Te presentamos a Javier Val Garasa, «el deportista incombustible»

Te presentamos a Javier Val Garasa, «el deportista incombustible»
Publicado el 31-03-2015

Hoy en Runneantes Anónimos te presentamos a Javier Val Garasa

Os presento a “Javierao” uno de los cinco hermanos Val con los que he crecido haciendo diferentes deportes y también travesuras… No sé si catalogar a este pequeño gran hombre como atleta, montañero, triatleta o piragüista, porque si hay algo que le caracteriza es que cualquier plan, reto o entrenamiento que le propongas lo hará contigo, y si tu fallas ¡lo hará él sólo!

Es de esos deportistas con los que siempre puedes contar para que te acompañe porque “se apunta a un bombardeo”. Se define él mismo como “terco aeróbico, un apasionado de lo popular y a veces un iluso de los retos imposibles…”. Yo añadiría que es una buena persona, simpático y dicharachero (habla hasta con las piedras), con el que da gusto conversar porque seguro te reirás y siempre tiene alguna anécdota que contarte. 

Por cierto no dejes de leer cuando relata alguna de sus batallitas deportivas, no tienen desperdicio ¡Espero que os guste!

Te presentamos a Javier Val Garasa, «el deportista incombustible»

Edad, familia, residencia, lugar de entreno…

El día del padre, el 19 de marzo, he cumplido 47 años. Tudelano de pura cepa, casado y con un hijo de 4 años. Residente en Fontellas. Entreno en Santa Quiteria un parque de pinos que hay en Tudela, por caminos junto al Ebro, por Barcelosa un monte a las afueras , y antes más por el Parque Natural de las Bardenas y del Moncayo en Aragón a 30 km. de Tudela. Natación en las piscinas municipales CD Campoamor, en la Balsa del Pulguer (Reserva Natural cerca de Tudela) y en el Pantano del Val (en el Parque Natural del Moncayo).

Una frase o proyecto vital que te represente

Como en otros aspectos de la vida, en el deporte, lo que uno no haga o se exija a sí mismo es una decisión particular que otro no la va a hacer por ti...La grandeza del deporte es que cada uno somos protagonistas de nuestros objetivos, compartidos o en solitario, ambiciosos o no. Estoy convencido de que merece la pena esforzarse por conseguir nuestros sueños, por muy terrenales o sencillos que estos sean.

¿Profesión, situación actual, estudios, intereses, objetivos laborales?

Estudié Graduado Social, aunque últimamente he trabajado como administrativo en Ventas y Compras para diferentes empresas privadas. Aunque ahora no trabajo, tengo una agenda plena de tareas domésticas de todo tipo, necesarias para y con la familia. Esta situación, tan difícil como habitual hoy en día, la compenso con una mayor disponibilidad para compartir con mi hijo de cuatro años y para entrenar con sosiego.

Años corriendo, comienzos, distancias, mejores marcas, entrenos que recuerdes….

Inicialmente, como deportista federado, fui piragüista durante unos ocho años, en la S.D.R. Frontón de Tudela. En esta época, nos ‘curtimos’ a base de entrenamientos un tanto espartanos, pero divertidos: teníamos unas pesas de cemento que se caían a trozos, y en invierno era todo outdoor, nada de gimnasios o pabellones. Muchos días, en la ducha, si no espabilabas, te tocaba agua fría. En verano, los mosquitos nos acompañaban cada entrenamiento en el Ebro. Caían los kilómetros sin conocimiento, sin avituallarnos, bajo un sol justiciero Con cierzo o con bochorno, salíamos a remar, pero con una filosofía más de aventura que de objetivos deportivos.

Empecé a correr en el Club de Atletismo el Arenas de Tudela hacia 1988. Compaginaba esta faceta con mi afición al alpinismo. Principalmente hacíamos el Circuito Navarro de Cross, y algunos nos preparábamos las medias maratones de Pamplona, Logroño, Zaragoza, Azpeitia…También las carreras populares de la Ribera de Navarra: Vuelta a la Mejana, la Joya de Mallén, la Subida al Yugo en Arguedas etc.

Nunca he corrido las series de mil por debajo de 3:25’ y recuerdo un diez mil en 38’50” que hice en Calahorrra. Mejor marca en media maratón, 1h22’30”, en Vitoria, a 2ºC. Mejor marca en maratón, 2h50’52”, en San Sebastián.

Entrenábamos casi siempre lejos del tráfico, a oscuras o con la luz de la luna, por los caminos de la orilla del Ebro o en el circuito de cross de Santa Quiteria, y claro, nos jugábamos los tobillos día sí, día también. No he tenido un esguince jamás.

