16 buenos hábitos para incorporar a tu dieta

Nutrición
16 buenos hábitos para incorporar a tu dieta
RUNNEA
Por RUNNEA
Redacción RUNNEA Team
Publicado el 26-09-2016

Las vacaciones ya sean de Navidad o de veranoson necesarias en todos los aspectos de la vida. Es bueno relajar un poco y durante unos días, los hábitos y rutinas diarias. Pero muchos hacen un enorme paréntesis y durante el periodo vacacional cometen grandes excesos tanto en su dieta como en su estilo de vida. Grandes comidas, refrescos, snacks, tapas, bebidas alcohólicas, tabaco, inactividad, etc., que dejan mella en nuestro cuerpo: unos cuantos kilos de más, analíticas alteradas, hipertensión, problemas digestivos...

Ahora que ya todo vuelve a la rutina es momento de reemprender el buen camino. Vamos a darte una serie de consejos para ayudarte a incorporar en tu vida diaria buenos hábitos para dejar atrás el descontrol alimentario y de recuperar un estilo de vida saludable.

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Consejos para recuperar  los hábitos de una dieta salidable

No caigas en la tentación

No hagas dietas milagro ni aquellas que te prometan mucho por poco. Demasiado bueno para ser cierto.

Cambia tus hábitos y mantenlos en el tiempo. Es la única manera de obtener efectos duraderos

Haz de las verduras y vegetales la base de tu alimentación

Debemos tomar, tanto en la comida del medio día como en la cena, un plato de verdura o ensalada, ya sea como entrante, primer plato, como parte integrante y abundante de un plato único o como guarnición del segundo.

Así mismo este grupo de alimentos puede formar parte de desayunos o meriendas: bocadillo de lechuga, tomate y aguacate; ensalada de tomate y queso fresco; pan integral con paté vegetal (de berenjena, de setas o champiñones, de escalibada, etc.), tortilla de espinacas o de espárragos o de pimientos, o de calabacín o de alcachofas, etc.

También pueden ser un saludable pica-pica. Una zanahoria, rodajas de pepino, verduras encurtidas, palitos de crudités, etc.

Las frutas frescas y desecadas y los frutos secos deben formar parte de tu dieta diaria.

16 buenos hábitos para incorporar a tu dieta

La fruta y los frutos secos pueden tomarse en cualquier momento del día, ya sea en el desayuno, a media mañana, en la merienda o como postre, en ensaladas o como ingrediente de otros platos en la comida o en la cena.

Toma dos o tres piezas de fruta fresca al día y un puñado de frutos secos (almendras, nueces, avellanas, pistachos, etc.) y alguna fruta desecada (dátiles, ciruelas o uvas pasas, higos, orejones, arándanos, etc.).

Hazte amigo de las semillas

Son alimentos cargados de nutrientes, interesantes para enriquecer tu dieta y aportarle nuevos matices.

Las que son muy pequeñas deberás tostarlas, machacarlas ligeramente o ponerlas en remojo para aprovechar todas sus propiedades.

Por ejemplo: semillas de sésamo, de lino, de chías, pipas de girasol o de calabaza, que puedes añadir a ensaladas, sopas o cremas, yogures, batidos, etc.

Toma legumbre y cereales integrales, pero no te excedas en las cantidades

Si no eres un deportista, las cantidades de de cereales no deberán ser mayores que un cuarto de tu plato. Cocínalos de manera sencilla y combinados con verduras u hortalizas. De entre todos los cereales escoge aquellos en sus versiones enteras o integrales.

Las legumbres cocinadas con verduras pueden ser un plato único si en otros momentos del día combinas con cereales integrales o algún alimentos proteico como huevos, pescado o carne.

Toma porciones moderadas de pescado, carnes blancas y huevos.

Mejor si las repartes a lo largo del día. Prioriza el pescado, tanto blanco como azul, por encima de las carnes. Elige carnes de aves o conejo eliminando la piel y a grasa visible y toma sólo carnes rojas bajas en grasa de una a dos veces por semana.

Evita las carnes procesadas como embutidos o hamburguesas ya elaboradas.

No tengas miedo de los huevos, puedes comer con tranquilidad hasta uno diario sin que afecte negativamente a tu salud.

De entre los lácteos, si te gustan y los toleras bien, decántate por los yogures o leches fermentadas, leche o queso poco procesados.

Evitas los yogures con sabores, frutas o con "cosas", ya que llevarán azúcares añadidos, innecesarios y poco saludables. Toma el yogur natural y entero. Si lo deseas con fruta, pónsela tú.

En cuanto a la leche, puedes tomarla entera, semidesnatada o desnatada, pero evita leches con sabores o azucaradas.

Los quesos mejor frescos o tiernos y en pequeñas cantidades. Puedes tomarlos bajos en grasa.
Evita todos los postres lácteos y "chucherías de leche y derivados". Su contenido en azúcar es muy elevado.

Si no eres intolerante a la lactosa, diagnosticado médicamente, no elijas lácteos sin lactosa, tómalos en su versión normal, ya que de otra manera estarás comprometiendo tu tolerancia futura.

Si no tomas lácteos y/o prefieres las bebidas vegetales, acostúmbrate a leer las etiquetas y no compres aquellas en cuya lista de ingredientes aparece en las primeras posiciones el azúcar (o zumo de fruta, mosto, glucosa, fructosa, dextrosa, jarabe de..., etc.), no son más que agua con azúcares y algo del vegetal del que están hechos.

Come a diario grasas saludables

El aceite de oliva virgen extra es la mejor elección, tanto en la cocina como en los aliños.

Las grasas que contienen el aguacate, las aceitunas o el coco son también grasas saludables.

Evita aquellos alimentos muy procesados

Todos los alimentos envasados en los que no se aprecia el alimento de origen: dulces, snacks, cereales de desayuno, embutidos, etc.

Cocina tus alimentos de manera sencilla

Las cocciones más saludables son el vapor, la papillota, el horno convencional o microondas, el hervido o los guisos y plancha suaves. No abuses de los fritos, barbacoas o plancha a fuego fuerte.

Come despacio y no hagas ninguna otra actividad mientras comes

Saborea cada bocado.

Procura comer en buena compañía y haz de tu comida un momento agradable.

Planifica tu alimentación

Dedícale tiempo. No dejes tu dieta en manos de la improvisación.

Cuida la presentación de los platos.

Toma agua para saciar tu sed

Evita los refrescos, no aportan ningún valor nutritivo y sí muchos azúcares y otros graves perjuicios para tu salud.

Di no a las bebidas alcohólicas. No son saludables ni en pequeñas cantidades. Recuerda que el alcohol es un tóxico y que los posibles beneficios que podamos encontrar en algunas bebidas como el vino o la cerveza los tenemos en su alimento de origen, la uva o la levadura de cerveza.

No fumes

Sé activa

Muévete durante todo el día, en el trabajo, en casa; olvídate del ascensor, del teléfono y del mando a distancia, camina, sube escaleras.

Cambia las deportivas por el sofá. Cualquier actividad puede ser una excusa para hacer moverse: las tareas del hogar, levantarse para ir a dar un mensaje a un compañero, hacer la compra, pasear al perro, jugar con los niños, etc.

Realiza a diario al menos una hora de ejercicio físico programado. Elige el que más te guste y que tengas cerca de casa, así tendrás más facilidad para seguirlo.

Cuídate y, de vez en cuando, date un capricho

Aprende a disfrutar con lo que haces. Sonríe y procura ser feliz.

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