¿Cómo diferenciar una ciática, del síndrome piramidal?

¿Cómo diferenciar una ciática, del síndrome piramidal?
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Redacción RUNNEA Team
Publicado el 31-05-2021

Una de las preguntas más recurrentes en los centros de fisioterapia entre los runners populares es la de conocer la diferencia entre una ciática y el síndrome piramidal. En principio es una lesión que suele confundirse y por lo tanto retrasar los períodos de recuperación por no acometer un tratamiento adecuado.

Cuando padecemos ciática (verdadera ciática) los principales síntomas se producen e irradian incluso por debajo de la rodilla. Es decir desde la zona del glúteo o espalda baja hasta la zona del gemelo. Además resulta complicado que la lesión sea detectada  en una radiografía o en una prueba de conducción nerviosa.

La clave para poder diferenciar una dolencia d la otra es la cualificación del especialista a través de la palpación de la zona afectada. El especialista en una ciática debería poder percibir un pequeño desplazamiento en torsión con bloqueo de la articulación sacroilíaca. Una forma de poder visualizar que existe la lesión, es tumbarse boca arriba en el suelo, si el pie de la zona afectada rota hacia afuera de manera más destacada que el otro pie, hablamos de ciática.

Síndrome piramidal

Por su parte el síndrome del piramidal o síndrome del piriforme, es una lesión que consiste una sobrecarga del músculo piramidal, que desemboca en un dolor agudo en la zona del glúteo que puede (no siempre)  referir dolor al miembro inferior sin bajar de la rodilla.

El músculo piramidal o piriforme, es pequeño, escondido, pero su importancia es vital en los corredores populares. Os explicamos el porqué... Este músculo es el encargado de facilitar que la cadera rote hacia afuera permitiendo que el muslo de la pierna se pueda separar del centro del cuerpo. Explocado de otra forma, el piramidal conecta el sacro (la región más baja de la columna) con el fémur (hueso del muslo).

Es decir su función es de vital importancia en la zancada de carrera. Cuando se produce un acortamiento o una contractura del músculo piramidal el dlor que irradia no permite correr y su recuperación puede llegar a ser de varias semanas. Cuando corremos, sobre todo con zancadas largas y en terrenos irregulares, se produce una gran tensión en la columna que llega a la pierna. Si la tensión es excesiva se puede llegar a sobrecargar el hueso sacro bloqueando la articulación y produciéndose un intenso y molesto dolor. La sensación es como si con cada zancada tuvieras un latigazo en el glúteos. y cuánto más amplia sea la zancada más dolor. La sensación es de quemazón y aumenta el cuando el lesionado pasa mucho tiempo sentado. No debemos confundir esta lesión con ciática. 

En la ciático el dolor se irradia desde la espalda hasta pudiendo llegar a los dedos del pie. Es un dolor irradiado que coje toda la pierna. En el Síndrome del piramidal el dolor se concentra en el glúteo. 

 ¿Por qué puede producirse esta lesión? 

Las causas son varias. Además de un entrenamiento excesivo, una zancada demasiado amplia y forzada, la principal causa del Síndrome del piramidal es permanecer sentado durante mucho tiempo. Y además reconoceremos la lesión no solo por el dolor punzante en esa zona cuando entrenamos, sino porque con los días el dolor vuelve en todo el glúteo cuando se permanece tiempo sentado. 

¿Se puede prevenir el Síndrome del piramidal? 

Resulta fundamental realizar estiramientos y ejercicios para la pelvis antes y después de cada entreno. Imprescindible el trabajo en el gimnasio, fortalecimiento de la zona del glúteo Utiliza un calzado adecuado que minimice el impacto de la zancada. Pese a la tendencia de calzado minimalista, es importante contar con unas zapatillas de running con suficiente amortiguación para minimizar el impacto en el aterrizaje. Sobre todo en corredores que aterrizan con el talón. Y por último una adecuada técnica de carrera para que aprendamos adaptar nuestra zancada al terreno por el que corremos 

¿Cómo se cura el Síndrome del piramidal? 

Para empezar es necesario parar. 

  • Dejar de correr, de andar en bicicleta o cualquier ejercicio que cause dolor en la zona. 
  •  Hielo:  Aplicar hielo durante 20 a 25 minutos, cada 3 o 4 horas para bajar la inflamación del músculo 
  •  Tratamiento fisioterapeútico Es imprescindible el tratamiento manual de un profesional a través de un masaje terapéutico en la zona afectada. 

El profesional tratará de rotar el hueso sacro de forma correcta en función de la torsión que se hubiera producido. Al masaje en la zona le seguirá una descarga o liberación fascial. Al músculo se le aplica una fuerza constante. Para ello el fisioterapeuta tratará de estirar la fascia restringida de manera lenta. La liberación directa pretende conseguir cambios físicos en la estructura estirando la fascia y liberando las restricciones. Antes de la manipulación es muy importante hacer estiramientos del músculo y los rotadores externos de la cadera. Tras el tratamiento se suele recomendar aplicarse por la mañana alguna pomada que dé calor a la zona y aplicar calor seco por la noche. 

 Estiramientos músculo piramidal

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