En 1998 me pasé al triatlón, también en el Arenas de Tudela, donde estuve hasta el 2011. Allí corrí desde distancias sprint a media distancia (o distancia B), viajando y conociendo gente extraordinaria dentro de un mundo muy competitivo y, por qué no decirlo, algo ‘friki’, por lo mediático que se ha vuelto y lo espectacular en las retransmisiones; un deporte que recomiendo practicar a los peques, desde la base.

En 1999, leí un artículo sobre un Ultra Trail, en la revista francesa “Endurance” (especializada en carreras de montaña, trails, orientación, ultras etc.), decidí prepararme para ver dónde estaban mis límites en esta disciplina. Anteriormente ya había corrido algunos trails de montaña, como el Aneto X-Treme Maraton, el de la Tuc de Mulleres o la Puyada al Collarada, pero nunca un Ultra. Quería subir un peldaño más en mi formación como deportista aeróbico. Necesitaba afrontar este reto y, qué mejor test que participar en el Grand Raid de La Reunión, que en esa edición fueron 128 km. y 8.000 metros de desnivel positivo y otros tantos negativos. Sólo un 75% de los inscritos cruzan la meta, y me faltó poco para no lograrlo. Una maravilla de experiencia, por lo humano y lo deportivo a partes iguales.

Como preparación a este raid, encadené entrenos en el Pirineo de entre 9 y hasta 14 horas de carrera continua, en solitario y sin apoyo logístico, en régimen de autosuficiencia. Acumulando en mis piernas el mayor números de metros de desnivel como me fue posible. En ciertos momentos, fue tan gratificante como dantesco: la sensación de libertad corriendo por el Pirineo Navarro se fundía con la extenuación del sobre esfuerzo. En la fase final de preparación contemplé dejarlo, era mucho sacrificio por algo que ni siquiera sabía si iba a materializar o no.

Finalmente, rozando el abandono, logré acabar el Grand Raid, también llamado ‘La Diagonale des Fous’, en un tiempo de 31h26’, (el tiempo límite para acabarlo era de 60 horas). Fui el primer español en inscribirme y acabarla.

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Distancia favorita, terreno, época del año…

En circuitos urbanos, las medias maratones son unas de mis preferencias. Habré corrido unas 70 y, que yo recuerde, sólo he abandonado por lesión en una. Antes de tomar la salida, aunque iba algo ‘tocado’, intuía que podría acabarla, salí a rodar suave y no fue posible. Me retiré en el km. 11

¿Prueba emblemática y por qué?

Como distancia mítica que representa me gusta la maratón. Siento predilección por la de Donosti, que he finalizado en ocho ediciones, y como capricho, me ‘regalé’ la de Roma en 2008. Me resulta atractivo, cumplir un programa de entrenamiento durante 14 semanas por ejemplo, y que el día de la carrera, sin salirte del patrón, del ritmo medio para el que te has preparado, se cumpla el registro objetivo. Para ello hay que ceñirse a un tiempo de paso X, y la felicidad está servida al cruzar la meta. En este sentido, hay que concentrarse en tus sensaciones, salir como un autómata y mantenerte constante, ni por encima ni por debajo de lo programado. Si los entrenos se han respetado, sale la marca, sí o sí.

¿Por qué hacer deporte?

1-Eleva la autoestima: al superar ciertos objetivos físicos o mentales, a veces poco comunes, reforzamos la manera de afrontar otros retos más mundanos, del día a día. Lo cotidiano es mucho más llevadero, por muy rutinario o latoso que sea.

2-Realza valores como la disciplina, la camaradería o el autocontrol frente a otros como la pereza, la apatía, el comodísimo o el desasosiego.

3-El componente de ocio en el deporte va unido al de entretenimiento, a la sensación de libertad que transmite y a la liberación del estrés. En definitiva y, aunque nos cueste horrores, darse una paliza hace sentirnos bien. A mí, me hace feliz.

¿Atleta al que tratas de emular?

Creo que alguna frustración ya me he llevado intentando emular a Haile Gebreselasie, Johnny Weissmuller, Gaston Rébuffat o Kilian Jornet. Siendo realista conmigo mismo, miro hacia atrás e intento imitar al ‘Javier’, motivado y entusiasmado por el deporte que descubrí siendo un adolescente. Así que muchas veces, cuando acabo un entreno, molido o con molestias que antes no aparecían, pienso “¡qué me quede como estoy!”, no necesito más.
¿Ídolo deportivo (masculino y femenino)?

