Si sois lectoras asiduas de IronCrowns.com es muy probable que os hayáis apuntado en alguna etapa de vuestra vida a un gimnasio para tonificar un poco la musculatura de vuestro cuerpo o bajar esos kilos de más que tienden a acumularse después del verano o las Navidades. Seguramente hayáis podido observar cómo existen diferentes tipos de hombres que acuden a estos centros deportivos y a los cuales se podría catalogar en una lista. ¿Os animáis a compartirla conmigo?
A continuación te presento los estereotipos más comunes, dentro del género masculino, que te puedes llegar a encontrar en un gimnasio y, de esta manera, saber identificarlos. Probablemente haya muchos más... ¿Tú qué opinas?
El narcisista
El típico tío que siempre está levantando pesas y mancuernas frente al espejo, pero que no lo utiliza como herramienta para comprobar si los ejecuta errónea o correctamente, sino para contemplar su belleza con todo esplendor.
El recién llegado
Generalmente, llega con cara de circunstancias y no sabe ni por donde le pega el aire. Se pasa un buen rato contemplando todas esas máquinas y aparatos con cara de estupefacción hasta que decide preguntar al monitor o monitora de turno qué rutina de ejercicios debería seguir para tener un cuerpo musculado y comerse algún rosco en verano.
El Schwarzenegger
A esta clase de chicos se les reconoce con suma facilidad por su fornida musculatura. Pasan el tiempo en el gimnasio levantando grandes pesos y poniendo caras de 'puedo con todo lo que me echen'. Suelen ir vestidos con camisetas de tirantes para que todos los allí presentes vean lo inflados que están.
El introvertido
Siempre está solo. Llega al gimnasio, se cambia y hace la rutina de ejercicios en un tiempo récord, sin pararse a charlar con nadie y marcharse lo antes posible. Su objetivo es amortizar la cuota mensual que paga, pero en ningún caso socializar.
El ejecutivo
Todo el día está pegado a su smartphone. No puede desprenderse de él ni cuando va al gimnasio a hacer algo de cardio o mientras está en las máquinas. Su trabajo es lo primero y constantemente monitoriza las cotizaciones de los valores de sus acciones en La Bolsa. No podría combinar gimnasio y trabajo si no fuera por el manos libres de su móvil.
El fashion
El gimnasio es para hacer deporte y sudar un poquito. Por eso es recomendable llevar ropa cómoda y un calzado adecuado. Lo que ocurre es que siempre hay algún chico que piensa que su cometido en este mundo es ser modelo y piensa que el gimnasio es una pasarela de moda.
El relaciones públicas
Se apunta al gimnasio para socializar y establecer relaciones interpersonales. Lo de hacer deporte es lo de menos, de hecho no va con él. Según llega, saluda a todos los allí presentes y empieza a darles palique sin importarle lo más mínimo que los demás están allí por un motivo bien distinto al suyo.
El sabelotodo
Le reconocerás fácilmente porque siempre sabe más que nadie. Se pasea por el gimnasio dando consejos y corrigiendo a todo el mundo la manera en la que deberían ejecutarse los ejercicios. Lee revistas de culturismo y hace las funciones del monitor. Quizás con la intención de quitarle el puesto de trabajo.
El atento
Este tiene muy claro que el lugar más idóneo para ligar no es la discoteca. Antes que apuntarse a Meetic, prefiere pagar la cuota del gimnasio. Hace un exhaustivo estudio de las franjas horarias en las que mayor afluencia de mujeres haya. Siempre está pendiente por si alguna de ellas necesitara su ayuda y, de esta manera, comenzar el flirteo.
El pop star
Acude al gimnasio con su smartphone, los auriculares y un playlist de canciones, cuyas letras se las sabe al dedillo. Se cree que está en un karaoke y no duda en tararear o cantar sus temas favoritos mientras corre en la cinta, pedalea en la bicicleta o realiza una serie de pesas.
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