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Los comienzos nunca son sencillos. A no ser que provengamos de un deporte afín o con un nivel físico considerable, comenzar a correr tiene, al inicio, más de sufrimiento que de disfrute. Esto es así, no nos vamos a engañar. Cualquiera que haya estado en esta situación lo sabe perfectamente, pero no por eso debe ser motivo para desistir en el intento de convertirnos en runners.
Poco a poco este sufrimiento se va reduciendo y es cuando comenzamos a coger el gustillo de calzarnos las zapatillas de running. La adquisición de una rutina de sesiones nos permite que el cuerpo se vaya acostumbrando tanto al estímulo cardiovascular como al del impacto articular al que se expone el cuerpo en cada zancada. Cada vez somos capaces de resistir más tiempo corriendo y, a su vez, más rápido, cada uno/a dentro de su espectro de ritmos.
Llegados a esta fase, podemos decir que el disfrute se va imponiendo al sufrimiento, aunque como cualquier actividad deportiva, siempre tiene el factor de esfuerzo, que al fin y al cabo, es lo que le da sentido al ejercicio físico.
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Ir al recomendadorLa combinación de las adaptaciones fisiológicas junto con un aumento en la motivación y capacidad de superación provoca que seamos cada vez más ambiciosos, que queramos más. Correr más distancia, más tiempo, superar nuestras marcas…pero todo esto también tiene un riesgo. Que no seamos capaces de controlar este “subidón” que provoca el culminar una sesión de entrenamiento más o menos exigente, o esa competición objetivo.
En las siguientes líneas hablaremos de la euforia del corredor o también conocida como Runners High, la cual es un arma de doble filo al que se le debe de prestar especial atención si no queremos que nos repercuta negativamente en nuestro rendimiento y bienestar físico y mental.
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Zapatillas running máxima amortiguación más vendidas de la semanaLas endorfinas, culpables de la euforia del corredor
Como seguro que en alguna ocasión has escuchado o leído, al correr el cuerpo secreta una hormona llamada endorfina, la cual es la culpable de que nos genere esa sensación de bienestar y cierta euforia después de correr. Esta es la clave para que el running, a pesar de que tenga su punto de exigencia, se convierta en una experiencia placentera que queremos repetir una y otra vez.
Dependiendo de las características físicas y psicológicas de la persona, el Runners High se expresa en diferentes magnitudes, por lo que se puede decir que es un fenómeno bastante subjetivo. No obstante, lo que está más que comprobado es que es uno de los factores que más engancha a seguir saliendo a correr, ya sea por un objetivo competitivo o por simple placer.
Dicen que la experiencia es un grado y en el caso de la euforia del corredor, también se aplica. Esto significa que normalmente somos más eufóricos/as en las primeras etapas como runners, cuando esa sensación es “nueva” y diferente. Es así como nos enganchamos pero también entramos en zona de riesgo frente al correcto desarrollo del proceso de entrenamiento.
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Las zapatillas de running más vendidas para principiantesPrincipales problemas del Runners High
Una euforia excesiva o la ausencia de control sobre la misma provoca los siguientes errores típicos entre los runners populares.
Entrenar demasiado rápido
En muchas ocasiones se asocia que cuanto más rápido corramos mayor bienestar vamos a conseguir, pero no es del todo cierto. Es un error entrenar rápido, ya que estaremos en un estado constante de fatiga y no nos permitirá maximizar el rendimiento. Para correr rápido también hay que correr lento. Lento de verdad, no seas un motivado en todos tus entrenos.
Correr demasiados kilómetros
Al igual que pasa con los ritmos, a veces nos “venimos arriba” a la hora de realizar sesiones demasiado largas en duración o kilómetros, interpretando que este esfuerzo extra nos va a aportar una satisfacción mayor. Pero lo cierto es que si queremos mejorar, no podemos estar haciendo siempre entrenamientos largos ya que no vamos a tener la suficiente capacidad para soportar la carga de entrenamiento así como incluir, por ejemplo, el entrenamiento de alta intensidad.
Apuntarse a demasiadas carreras
Un buen resultado en una carrera nos enciende la llama competitiva, ese ansía por volver a sentir la adrenalina con el dorsal puesto. Pero si realmente queremos mejorar, tenemos que entrenar más que competir y solo correr ciertas carreras que nos ayuden a progresar y testar nuestra forma física en un momento determinado. Puedes correr muchas carreras, incluso una a la semana, pero nunca vas a conseguir tu mejor rendimiento de esta manera.
No respetar los períodos de descanso
Por mucho que correr y entrenar nos haga sentirnos bien, nuestro organismo necesita descansar, ya que es precisamente en el período de descanso donde se generan todas las adaptaciones que nos permitirán seguir mejorando. Por mucho que te guste correr, no puedes entrenar todos los días. Corre y descansa en función de tu nivel, experiencia y objetivos.
No planificar la temporada
Este punto tiene que ver tanto con los objetivos que nos establecemos así como con los períodos de recuperación. Resulta muy interesante hacer un esquema de los objetivos que perseguimos, al menos de forma semestral o anual. A no ser que seamos deportistas de alto nivel, es probable que intentemos buscar el mejor rendimiento de una a tres competiciones al año, no podemos estar siempre al pie del cañón. Además, es muy importante establecer períodos de transición donde bajemos la carga de entrenamiento y podamos recuperarnos bien tanto física como mentalmente.
Euforia sí, pero controlada
Que el running nos haga sentirnos fuertes, activos y sanos no nos exime de ser conscientes de cómo y cuándo entrenamos. Dejarnos llevar por las ganas y salir siempre a buscar nuestro máximo en cada entrenamiento y competición por sentir una mayor euforia no es el mejor camino si queremos optimizar y maximizar nuestro rendimiento.
La planificación previa para estipular cuántas sesiones realizar y el tipo de sesiones que vamos a llevar a la práctica nos ayudará a mejorar más e, incluso, mucho más rápido. No te dejes llevar por la emoción post-sesión y piensa que cada entrenamiento tiene un objetivo en concreto.
¿Qué es mejor, una misma euforia repetida o la euforia por conseguir ese objetivo que siempre has deseado? Piensalo. Mientras tanto, a entrenar con sentido y lógica.
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