Seguramente que si no perteneces a la generación de la educación física más tradicional y de antaño, te hayas topado con una prueba o test muy habitual dentro de esta asignatura escolar. Hablamos del Course Navette o más conocido como el “test de los pitidos” o la “prueba del pí” en un lenguaje menos coloquial. Para haceros una idea, es la prueba en la que debemos correr en un espacio de ida y vuelta al son de un pitido el cual marca el ritmo de nuestra carrera y que va aumentando progresivamente su dificultad.
No solo en el ámbito escolar, sino que es un test bastante habitual para la evaluación de la condición física de deportistas en deportes de equipo o como prueba puntuable para un proceso de oposición, dentro de sus diversas pruebas físicas.
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El Course Navette, temido por tradición
Una prueba amada y odiada casi a partes iguales, aunque siendo sinceros, probablemente sea mayor el porcentaje de personas que la detesten. Todo ello por una razón sencilla: un mal enfoque y una utilización incorrecta. Habitualmente se ha utilizado esta prueba para evaluar la resistencia de los alumnos y alumnas, pero no desde un punto de vista de salud. Más bien, para realizar una evaluación y otorgar a cada discente una puntuación, de manera que las personas con mayor resistencia y capacidad de sufrimiento obtienen una mejor nota y los estudiantes con menor capacidad sacan las peores calificaciones.
Lo mismo ocurre en una prueba de oposición, donde los aspirantes se obligan a lograr un determinado rendimiento aunque no disfruten ni un segundo de su proceso de entrenamiento para realizar el test.
El problema de enfocarlo como un exámen es que, por un lado, la tensión y los nervios pueden jugarnos una mala pasada y, por otro lado, que solo evaluamos la capacidad física de una persona en una disciplina concreta, sin tener en cuenta que esa persona pueda tener mayor potencial en otros deportes o ámbitos.
Estos son algunos de los hechos que causan que muchas personas tengan miedo a correr, ya que lo hacen por imposición y solo se evalúa su nivel de desempeño (rendimiento).
Objetivo y funcionamiento del Course Navette
Ahora bien, como todo test validado por la evidencia científica, y el Course Navette lo es, tiene un cometido o propósito determinado. En el caso de este test, pretende medir nuestra capacidad cardiovascular, más concretamente la potencia aeróbica. Mediante esta prueba y la aplicación de una fórmula podremos estimar nuestro Vo2máx (volumen máximo de oxígeno), lo que puede servir para analizar la condición física de un sujeto y planificar el entrenamiento en función de su capacidad.
El Course Navette se define como un test audible, incremental, continuo, máximo a la fatiga y de aceleración y desaceleración (Garcia y Sechi, 2014). Aunque existen ciertas variantes del test, el protocolo más habitual es correr durante el mayor tiempo posible entre dos líneas separadas por 20 metros, de manera que se realiza un recorrido de ida y vuelta constante.
La velocidad o ritmo de carrera la regula una señal sonora, es decir, un pitido. La clave del Course Navette es que siempre se deben de recorrer los 20 metros antes de que la señal vuelva a sonar, ya que esta es la indicadora para volver a recorrer los 20 metros, ahora, en sentido contrario. La dificultad se mide en etapas, siendo las primeras a velocidad baja, de familiarización, mientras que las posteriores van aumentando en intensidad, obligando al sujeto que realiza la prueba a correr cada vez más rápido.
Concretamente, se comienza a una velocidad de 8,5 km/h y esta aumenta en 0,5 km/h cada minuto, pudiendo llegar hasta los 18 km/h. El protocolo contempla un máximo de 20 etapas, en las cuales el número de veces que hay que realizar una repetición de 20 metros se incrementa de la misma manera que aumenta la velocidad. Como es lógico, a mayor velocidad, más rápido se recorren los 20 metros. La primera etapa contempla 7 repeticiones, mientras que la última exige realizar 15 repeticiones.
Como en todo test, hay que tener en cuenta ciertos aspectos:
- Es importante que la grabación sonora se escuche a la perfección, así como las indicaciones iniciales y el aviso del paso de una etapa a otra.
- El test se da por concluido cuando la persona no llega o no pisa la línea durante 2 ocasiones seguidas.
- Si llegamos a la línea antes de que suene el pitido, no se puede volver comenzar a correr el siguiente tramo de 20 metros hasta que se escuche la señal sonora.
- Se debe de correr en línea recta y no se pueden realizar giros de 180º sobre la línea, hay que detenerse y volver a arrancar.
- Es recomendable ser conservador/a en las primeras etapas y esforzarse al máximo durante el test para que los resultados sean reales.
Utilidad del Course Navette
Como hemos mencionado anteriormente, está ampliamente estudiado que el Course Navette es un test que permite realizar una estimación fiable de nuestro Vo2máx. A su vez, será una buena prueba para evaluar la condición física de un deportista en dos momentos distintos de la temporada, por ejemplo, al inicio y a la mitad de la misma. Esto es lo que hacen muchos equipos de deportes colectivos, por ejemplo.
A pesar de ser un test diseñado ya hace tres décadas, sigue siendo uno de los protocolos más utilizados para analizar el componente cardiorrespiratorio de personas de ambos sexos y todo tipo de edades (Garcia y Sechi, 2014). Los argumentos a favor del Course Navette son varios:
- Correlación directa con el Vo2máx
- Capacidad predictiva para sujetos de diferente condición física
- Sensibilidad para reflejar cambios provocados por el entrenamiento
- Posibilidad de prescribir cargas de trabajo (volumen e intensidad) en función de los resultados
- Relación con la salud y condición física general
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Sé consciente de tu condición física antes de realizar el Course Navette
A pesar de que este test sea un protocolo de fácil aplicación y con mucho potencial, hay que entender que no todo el mundo está preparado para realizarlo desde el punto de vista físico. Si no practicamos el running de forma habitual, es recomendable que dejemos el Course Navette para cuando tengamos una mejor condición física. Mientras tanto, existen otros test que se pueden realizar caminando, como el test Rockport.
Analizar nuestro rendimiento no deja de ser algo indispensable para controlar el progreso que buscamos cuando establecemos un plan de entrenamiento. Ya sea mediante la realización de test, como evaluando las cargas y volúmenes del entrenamiento, debemos de tener claro que el entrenamiento lleva implícito el análisis, tanto de manera objetiva (registros numéricos) como de manera subjetiva (sensaciones).
Recordad, lo que no se mide, no se puede mejorar
Referencias e imágenes:
García, G., Secchi, J. (2014). Test course navette de 20 metros con etapas de un minuto. Una idea original que perdura hace 30 años. Apunts. Medicina de l'Esport, 49(183), 93-103. 10.1016/j.apunts.2014.06.001.
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