Hablar de ‘ídolos’ me hace pensar en la jerga del futbol, es un término algo excesivo y que confunde. Sí que admiro la trayectoria de atletas como Paavo Nurmi, Fanny Blankers-Koen, Emil Zátopek, Mariano Haro, Julia Vaquero, Morceli, El Guerrouj, Isaac Viciosa, Paul Tergat, Yelena Isinbáyeba, Kenesisa Bekele, Maite Zúñiga, Natasha Hastings etc. etc.

En otro ámbito más acuático es realmente extraordinario lo de Lewis Pugh, me fascina su mensaje y cómo lo transmite. Y ya, barriendo para mi tierra, admiro lo logrado en los 90 por un excelente atleta navarro. Creo que no me equivoco si digo que ha sido el mejor del medio fondo, un luchador nato, el tudelano Andrés Martínez Modrego, un buen amigo.

¿Ídolo social?

Comparto valores que han transmitido gente como Steve Jobs, Bob Geldof, Vicente Ferrer y Conchita Garasa, mi madre.

¿Tu prueba favorita?

En triatlón: el de Zarautz. En atletismo: la maratón de Donosti y la San Silvestre de Tudela. En Trail: El Grand Raid de La Reunion. En travesías a nado en aguas abiertas: la Getaria-Zarautz y la del Pantano de Riba Roja (15.000 metros).

¿Y en la que te gustaría participar?

En el año 2000 quise hacer la Annapurna Mandala Trail, no me he olvidado lo difícil que era y sigue siendo entrar en la selección para ir. También me gustaría hacer la Travesía a Nado del Estrecho de Gibraltar o la de la Bocaina. Me conformaré si este año hago mi décima maratón…en Donosti.

Defínete a nivel deportivo

Un terco aeróbico, un apasionado de lo popular y a veces un iluso de los retos imposibles. A pesar de tantos años, metido en múltiples facetas, batallas y episodios deportivos. Sigo aprendiendo de los que vienen por detrás. Es fascinante!

Defínete a nivel humano

Pues dicen que peco de estar siempre de buen humor y de buena persona, que transmito ‘buen rollito’, dicen ¿eh? Pero con los años me he vuelto más rarito y menos paciente. Aún tengo que mejorar mi tolerancia ante las injusticias. Me crispo con facilidad y me cuesta quedarme callado. En la medida de mis posibilidades, me gusta ayudar a los que me rodean, aunque la falta de tiempo me limita bastante, supongo que como a muchos. Soy un tipo proactivo para con la vida y el deporte, como dice un amigo “de los que se apunta a un bombardeo”. El día que pierda esta actitud, agradecería que me lo dijeran.

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Rival en tu categoría tanto masculino y femenino al que admiras

Tengo un concepto de la rivalidad algo moderado; sé dónde estoy y lo que puedo dar de mí, así que no me involucro en rivalizar contra los demás. Ya me gustaría nadar como Alberto Cebollada, correr los Trails como Luis Alberto Hernando, o ser tan constante y fiel a un deporte como mi amigo Yannick Tonner en la montaña.

Además de correr, ¿qué haces para estar al 100%?

Me he dedicado estos dos últimos años, de febrero a septiembre, a nadar y competir en travesías de aguas abiertas. Anteriormente, el triatlón me aportaba un complemento a la forma física íntegro. Sobre todo gané fuerza con la bici, en detrimento de velocidad. 

Habla de los entrenos de fuerza, estiramientos, descanso.. ¿Qué recomendarías a los lectores de Runnea?

Intento descansar cada vez más y procuro dormir, al menos ocho horas…procuro. Reconozco que tras los entrenos no estiro lo suficiente, pero cuando lo hago, sigo un patrón de no más de cinco ejercicios que duplico en tiempo. Los hago sin prisa, sin rebotes, con calma, pensando en el mimo del músculo o tendón que estiramos y vigilando no sobreestirarlo. Yo suelo tener problemas de psoas acortado y tengo además muy poca flexibilidad articular, así que vigilo esto cuando el dolor aparece. A lo largo de estos años creo que no hemos hecho los estiramientos post-entreno con cabeza, así que me gusta leer las tendencias en este campo y cómo van cambiando los procedimientos. Lo que antes valía, hoy es un ejercicio obsoleto y hasta contraindicado. Tenemos que estar alerta. He leído recientemente una obviedad que me gustaría compartir: Estirar, está bien…siempre que lo hagamos correctamente.

