Libres para correr, no valientes

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Libres para correr, no valientes
Begoña Beristain
Por Begoña Beristain
El blog de Bego Beristain
Publicado el 15-10-2018

Este fin de semana, la atleta vasca Elena Loyo denunciaba a través de su perfil de Facebook una desagradable e inquietante situación vivida mientras entrenaba por las carreteras y caminos de Murgia (Álava). Lo hacía con este mensaje: 

Chicas, muy importante: esta mañana entrenando en la zona de Murgia he sido perseguida por un vehículo del que he logrado zafarme casi de milagro. Por favor, no quiero que nadie pase por ese mal trago o incluso algo peor, porque me consta que sus intenciones no eran buenas".

No se los hombres, pero sé que las mujeres empatizamos absolutamente con Elena y la situación que describe. Desgraciadamente casi todas sabemos la angustia y el miedo que nos recorre cuando nos sentimos amenazadas por un acosador.

En varias ocasiones hemos tenido noticias de sucesos de estas características. Tanto es así que incluso se han publicado "recomendaciones" dirigidas a las mujeres que corren. Estos consejos van desde no recogerse el pelo en coleta porque somos muy fáciles de atrapar cuando nos peinamos así hasta que tomemos clases de defensa personal por si sufrimos un ataque cuando corremos.

Consejos para correr más seguras

Se nos aconseja además correr en lugares con buena visibilidad, pero si esto no es posible debemos elegir recorridos perfectamente iluminados. También nos piden que vayamos por tramos transitados y que a medida que cae el sol evitemos los lugares desiertos. Nos recomiendan que cambiemos nuestro recorrido por uno urbano a pesar de que tengamos que esquivar gente o pararnos en los semáforos. Antes de salir de casa debemos comunicar a nuestra familia o algún amigo/a el recorrido que haremos y el tiempo estimado que estaremos fuera y mejor si corremos sin música porque así tendremos el oído alerta y evitaremos sobresaltos. Tenemos además que variar nuestras rutinas y horarios porque así evitaremos dar a conocer a extraños donde y a qué hora estamos cada día. Y que si somos aficionadas a compartir nuestros entrenos en las redes sociales, mejor cambiamos de hábito para no dar pistas. Quienes todo esto nos aconsejan dicen que no hagamos pública la sesión desde la puerta de casa para evitar que se sepa dónde vivimos y que encendamos el GPS a varios metros del portal.

Seguro que quienes lanzan estas consideraciones a tener en cuenta por las corredoras lo hacen por nuestra seguridad y con la mejor de las intenciones, pero yo no puedo evitar sentir rabia y desamparo. Por supuesto que pueden aplicarse a hombres y a mujeres para garantizar un entrenamiento sin sobresaltos, aunque somos nosotras las principales destinatarias. La posibilidad de una situación de acoso y abuso se agudiza para el género femenino.

¿Qué piensan las mujeres de mi entorno que corren?

He hecho un pequeñísimo trabajo de campo con corredoras de mi entorno y les he lanzado varias preguntas para saber cuáles son sus miedos cuando corren, si es que los tienen, y que hacen para sentirse seguras.

Les he planteado si salen tranquilas a correr en cualquier sitio y a cualquier hora, si han variado sus recorridos por temor y si prefieren salir en grupo. 

La respuesta mayoritaria ha sido que en general sí, se sienten tranquilas, pero no cuando salen de noche, por ejemplo. Entonces varían sus recorridos por precaución y van por lugares más transitados.

Todas evitan zonas consideradas peligrosas y no corren solas por lugares en los que no hay gente. Eligen zonas urbanas, iluminadas y con afluencia de personas para evitar riesgos. Es decir, no se sienten libres para elegir el recorrido que quieren hacer, evitan tramos y zonas alejadas y condicionan sus entrenamientos dependiendo de la hora del día a la que salgan. Me pregunto cuántos hombres se plantean todo esto antes de calzarse las zapas y salir a correr.

Otra de las cuestiones que les he planteado hace referencia a si han vivido alguna situación de acoso mientras corrían. Todas, absolutamente todas, han señalado que aunque no han tenido ninguna agresión física si reciben comentarios obscenos, pitadas desde los coches, silbidos y miradas de las que te desnudan. Cuentan situaciones como esta: "el otro día casualidad fui a correr por la mañana y hacía mucho calor. Me quité la camiseta y me quedé en top deportivo. Ellos suelen ir en grupo y madre mía, menuda manera de mirarme de arriba abajo. Eso sí, yo cabeza bien alta y a mi rollo".

Algunas señalan además que esos comentarios no se producen cuando van acompañadas por un corredor hombre; entonces los mensajes suelen convertirse en palabras de ánimo y apoyo. Curioso.

Las mujeres que corremos, al igual que las que no lo hacen, queremos sentirnos libres de hacerlo por donde nos gusta y a la hora que nos venga bien. No queremos ser las valientes que arriesgan sino las libres para correr sin temor a ser perseguidas, acosadas o algo peor. Denunciar este tipo de situaciones es la única manera de acabar con ellas. Por un running libre para vosotros y para nosotras.

Consejos para correr de noche

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Begoña Beristain

El blog de Bego Beristain

Licenciada en ciencias de la información. Colabora en diversos medios como Onda Vasca , Deia o EITB. Maratoniana y amante de nuevos retos running.