Buscar el lado positivo de las cosas o ser el tipo de persona que ve siempre el vaso medio lleno siempre resulta una actitud interesante para afrontar cualquier episodio en esta vida. Al igual que ocurre en el ámbito personal, y a pesar de que el running aporta muchos momentos buenos, hay que ser consciente de que no todo es de color de rosas a la hora de de entrenar y, sobre todo, a la hora de participar en cualquier tipo de competición.
Desde el primer momento que nos abrochamos los cordones de nuestras zapatillas de running y nos colocamos en la línea de salida debemos de ser conscientes de que no siempre las cosas se desarrollan como uno espera. Ni el mejor plan de entrenamiento ni la mejor forma física jamás alcanzada garantizan al 100% que en la carrera en que participemos se cumplan las expectativas depositadas en ella.
Sí que es cierto que un proceso de entrenamiento adaptado a las características individuales del corredor y a las peculiaridades de la competición, así como una correcta estrategia de carrera elevan el porcentaje de éxito en la misma.
Pero, y qué pasa cuando a pesar de cumplir con creces todos los condicionantes previos a la carrera, nos sale una mala carrera? Saber gestionar las emociones y los pensamientos va a resultar clave, ya que es probable que en nuestra vida deportiva existan tantas alegrías como decepciones, incluso que haya más de lo segundo.
Aunque lo más bonito sea “ganar”, hay que saber y aprender a “perder”
En RUNNEA estamos al quite de cualquier tema que tenga que ver con el running y hoy hemos pensado ayudarte con 5 consejos para levantar el ánimo y recuperarte tras una mala carrera.
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Valoración del esfuerzo
En multitud de ocasiones valoramos el éxito o el fracaso en función de una marca determinada. El no cumplir las expectativas de tiempo en una competición no debe de relacionarse siempre con una mala carrera. El mero hecho de completar una distancia determinada ya tiene un gran mérito, aunque se trate únicamente de 5 kilómetros.
Piensa que hay una gran parte de ciudadanos en el mundo que ni siquiera serían capaces de correr por 5 minutos seguidos y tú presentas una capacidad superior para cubrir corriendo distancias muy importantes
A mayor distancia, mayor valor le deberíamos de dar a nuestro esfuerzo. El simple hecho de terminar una media maratón o maratón, por ejemplo, no está al alcance de muchas personas, por lo que nos deberíamos de sentir afortunadas y afortunados. Lo que realizamos es de superhombres y supermujeres. Incluso si no has sido capaz de terminar por la circunstancia que sea, mostrar la predisposición y tener la preparación física adecuada para afrontar este tipo de carreras es admirable.
Oportunidad de revancha sana
No se acaba el mundo por haber experimentado una carrera no del todo satisfactoria. Lo bueno que tiene el running es que el calendario anual abarca una multitud de competiciones, por lo que si has fallado en alguna competición, tendrás oportunidad de buscar alguna otra de distancia igual o similar.
Analizar lo que ha fallado va a ser indispensable para intentar que no vuelva a ocurrir o para aumentar las posibilidades de éxito
Esta oportunidad de revancha debe de afrontarse desde una perspectiva sana, lo que conlleva que debamos priorizar la recuperación y valorar cómo podemos adaptar la competición futura a nuestro plan de entrenamiento. Es posible que en una o dos semanas estemos en disposición de volver a competir ante un mal 5k o 10k, pero en el caso del 21k, especialmente el 42k, el período de descanso entre una y otra competición tiene que ser amplio. ¡Las prisas nunca son buenas aliadas!
Análisis del contexto
Saber analizar y reflexionar acerca de los factores que han podido condicionar la competición es algo no debería de faltar tras una competición. Puede ser que aunque consideremos que una carrera ha salido de mal manera, realmente lo que ha ocurrido es que han existido otros factores que han condicionado nuestro rendimiento.
Es un hecho contrastado que ante días de temperaturas de mucho calor o de viento el rendimiento se ve disminuido. Otra cosa habitual es encontrarnos un circuito o recorrido mucho más complejo del que teníamos en mente, ya sea por mayor desnivel positivo, por la presencia de giros incómodos o una superficie incómoda para correr. Por tanto, no siempre una carrera mala ocurre por un mal rendimiento, sino por una mala interpretación y gestión de los factores externos.
Adaptar las expectativas de marca a las condiciones y las características de la competición nos ayudará a realizar una lectura mucho más positiva de la misma.
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Zapatillas running más vendidas del mesAprendizaje
Todas las experiencias tienen hueco para un aprendizaje positivo, incluso las más crudas. El hecho de ser capaces de gestionar y acabar una carrera en la que las sensaciones no acompañan supone todavía un esfuerzo mayor que si las cosas salieran rodadas. Esta mayor capacidad de sufrimiento en competición ayuda a forjar una mente mucho más fuerte, lo que te ayudará en posteriores carreras.
Dicen que la experiencia es un grado y en esto del running, adquiere una gran importancia. Cada situación en competición es distinta, lo que nos lleva a vivir una multitud de experiencias mientras corremos con el dorsal en nuestro pecho. Esta colección de vivencias forja un deportista mucho más completo y con capacidad para gestionar las diferentes situaciones en carrera, tanto las positivas como las negativas.
Piensa que algo que ya ha ido mal tiene mayor probabilidad de que en la próxima vaya mejor
Apóyate en otras personas
Antes de entrar en un bucle de pensamientos negativos y tocar fondo, debemos de aprender a apoyarnos en diferentes figuras como nuestro entrenador, la familia, pareja o amigos. El entrenador es la voz de la experiencia y siempre será capaz de sacar una lectura positiva de cualquier experiencia insatisfactoria. Saber escuchar su opinión para levantar el ánimo y recuperar la motivación va a resultar súper interesante.
Tengas o no entrenador, los seres cercanos como la familia, la pareja o los colegas seguro que siempre van a tener palabras agradables para valorar todo el esfuerzo que realizas, tanto en el entrenamiento diario como en la competición. Apóyate en sus ánimos, consejos y halagos para volver a ser el o la que eras antes de la mala carrera.
En ocasiones hay que quitarse parte de la modestia propia y subir el autoestima quitarnos
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Una mala carrera es solo una mala carrera
A pesar de que seamos conscientes de que una mala carrera tras un largo proceso de entrenamiento resulte frustrante, es importante pensar que no es el final del camino, sino que un simple bache en un largo trayecto. Nuestro cuerpo y nuestra mente sabrá aprovechar todo lo positivo que el proceso aporta, pudiendo replicar este aprendizaje físico y psicológico en la siguiente competición al que hayas echado el ojo. ¡A por todas!
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