Para la natación trabajo también la articulación de los hombros con gomas, varias repeticiones con poca dureza o carga, ya no meto pesas.
Recientemente me he iniciado en entrenamientos pliométricos. Algunos ejercicios ya los hacía hace veinte años, aunque no los llamábamos así, eran conceptos de trabajo similares y los resultados son muy buenos.

¿Sigues una alimentación específica? ¿Qué recomendarías a los lectores de Runnea?

No, como de prácticamente de todo, lo más equilibrado que puedo y afortunadamente, con apetito. Soy clásico con el desayuno: un bol de café con leche y miel, tostadas con mantequilla y mermelada casera o azúcar moreno. A veces un zumo, magdalenas, cereales. Raras veces un té.

Me encantan las verduras de mi tierra como la borraja y judía verde o las alcachofas fritas. Como pastas, patatas y arroces en todas sus variantes. Ceno ensaladas de muchos ingredientes, no me importa repetir cada día. Eso sí, que no falte un buen aceite de oliva y el ajo, que lo meto en casi todas las comidas.

No me gusta ningún tipo de queso, pero los lácteos en forma de yogures, natillas, leche o chocolate no me faltan. En las comidas casi siempre medio vaso de vino, en las cenas agua y cerveza, y si es artesana, mucho mejor. Los frutos secos me encantan.

¿Qué tipo de zapatillas usas para entrenar?

Como soy de pisada neutra y peso poco, tengo un modelo de entreno mixto, que suelen ser más polivalentes, tanto para asfalto como pistas. Además, como mis ritmos son moderados, no necesito que sea ligera. Busco más la estabilidad y la robustez, que me permita ir a ritmos lentos pero con seguridad en los apoyos. Normalmente me aguantan una temporada sin deformarse lo suficiente como para cambiarlas. Que yo recuerde, he usado, entre otros unas Brooks Fusion, Saucony Guide4 o New Balance 574. Como curiosidad nunca he tenido un modelo de Nike como calzado de entreno.Para Trail, use Adidas Trident y North Face.

¿Para competir?

Me acuerdo de unas Reebok Inferno, unas Mizuno Phantom y ahora tengo las Nike LunaRacer

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¿Qué material metes en tu mochila cuando vas al monte a hacer tiradas largas?

Manta térmica, silbato, medio litro de líquido con sales, algún gel, pasas e higos secos, un buff o braga, guantes finos y gafas de sol. El móvil ahora es obligado.

¿Qué prenda técnica es para ti imprescindible?

El cortavientos, tengo uno de 1999, que es una ‘miserable’ membrana de goretex, super ligero y que se guarda en muy poco espacio. Me ha salvado de alguna hipotermia que otra. La cabeza y manos también las debemos proteger con materiales técnicos, nada de algodón!

¿A qué aspecto le das mayor importancia en el textil: a la transpiración, impermeabilidad o a la capacidad térmica en invierno?

En mi caso, a la transpirabilidad, a evacuar el sudor y permanecer secos durante el esfuerzo. Tengo una camisetilla de HH, de polipropileno que aún uso como primera capa. Tiene casi 20 años, jaja….no la tiro por cariño.

Cuéntanos alguna anécdota que te haya pasado entrenando o/y compitiendo

Día de Navidad de 1986, entrenando en el Ebro en piragüismo, mi pala tocó la de un compañero, me desequilibré y me caí. El agua estaría sobre 7ºC y en un instante, el frío me paralizó, no me entraba casi aire ni podía articular palabra para pedir a mis compañeros que me ayudaran a llegar a la orilla. Pensaban que bromeaba al balbucear como un bebé. Ya había entrado en hipotermia. Finalmente me agarré al timón de uno de ellos y me remolcó hasta la orilla. Salí azul y corrí como un poseso para entrar en calor.

En una media maratón corrí con dos chips, el mío y el de un amigo que falló días antes por lesión. Quise compensarle la pena y la rabia por la ausencia, con un crono que para él era inalcanzable. No sólo le di un diploma con 1h25’ (quince minutos mejor marca que la suya), sino que, además, me ganó en la clasificación por un segundo. Había cruzado la meta con el pie de su chip antes que con el mío.

En un entreno de natación en Francia, una lancha y el esquiador acuático que iba detrás me pasaron tan cerca que casi no lo cuento. No me vieron. Yo nadaba pegado a la orilla del río e iba identificado, aunque no llevaba una boya de seguridad. Esto me pasó tras una semana nadando en el mismo tramo. Al parecer, no estaba permitido el nado, algo sabido en la zona pero desconocido para mí.

