De tanto en cuando surgen productos o alimentos en el mercado que alcanzan un gran auge y se convierten en la nueva moda, o realidad, de la nutrición deportiva. Dentro de ellos se encuentra la espelta, un cereal que destaca por su gran valor energético, puesto que sus nutrientes principales son los carbohidratos; y que presenta un alto contenido en proteínas de elevado valor biológico con aminoácidos como la lisina. Asimismo, se presenta como una notoria fuente de minerales y vitaminas, especialmente del grupo B.
La espelta es muy similar al trigo común, puesto que son diferentes variedades de una misma familia, pero las pequeñas diferencias entre ambos vegetales son muy importantes para según qué aspectos se quieran "mimar".
La espelta es un cereal cuyo origen se encuentra en Irán, hace cerca de 7.000 años, extendiéndose su cultivo hacia Oriente, encontrándose así señales de su uso en el Antiguo Egipto y en China, en donde además de como alimento, se empleó para elaborar cerveza.
Tras recalar en Europa, en plena Edad Media fue el cereal con el que hacían el pan las clases más poderosas, pese a que con la llegada del siglo XIX se inicia su declive por la presencia de una corteza dura que protege el grano, por lo que es necesario su descascarillado antes de proceder a la molienda, así como por su bajo rendimiento productivo tras ser cultivado el cereal.
La espelta se desarrolla hoy en día en áreas montañosas de España, Austria, Suiza o Alemania, siendo estos dos últimos países sus dos principales productores. Tiene una importante resistencia a plagas y enfermedades que evita el uso de pesticidas, por lo que es una variedad de trigo ideal para un cultivo ecológico.
Asimismo, el cultivo de la espelta aguanta tanto el frío como la falta de agua, y se adapta, al contrario que otros cereales, a climas adversos y terrenos poco propicios, aunque es verdad que crece mejor en un clima óptimo -que ronde los 25ºC- y con algo de humedad, pero sin excesos. La espelta no requiere de demasiados abonos ni nutrientes, y su recogida tiene que llevarse a cabo a finales de primavera, cuando ya haya secado.
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Beneficios nutricionales
La espelta es una fuente muy completa de minerales, proteínas y vitaminas, especialmente las que forman parte de los grupos B y E. Igualmente es rica en ácidos grasos poliinsaturados como Omega 3 y Omega 6, por lo que aporta a quien la consume una gran dosis de energía.
La espelta es rica en fibra, lo que ocasiona una digestión más fácil y el bienestar del sistema intestinal. La fibra también ayuda a la reducción de los niveles de colesterol malo y de la tensión arterial.
Además, su contenido en cobre y hierro ayuda a promover la circulación sanguínea y a prevenir enfermedades cardiovasculares, y contiene además calcio y fósforo, dos minerales muy relevantes en el refuerzo de la salud ósea. Este cereal protege el sistema inmunitario, lo que deriva en un organismo más sano y fuerte a la hora de luchar contra las enfermedades.
Por otro lado, se dice que este cereal ayuda a prevenir enfermedades relacionadas con el corazón o la diabetes de tipo 2.
Contraindicaciones
- La espelta es un cereal desaconsejado para los alérgicos e intolerantes al gluten. Aunque sus cantidades en cuanto a este elemento son notablemente más bajas que en el caso del trigo y los síntomas pueden ser menores, las contraindicaciones están comprobadas.
- Además, también está contraindicada para dolencias de tipo intestinal, como la enfermedad de Crohn o el síndrome del colon irritable.
- La espelta está compuesta también por ácido fítico, que reduce la capacidad de absorción de zinc y hierro por parte del cuerpo, lo que puede ser un inconveniente para vegetarianos y veganos que únicamente adquieren sus minerales con el consumo de plantas.
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