No nos engañemos, perder peso no es tan fácil como parece. Para bajar algunos kilos no sólo debes hacer una cosa, sino un montón de pequeñas cosas. Cada una de ellas es como un granito de arena, pero todos suman. No importa si quieres perder esos últimos 5 kilos o 25, la parte más difícil es comenzar.
Sin embargo y, a diferencia de lo que la gente piensa, no es necesario hacer cambios drásticos en tu estilo de vida para los que además no estás todavía preparada. Piensa que si te pones un plan de adelgazamiento muy estricto desde el comienzo es muy probable que te lo acabes saltando y termines abandonándolo a las primeras de cambio. En lugar de hacer eso, te propongo introducir 5 pequeños y sencillos cambios en tu vida diaria que podrás cumplir con facilidad y serán mucho más llevaderos.
1. Prepara una buena y abundante ensalada para comer
Se trata de un hábito alimenticio muy saludable por muchas razones. Los vegetales contienen muy pocas calorías, así que puedes ingerir en la hora del almuerzo un enorme plato de ensalada sin preocuparte en exceso por el número de calorías que tu organismo está ganando en ese momento. También son muy ricos en fibra, por lo que te llenarás rápidamente y mantendrá la sensación de estar satisfecha durante más tiempo. Durante el fin de semana, puedes preparar varios botes de cristal con variedad de ensaladas para consumirlas de lunes a viernes. Si haces esto, evitarás durante la semana, la tentación de probar otras comidas con alto valor energético. Procura elegir para tus ensaladas ingredientes saludables y evita caer en la tentación de aderezarla con taquitos de queso curado o salsas.
2. Realiza una sesión de ejercicios durante 15 minutos cada día
Este es un consejo especialmente indicado para aquellas personas que no hacen nada de actividad física, aborrecen salir a correr, odian apuntarse a un gimnasio y entrenar ante desconocidos o simplemente no tienen ni idea de cómo empezar a ejercitarse. Cualquier persona puede comprometerse 15 minutos cada día y realizar unos simples ejercicios en casa de pilates, yoga , fitness, etc. con la ayuda de YouTube y el firme propósito de quemar unas cuantas calorías.Comienza con una sesión de ejercicios de 15 minutos al día para adquirir el saludable hábito de moverse. Al cabo de unas semanas te sentirás tan bien, que tú misma gradualmente incrementarás el tiempo dedicado al ejercicio físico.
3. Conserva las frutas y verduras troceadas en tu nevera
Cuando el aburrimiento o el hambre hacen acto de presencia, la solución más rápida suele ser echar mano de la primera bolsa de patatas fritas que guardas en tu despensa. Precisamente para evitar esto, una buena fórmula consiste en guardar en la nevera distintos botes de cristal con trocitos de frutas y verduras. Así, cada vez que quieras picar algo, podrás recurrir a uno de esos saludables tarros preparados de antemano que contiene uvas, arándanos, piña, sandía, fresas, kiwi, zanahorias, tiras de pimiento o pepino en rodajas. Un excelente truco es colocar los recipientes en la nevera a la altura de tu vista. Será lo primero en lo que te fijes al abrirla.
4. Una botella de agua reutilizable será tu mejor aliada
No te pido que abandones la costumbre de tomar tu taza de café con leche cada mañana, pero para el resto del día, llevar una botella de agua reutilizable contigo puede convertirse en el aliado perfecto. Cada vez que visites un bar, cafetería o restaurante con tus amigas o compañeras de trabajo, en lugar de pedir una consumición, recurre a la botella de agua que llevas en tu bolso. Cada vez que lo hagas, ahorrarás de media 100 calorías. Además de esto, bebiendo agua, te mantendrás hidratada y contribuirás a llenar tu estómago, lo que evitará el tener que recurrir a barritas y galletas integrales para saciar el hambre.
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5. Utiliza platos y tazas más pequeñas de lo habitual
Cuando preparas un plato de comida, sientes la necesidad de llenarlo por completo y se tiende a comer más aunque no se tenga hambre. Si comienzas a adquirir el hábito de utilizar platos de menor diámetro, como los de postre, engañarás a tu cerebro al verlo más lleno y saciarás el hambre de la misma manera, pero con la ventaja añadida de haber ingerido muchas menos calorías.
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