Aquí os traemos la crónica de una de las integrantes del Runnea Women Team Lexuri Crespo. Lexuri está entrenando con Runnea Academy, la plataforma de entrenamientos personalizados de Runnea y nos relata lo que ha sido una de las pruebas más duras a las que se ha enfrentado: Sodupe Negu Lasterketa. 18km y 1000 metros de desnivel, la primera carrera de montaña de la temporada.
Lexuri Crepso. Algunas carreras me las suelo tomar como entrenamiento, para salir de mi zona de confort e intentar dar el "máximo" y esta es una de ellas. Sabía que no iba preparada, ya que llevo mes y medio con cambios de horarios en el curro y me ha faltado tiempo para preparármela un poco decente. Carrera que corrí el año pasado por primera vez y que me pareció bastante dura. Tenía claro que este año me iba a costar mucho más, no por mis condiciones físicas (las cuales son mejores) si no por las condiciones del terreno y sobre todo por las condiciones meteorológicas. Pero también sabia que me lo iba a pasar muy bien, más que nada porque a mi el barro me gusta más que a un niño un caramelo.
Empezamos a correr
Empieza la cuenta atrás, me prepare la música, cámara en mano y empece a darle a la zapatilla. Salí precavida, ya que el primer kilómetro es asfalto, llano y la gente sale a fuego. El año pasado pequé de ir más rápido de lo debido y la "cagué", en la primera subida iba fatigadísima y está vez quería llegar con fuerza para poder tirar mucho más.
Los primeros 3 kilómetros se me pasaron muy rápido, incluso la tuve que preguntar a la chica de detrás mío cuantos kilómetros íbamos, pensando que mi SUUNTO estaría mal. Pero no, el reloj marcaba a la perfección así que una sonrisa de oreja a oreja se reflejo en mi cara y seguí tirando hacia delante.
Primer obstáculo, pasar un riachuelo a tope de agua e intentar meter los pies lo menos posible, todavía quedaban mucho kilómetros y los pies tenían que aguantar secos por mucho tiempo.
La subida se empezaba a pronunciar y los caminos eran cada vez más estrechos. Las piedras resbalan un montón y el barro no ayudaba nada. Tocaba montar los bastones y utilizarlos como apoyo para no caerme. Correr andar, andar correr más no se podía hacer. Había momentos en los que íbamos todos muy pegados, a mi no me gusta la sensación de sentirme presionada por tener una persona detrás mío, así que animaba a la gente a que me pasará, así iba yo mucho más tranquila y sin presión alguna.
En estas carreras te puedes encontrar a todo tipo de personas. L@s que corren por primera vez, l@s que llevan muchos kilómetros a sus espaldas y a l@s que te encuentras en todas las carreras y son como si les conocieras de toda la vida. Te animan cuando las fuerzas están bajas y te sacan una sonrisa cuando más lo necesitas. Yo soy de las personas que en cuanto veo a alguien bajo de forma o que no puede más, siempre intento animarl@ con buenas palabras, creo que siempre viene bien en esos momentos difíciles.
En esta imagen yo iba sola, con gente por delante pero a bastante distancia de mi. Empezó el viento, después vino la lluvia y al de 5 minutos apareció el granizo, pasaron muchas cosas por mi cabeza y ninguna buena. Todavía no me había metido en carrera y me empezaba agobiar pensando que no podría aguantar.
Después de la tormenta siempre llega la calma y aquellos rayos de sol me dieron energía para poder tirar bien por el tramo técnico el Peñón de Gili. Una zona llena de rocas que cortaban como cuchillas, de caminos estrechos que no entraban los dos pies juntos, de zarzas que se te raspaban entera... Vamos un tramo lleno de obstáculos donde tuve que poner todos mis sentidos para no caerme. Pero mis ganas de avanzar y querer ser "rápida" me jugaron una mala pasada y tuve un par de caídas.
En el refugio nos estaban esperando con un avituallamiento increíble, una pena no poder parar y quedarme un rato al calorcito. Tome algo de líquido, saque mi gel ya que las fuerzas escaseaban, agarre mis bastones y empece a subir hacia el buzón del Eretza.
El primer tramo fue bastante bien, tipi-tapa y hacia arriba. En cuanto llegue al falso llano empezó lo peor de la carrera. El cielo se empezó a encapotar, el viento soplaba muy fuerte y el granizo se te clavaba como si fuera alfileres afiladas. Iba en pantalones cortos y no os podéis imaginar el daño que me hacía en las piernas, las tenía rojas del frío. Las manos ya no las sentía de los congeladas que las tenía, fallo mío por no meter unos guantes en la mochila. Pero yo por nada del mundo me esperaba que las condiciones meteorológicas se pondrían tan difíciles.
Tocar el buzón del Eretza fue uno de los momentos más felices de la carrera, sabía que había terminado lo peor ahora solo tocaba bajar e intentar entrar en calor. Bajando empezaron a caer unos copos de nieve, pensé que la cosa se pondría peor, pero tuvimos suerte y las nubes empezaron a desaparecer. Por esta zona tuve que tener cuidado, debajo de la hierba no había tierra, había riachuelos de agua así que en muchos momentos tuve que sentarme y bajar de culo.
Cada vez iban quedando menos kilómetros pero me notaba con más fuerza para seguir tirando. La subida al Eretza aunque fue muy dura, me dio un chute de energía para terminar con ganas de más kilómetros, con ganas de seguir más tiempo en el monte y de que no terminará la carrera. Pero todo tiene un fin y este estaba llegando.
La entrada a meta como todas fue super emocionante, aunque no me estaba esperando mi peque Izaro pero había muchos amig@s que me estaban animando. Besos, abrazos, felicitaciones, es increíble lo que puede hacer esto del trailrunning.
Mi equipo Azpigorri Mendi Kluba quedo segundo por equipos, estamos hechos unos máquinas y cuando se juntan amigos y pasión esto es lo que sucede que las cosas salen solas. Quiero agradecerles ese apoyo que siempre trasmiten, esos ánimos y ese saber estar. Esta temporada seguro que damos mucha más guerra. EGURRE AZPIGORRI.
¡Gracias Runnea Academy!
Todo esto no sale solo, los entrenamientos de Runnea Academy están dando sus frutos, ahora y más que nunca tengo ganas de que salga en la plataforma los entrenadores de trail y así poder mejorar muchísimo más. Se donde tengo mis fallos y también sé que con un buen entrenamiento específico podré mejorar muchísimo. Este año lo vamos a petar #runneawomenteam " a puto tope" como diría Chemita Martínez.
Quiero dar las gracias a mi familia, pero sobre todo a los que aguantan mi locura. A mis padres por estar siempre cerca para poder dejarles a Izaro en cualquier momenot, a mi pareja por aguantar mi malos humus cuando no puedo salir a entrenar por falta de tiempo, a Izaro por dejar que su amatxu siga haciendo una de las cosas que más la gusta. GRACIAS a todo el mundo que está a mi lado y me apoya día tras día. Cuando la falta de tiempo no te da marguen para entrenar y hacer todo lo que me gustaría ell@s siempre están para ayudarme.
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