Seguramente alguna de tus amigas te ha hecho la típica pregunta: ¿Porqué no probamos y nos apuntamos a Pilates? Pero por distintos motivos: ya sea por falta de tiempo, pereza para desplazarte hasta un gimnasio o centro deportivo, o bien porque en ese momento tenías múltiples gastos y necesitabas ese dinero para asuntos más importantes acababas desestimando la propuesta. Para que eso no vuelva a suceder y no puedas poner más excusas hemos escrito este artículo. Te lo ponemos muy fácil: Hacer Pilates en casa. Así de sencillo y barato.
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Un poco de historia para entender el método
A comienzos del siglo pasado se ideó un tipo de entrenamiento que combinaba el aspecto mental y físico adoptando el nombre de su creador Joseph Hubertus Pilates. La base de esta disciplina proviene de la combinación del yoga, la gimnasia y la traumatología en conexión con el control de la mente, la relajación, la respiración y los músculos del cuerpo.
En sus orígenes, el propio fundador Pilates denominó a esta novedosa disciplina Contrología porque utiliza el poder mental para controlar el cuerpo, siempre intentando encontrar un equilibrios entre ambos. El método Pilates se basa en el fortalecimiento de los músculos internos para proporcionar estabilidad y consistencia a la columna vertebral y alcanzar el equilibrio corporal. Es muy utilizado para curar y prevenir dolores de espalda o lumbalgias y sus resultados terapéuticos en según qué tipo de rehabilitaciones son magníficos. Su popularidad se extendió por todo el mundo como consecuencia de que numerosas personas famosas del mundo del cine, la música y el deporte dieran a conocer su afición por esta actividad física.
Si por algo se caracteriza el método Pilates es por la combinación de varios factores que debemos tener siempre muy presentes a la hora de ejecutar correctamente cada uno de los ejercicios, ya que se trata de una disciplina física que requiere de mucha técnica:
- Concentración: Debemos estar sumamente concentrados en la ejecución del ejercicio. El objetivo es alcanzar la armonía del cuerpo, a través de movimientos muy controlados en coordinación con la respiración.
- Respiración: Una de las claves del éxito para realizar bien los ejercicios consiste en una correcta respiración. Debe ser lenta y continua. Tanto las inhalaciones -por la nariz y con la boca cerrada- como las exhalaciones -por la boca- deberían tener la misma duración. La respiración es intercostal, de tal forma que al inhalar notemos cómo se separan nuestras costillas.
- Control: Uno de los pilares de este método es el control de nuestro cuerpo, y más concretamente del de los músculos, en combinación con el control mental para lograr el equilibrio corporal.
- Zona de control: Ubicada en la parte inferior de nuestro tronco. Es como una especie de faja que engloba tanto la zona abdominal como la lumbar. Al hacer una especie de hueco en el músculo transverso abdominal, este centro de control o energía se activa y se fortalece, lo que permite realizar movimiento libres y equilibrados.
A pesar de que actualmente existen diversas variantes del método Pilates, básicamente se pueden englobar en dos grupos claramente diferenciados : aquellos que se ejecutan con la ayuda de aparatos específicamente diseñados para tal fin y los que se realizan en el suelo, encima de una colchoneta o esterilla, pudiendo incluir distintos elementos o accesorios como: un balón o pelota de gran tamaño, un aro flexible o una banda elástica.
Pilates en casa
Nosotros nos centraremos en este segundo grupo, ya que lo que pretendemos con este artículo es que podáis practicar Pilates en vuestra propia casa. A continuación os proponemos algunos ejercicios básicos para que compruebes por ti misma los beneficios de esta disciplina.
Ejercicio 1: Tumbada boca arriba, doblas tus piernas hacia tu pecho y sujeta con las manos tus rodillas. A continuación, estira tu espalda de forma lenta y pausada. Después junta tus piernas y súbelas hacia arriba y un poco hacia delante. Estira tus brazos hacia ambos lados y muévelos rápidamente, mientras inhalas y exhalas aire en 3 ocasiones. Con este ejercicio fortalecerás tu vientre.
Ejercicio 2: Túmbate boca arriba con la espalda recta y apoyada sobre la esterilla, las piernas estiradas sin tocar el suelo y tus manos detrás de la nuca. Sube el tronco hasta los hombros, coge tu rodilla derecha y dirígela hacia el pecho y el codo izquierdo hacia la rodilla, procurando que se junten. Combina piernas y brazos. Por medio de este ejercicio tonificarás tu musculatura.
Ejercicio 3: Siéntate sobre la colchoneta con tus piernas flexionadas hacia tu pecho y abrázalas. Relaja la espalda y balancea lentamente tu cuerpo hacia delante y hacia detrás. A continuación, y de forma muy suave, déjate caer hacia atrás para que tus vértebras puedan estirarse. A través de este ejercicio, lograrás reducir la tensión de tu cuerpo.
Ejercicio 4: Siéntate con la espalda recta sobre un banco. Coge unas pequeñas pesas -si no tienes un par de tetrabriks de leche cumplen la misma función- estira tus brazos hacia arriba flexionándolos por detrás de la nuca.
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