En una carrera pie en Laruns (Francia), la Subida al Col d'Aubisque, a mi compañero le tocó en el sorteo el premio ‘gordo’: una semana para 2 personas con todo pagado, en un Centro Termolúdico en Dax, ciudad famosa por su balnearios y aguas termales. Como acababa de dejarlo con su novia, me invitó a mí. Imagínate la estampa a los días: dos jóvenes españoles, ‘sanos’, en el Termo Hotel, rodeados de simpáticos octogenarios con sus osteoporosis, lumbalgias, artritis y demás: como dos pulpos en la Bardena…

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¿De qué resultado te sientes más orgulloso y por qué?

Me quedo con el de haber acabado el Grand Raid de la Reunión, por el número de horas que estuve en competición, y a su vez de preparación: fue un premio cruzar la meta. También porque es un raid de envergadura internacional que, al menos en su día, era el mejor del ranking mundial. Según la organización, es el más duro del mundo: por los kilómetros, por el desnivel acumulado y porque ser en una sola etapa. El eslogan de la prueba, que aparece bordado en la camiseta finisher oficial es “ J’ai surveçu” (Yo sobreviví)

Para mí significó un antes y un después, algo extraordinario a nivel de autoestima y capacidad de autoexigencia. Después de esto, casi todo resulta insignificante, desde un punto de vista para afrontar otras pruebas, independientemente de la preparación que lleve o del estado de forma en el que me encuentre. Afirmo esto desde el respeto hacia quién se exige y se esfuerza por acabar un entrenamiento o una competición, sea cual sea la distancia o el perfil. Todos son retos personales loables y merecen mi ánimo.

¿Cuentas con algún sponsor, algún tipo de ayuda, facilidad para entrenar?

No, no cuento con nada ni con ninguno. En realidad, un deportista popular no es el perfil para que alguien confíe sus intereses o su imagen corporativa. Nosotros no acreditamos títulos ni registros significativos, así que entiendo esta ausencia de apoyo. De hecho, creo que como la mayoría, me las he arreglado en hacer las cosas sin mucha ‘cobertura’ y vamos tirando.

Cuando volví del Raid de la Reunión, solicité una ayuda al Dpto. Juventud y Deporte del Gobierno de Navarra. A los meses me la dieron, era del 40% de lo que me costó la aventura, algo que agradecí en su día y que no me esperaba. Me vino genial; si lo hubiera sabido, habría invertido más en el proyecto, pero fui en plan austeridad total.

¿De quién te acuerdas cuando cruzas la línea de meta?

Como muchos y, según el tipo de carrera, creo que dedicamos ese momento a nosotros mismos, al menos los primeros segundos. Aunque suene egocéntrico, nos lo merecemos. Seguidamente me acuerdo de los que me han apoyado, aguantado y alentado a llegar hasta ahí: amigos y familia y, aunque en menor proporción, también merecen un hueco del mérito los medios de comunicación o el club que está detrás. Todos empujan hasta la línea, es algo gratificante.

Otras cuestiones que crees interesante destacar o algo más de lo que quieras hablarnos…

Hay un tema relacionado con la salud y el deporte, nada ligado a la competición, sino más bien con la movilidad o el desplazamiento. Me llama la atención el comodismo y la pereza hacia la que vamos en la sociedad actual, al menos en este país. No puede ser que se saque el coche para casi todo, me crispa, es frustante la debilidad a la hora de activarnos. Con lo saludable, atractivo y relajante que es andar o pedalear 10 o 15 minutos, haga el tiempo que haga. En otros países como Alemania o Francia vemos un comportamiento y unos hábitos que tardaremos en igualar. En las grandes urbes y en las zonas rurales, desde un niño que va al colegio, la señora que compra en el mercado o el empleado de una sucursal, por poner ejemplos, sacan sus bicis aunque truene, y no pasa nada. Es algo casi natural, cuando aquí lo natural es bajar en ascensor aunque vivas en un 2º piso, no hablemos de subir.

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Fotos cedidas por Javier Val Garasa

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Alberto Cebollada Kremer

Alberto Cebollada Kremer

Runneante Senior

Licenciado en Educación Física, trabaja como docente en el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra en la Formación Profesional de Técnicos deportivos. Ha sido entrenador de natación de un equipo de competición durante 13 temporadas, triatleta, cuadriatleta y multideportista. Es colaborador de la Revista Sportlife, Revista Triatlón y menecesitas.com Defensor de la importancia de una buena práxis y de la higiene postural en todas las actividades deportivas. Colaborador de Podoactiva (Especialistas en podología deportiva).