Entrenar es un compromiso con nosotros mismos, pero a veces es verdad que no podemos cumplirlo. Ya sea por salud, problemas laborales, domésticos, hijos... Y es entonces cuándo algunos sufrimos una especie de sensación de culpabilidad. Cierta ansiedad por no poder calzarnos las zapatillas de running y cumplir con nuestro entrenamiento. Tiene un nombre: La culpa del deportista ¿A ti también te ha sucedido? Ya ves que no eres el único. Muchos runners y deportistas populares sentimos remordimientos por no entrenar lo suficiente o por perdernos un entrenamiento programado, y eso puede llegar a afectar en nuestro bienestar mental y emocional. Vamos a intentar analizar este fenómeno, mucho más común de lo que puedas pensar y te damos claves para poder gestionarlo.
¿Qué es la culpa del deportista?
La culpa del deportista surge cuando nos sentimos mal por no cumplir con nuestros planes de entrenamiento. Es esa voz interna que nos dice que deberíamos haber entrenado más o que hemos fallado en nuestros objetivos. La preocupación de fallar a uno mismo o a otros, como amigos, familia o incluso entrenadores, está en la base de esta sensación.
La práctica deportiva es sinónimo de vida sana, bienestar y disciplina. Pero también puede convertirse en una prisión mental si caemos en las redes de la conocida "culpa del deportista". Un fenómeno psicológico que atormenta a muchos runners y deportistas amateur cuando no cumplen con sus planes de entrenamiento establecidos.
"Es esa vocecita en tu cabeza que no para de repetirte que hoy tendrías que haber entrenado más duro, que has fallado en tu compromiso", describe Gorka Cabañas, director de producto del RUNNEA y runner popular. "Es una sensación desagradable de estar defraudando tus propias expectativas".
Las consecuencias pueden ser demoledoras según advierte Raúl Lozano, entrenador de trail running, corredor de ultras y capitán del RUNNEA Trail Team. "La culpa del deportista genera altos niveles de estrés, ansiedad, falta de motivación, frustración y un menor disfrute general de la actividad física. En casos extremos, puede conducir al abandono por un agotamiento tanto físico como mental".
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¡VAMOS ALLÁ!¿Por qué nos sentimos culpables?
Pero, ¿de dónde nace realmente esta "culpa del deportista"? Lionel Nattes es ultramaratoniano popular en carreras de asfalto con más de una década de experiencia corriendo ultras por todo el mundo, y nos ofrece una valiosa perspectiva:
"Creo que en gran medida es un reflejo de la mentalidad de compromiso férreo que muchos atletas tenemos hacia el deporte", analiza Nattes. "Nos tomamos nuestros entrenamientos casi como una obligación sagrada, sin margen para fallos o descansos no programados". "Esa rigidez mental choca con la realidad de que somos seres humanos, no máquinas", prosigue el corredor francés. "Nuestros cuerpos y mentes necesitan pausas, desconexiones y flexibilidad para poder rendir al máximo. Pero en lugar de aceptarlo con naturalidad, tendemos a autocastigarnos con remordimientos y culpa".
Ya lo sabes, las redes sociales no siempre muestran la realidad
La presión social se ve amplificada por las redes que es otro factor clave según un estudio de 2020 en Psychology of Sport and Exercise. Esta investigación demostró que los deportistas que se comparan frecuentemente con otros en redes sociales experimentan mayores niveles de culpa, ansiedad y disminución de la autoestima cuando no logran cumplir sus metas programadas.
"Instagram, Facebook o Tik Tok nos bombardean con vidas deportivas completamente idealizadas que, si nos las creemos al pie de la letra, acaban por minar nuestra motivación", coincide Cabañas. "Es fácil caer en una espiral desmotivadora si no separamos la realidad de la fachada ficticia que muestran las redes".
Aprendiendo a gestionar la culpa
Afortunadamente, los expertos ofrecen varias pautas para identificar y combatir esa vocecita interna que nos atormenta por no cumplir con nuestras propias expectativas deportivas:
- Relativiza y desconecta - "Si las redes sociales te amargan, desconéctalas durante un tiempo o deja de seguir esos perfiles tóxicos que generan ansiedad", recomienda Cabañas. "Prioriza tu salud mental por encima del ruido exterior".
- Objetivos realistas - "Define metas ajustadas a tu nivel presente, no a tus fantasías de grandeza", aconseja Raúl Lozano. "Ni te infravalores ni te sobreesfuerces, el deporte debe ser algo personal".
- Escucha a tu cuerpo - El descanso y la recuperación son tan vitales como el propio entrenamiento. "Si necesitas un respiro, no lo ignores para evitar lesiones y un mayor desgaste", insiste el entrenador de trail running.
- Disfruta el camino - "Enfócate en saborear el proceso de mejora constante, no solo en los resultados finales", apunta Cabañas. "El deporte debe ser un placer, nunca un castigo".
- Busca apoyo positivo - "Rodéate de gente que celebre tus avances y no critique tus fallos", recomiendan Lozano y Nattes. "Las compañías tóxicas son un lastre, cada uno va a su ritmo".
Perspectiva desde la experiencia
Con más de una década de trayectoria amateur en el mundo de las carreras de ultrafondo en el asfalto, Lionel Nattes comparte algunos consejos prácticos muy valiosos:
"Establecer un día fijo de descanso semanal sin remordimientos es clave", aconseja el corrredor francés. "Nuestros cuerpos necesitan esas pausas para asimilar las cargas de entrenamiento. Yo practico además la meditación y técnicas de relajación, que ayudan muchísimo a gestionar mejor el estrés".
Nattes también insiste en la importancia de "llevar un diario de entrenamiento realista, no solo centrado en datos fríos, y fijar metas por tiempos o sensaciones subjetivas, no únicamente por distancias objetivas".
"Es fundamental enfocarse en el propio progreso individual, no en compararte con otros atletas", añade el ultramaratoniano. "Diseñar rutinas variadas que no se vuelvan monótonas, y premiarte con pequeños caprichos saludables cuando consigas tus retos también ayuda a mantener la ilusión".
Hay vida más allá del deporte
En última instancia, los expertos insisten en que el deporte debe entenderse como una actividad más que mejora nuestra calidad de vida, salud y bienestar general. "Nunca debería ser una carga ni un motivo de frustración", sentencia Lozano.
"No olvidéis disfrutar de otras aficiones además del running para desconectar", recomienda Nattes. "El camino del deportista aficionado, al igual que el del deportista de élite, se hace entrenando la cabeza tanto como las piernas".
Por eso es fundamental aprender a integrar los entrenamientos de forma equilibrada con el resto de responsabilidades y facetas vitales. "No somos máquinas, somos personas con múltiples dimensiones además del deporte", recalca Cabañas. "No os penéis si un día no podéis cumplir con vuestro plan establecido. Mañana habrá una nueva oportunidad para progresar, pero siempre desde el disfrute y la ilusión renovada".
Solo aceptando los días de descanso y las pequeñas claudicaciones con naturalidad podremos seguir cultivando nuestro amor por la práctica deportiva. Venciendo la insana culpa del deportista es posible mantenerse fieles al running sin perder la pasión.
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