humano para convertirse en una máquina perfecta para correr?

Realmente has nacido para correr

cuerpo humano diseñado para correr

Pero los paseos matutinos en busca de sobras no eran el único trabajo de los prehumanos, ya que también cazaban. Daniel Lieberman, paleoantropólogo de la Universidad de Harvard y sus colaboradores, argumentaron que las primeras personas sanas, cuyas mejores armas disponibles eran garrotes o palos afilados, tuvieron que ingeniárselas para obtener una ventaja sobre los antílopes u otros herbívoros. Los animales se enfriaban respirando rápidamente, y nuestros antepasados utilizaban el sudor para regular su temperatura corporal. Por lo tanto, aunque el antílope era mucho más rápido que él, no era capaz de retenerlo. No mientras galopaba a pleno sol africano. El cazador primitivo, armado con millones de glándulas sudoríparas, comenzó a  cazar en pleno día, sin permitir que el animal se cobijara a la sombra de los árboles. Al final, estos animales cansados de huir de la constante amenaza humana, caían sin fuerzas. A esta forma de caza se le denomina "caza persistente".

Estamos hechos para correr

Somos una verdadera máquina preparada para correr

Cuando se trata de correr, nuestra ventaja sobre otros mamíferos no se limita a un trasero sin pelo o a tener un mecanismo eficaz para protección contra el sobrecalentamiento. También tenemos otros ases en la manga, aunque posiblemente sean menos conocidos, pero igualmente poderosos, que os describo a continuación para que la próxima vez que te encuentres con alguien que te diga que odia correr o que  "nunca sería capaz de correr una maratón", sepas qué responder:

Resortes

Tienes unos fabulosos resortes naturales. Al caminar, tus pies, tus piernas y tu cuerpo se comportan como un péndulo. Todo lo que tienes que hacer es empezar a correr y toda la maravillosa maquinaria con la que has nacido empieza a funcionar: las caderas, las rodillas, los tobillos y los pies trabajan perfectamente con los músculos los tendones y los tejidos conectivos, utilizando juntos la gravedad y la energía de rebote para hacerte avanzar con un rendimiento impresionante.

¿Sabes por qué el cuerpo humano está hecho para correr?

"La pierna humana almacena y libera energía de forma tan eficiente que correr sólo consume entre un 30% y un 50% más de energía que caminar a paso ligero", escribió Daniel Lieberman. Además, estos resortes son tan eficaces que pueden hacer que el coste energético de una carrera sea independiente de la velocidad: tanto si se corre a un ritmo de siete como de diez minutos por kilómetro, se quemará el mismo número de calorías durante ocho kilómetros. Es decir, consumimos las mismas calorías independientemente de la velocidad.

Pies

Tienes los pies estables y arqueados: son máquinas complejas, gracias a las cuales no sólo puedes correr, sino también correr muy rápido. Pero no solo eso, también puedes realizar rápidos cambios de dirección, sin los cuales, por ejemplo, el fútbol o el balonmano no serían tan espectaculares. Según los investigadores, gracias a la forma arqueada del empeine del pie, que actúa como resortes que reflejan la energía acumulada cuando pones el pie en el suelo, el coste del gasto energético al correr se reduce hasta un 17%.

Tendones

Tienes dos tendones de Aquiles flexibles. En nuestro pariente más cercano, el chimpancé, el tendón de Aquiles sólo mide unos milímetros. En el ser humano, más de 15 centímetros. Sus milagrosas propiedades se revelan por completo al correr: almacena y libera el 35% de la energía mecánica que produces. Este fenómeno no aparece al caminar. Sin duda, estos tendones están ahí para ayudarte a correr.

Glúteos

Tienes unos glúteos enormes. Así es, los músculos de tus glúteos son grandes no sólo para darte algo que llenar tus pantalones vaqueros. Puedes caminar todo el día y estos músculos estarán casi inactivos. Pero en cuanto empieces a correr, tu trasero se convertirá instantáneamente en uno de los puntos más importantes: mantenerte erguido evita que te caigas de bruces a cada paso. Los músculos de los glúteos son los músculos más grandes de tu cuerpo, y en cuanto empieces a utilizar todo su potencial (un estilo de vida sedentario puede reducir el flujo natural de energía a través de la llamada "cadena de la espalda", es decir, los extensores de la columna, los glúteos y los bíceps de los muslos), serás consciente de que estás utilizando unos músculos con un potencial casi inagotable.

Oídos

Tienes canales auditivos que actúan como ordenadores de navegación en las naves espaciales. En realidad, incluso podemos decir que tenemos oídos para correr mejor. Hacemos mucho más ruido a nuestro alrededor cuando corremos que cuando caminamos, por eso a menudo no nos damos cuenta de todo lo que pasa alrededor de nuestra cabeza mientras nos  deslizamos por la carretera. Como si fueran ordenadores con giroscopios incorporados, los canales auditivos transmiten constantemente señales al sistema musculoesquelético, que corrige así los pequeños desequilibrios inherentes al desplazamiento sobre dos piernas.

Si todavía tienes alguna duda de que, a pesar de los millones de años de evolución, eres realmente un runner nato -ya sea porque corres por el campo o por asfalto, si lo haces con botas militares o corres maratones - . Te invito a que leas la historia del cuerpo humano de Lieberman. Y es que realmente tienes los dedos de los pies cortos ( que ayudan a la estabilización del cuerpo), una cintura estrecha en comparación con los hombros (que permite que generes potencia por la rotación durante la carrera), glúteos fuertes, giroscopios en el cráneo y una piel que desprende calor gracias a millones de glándulas sudoríparas: ¿Todavía tienes dudas? Estás diseñado para correr muy rápido.

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Zofia Wroblewska

Zofia Wroblewska

Biomecánica de la carrera

Soy estudiante de doctorado en Polonia, donde trabajo con la biomecánica de la carrera. Solía ser atleta - correr sprints y el deporte son mis grandes pasiones (me estoy preparando para mi primer triatlón). También me gusta disfrutar de mi tiempo libre en la naturaleza, por ejemplo, practicando senderismo. Estoy encantada de estar en Bilbao y poder colaborar con RUNNEA.

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