Corremos la Brooklyn Half Marathon de la mano de New Balance

Corremos la Brooklyn Half Marathon de la mano de New Balance
Jorge García Betanzos
Jorge García Betanzos
Periodista y CEO RUNNEA
Publicado el 20-05-2019

La Brooklyn Half Marathon fue el escenario alrededor del cual New Balance presentó en sociedad y a escala mundial la nueva gama de zapatillas running FuelCell y sobre todo haciendo hincapié en la New Balance FuelCell Rebel, modelo que puede ser un top ventas de la firma de Boston.

Gracias a esa presentación en Runnea hemos tenido la oportunidad de acudir y correr esa media maratón de Brooklyn, carrera organizada por New York Runners y patrocinada por New Balance. Y además se daba la curiosa circunstancia de que se corría un sábado. Normalmente estamos acostumbrados a que este tipo de eventos se hagan los domingos a la mañana, o en todo caso, cuando se trata de carreras nocturnas un sábado a la noche. En este caso madrugamos para tomar la salida a las 7AM de un día que se prometía caluroso.

Yo llevaba más de dos meses entrenando con Runnea Academy pero sin ningún objetivo claro en cuanto a carreras. Quería mantenerme en forma pero no veía la carrera donde proyectar un objetivo hasta que llegó esta oportunidad de correr por las calles de Brooklyn. Como ya tenía una base asentada y acumulada pude preparar la carrera el último mes. Estuve siguiendo los entrenamientos en la medida de mis posibilidades pero si tengo que ser sincero sabía que el viaje me iba a pasar factura.

Correr una media maratón tras una viaje de más de 8 horas

Los primeros hitos de cansancio vinieron por el siempre incómodo vuelo transoceánico al que había que sumar el jet lag horario. Pero ya estaba en Nueva York y si tenía algo claro es que quería exprimir el viaje al 100%. Por lo que estar allí y no aprovechar para hacer turismo me parecía una herejía. Así pues el viernes previo a la carrera me desperté a las 5AM gracias al jet lag y aproveché para ir a correr por el puente de Brooklyn. Me sirvió para probar las New Balance FuelCell Rebel y ver que son un modelo que me dará muchas alegrías y kilómetros en el futuro (atent@s a la review). Tras unos 8 kilómetros de carrera muy discontinua en la que aproveché para sacar cientos de fotos, fui a por el dorsal y bolsa de la carrera a la feria montada también junto al puente de Brooklyn. Allí me aprovisioné con un par de camisetas y textiles varios y a hacer kilómetros de nuevo. ¿Corriendo?: No, haciendo turismo. El pulsómetro me marcaba al finalizar el día casi 40.000 pasos. Casi nada para el día previo a la carrera.

Prepara tu próxima carrera con Runnea Academy

De esta guisa me desperté el sábado, con muchas ganas de correr la media maratón de Brooklyn pero sin muchas esperanzas puestas en hacer un gran tiempo. Quería disfrutar del ambiente, del paisaje urbano de Brooklyn y de la experiencia. El día anterior había dicho en la inscripción, casi bromeando, que me apuntaran para llegar a meta en 01:40:00. Ojo porque mi mejor marca en media maratón es 01:42. En la feria me dieron una pulsera que me indicaba los tiempos intermedios que tenía que hacer para llegar en 01:40 ... en millas, así que eso poco me ayudó. No le di ninguna importancia porque me conformaba con llegar, llegar bien y si podía bajar de 01:50 teniendo en cuenta las circunstancias estaría bien.

Primeros kilómetros

Y con esa idea empecé la carrera. Primer tramo lleno de gente entre un público no muy animoso porque eran las 07:00AM. Y enseguida entramos en el parque Prospect. Un precioso jardín botánico donde discurrió casi la mitad de la prueba pero con casi 4 kilómetros de subida, del kilómetro 6 al kilómetro 10. Hasta llegar a ese punto de subida iba a buen ritmo. Salvo algún kilómetro inicial por encima de 5 minutos por otra cuesta, llevaba varios kilómetros bajando de 4:40. Y cuando llegaron las subidas me puse a disfrutar. Es algo que parece raro pero me gusta cuando una carrera se inclina hacia arriba. Evidentemente mi ritmo baja pero no tanto como lo hace la gente de alrededor. Ver que voy mejor que la media me provoca un efecto psicológico positivo (ya me pasó en la pasada Behobia San Sebastián). De hecho mis ritmos durante esos 4 kilómetros de subida fueron muy buenos (4:40, 4:44, 4:49 y 4:53), muy bien teniendo en cuenta el terreno constante de subida.

Correr según lo que había entrenado

Pero a partir de ahí llegaba lo que a mí me cuesta más. Olvidarme de todo y rodar a ritmo constante hay veces que me termina por aburrir. Necesito distracciones y que los elementos alrededor me vayan motivando. Normalmente entreno con cascos pero no los llevo nunca a las carreras ya que quiero disfrutar del ambiente. Pero esta vez era diferente, los últimos 10 kilómetros eran una recta y no es un decir. Fueron 10 kilómetros de una anchísima avenida sin demasiadas distracciones. Muchos y muy buenos avituallamientos pero sí que eché de menos un poco más de animación y música. Por tanto la lucha era contra el crono. Iba muy bien en tiempos pero no sabía si iba a poder bajar de ese 01:40 que ahora sí rondaba mi mente.

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Kilómetro 11 ya en llano a 4:28, kilómetro 12 a 4:40, kilómetro 13 a 4:36. Si mantengo ese ritmo puede que consiga bajar de 01:40 pero aún tengo que recuperar segundos de la zona de subida. Kilómetro 14 4:45, kilómetro 15 a 4:41, las piernas van bien pero empiezan a asomar los fantasmas del pasado en forma de lesiones de la cintilla iliotibial y sobrecargas del cuádriceps y todavía quedan muchos kilómetros. Además me voy dando cuenta de una cosa que me trastoca cuando me pasa y estoy seguro que a vosotrXs también. 

¿No os da rabia cuando tu pulsómetro marca los kilómetros antes que la carrera? El mío iba unos 200 metros por adelantado, ains...

Buenas pulsaciones

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Pero a pesar de que las piernas estaban empezando a sufrir, el corazón me iba a tope. Ya sabes que en Runnea Academy intentamos que sean las pulsaciones las que marquen el ritmo. Solo en uno de los pasos kilométricos anteriores al 15 había superado la barrera de las 160 pulsaciones, así que en ese sentido tenía margen. 4:31, 4:35, 4:34, 4:36 en los siguientes kilómetros. Mi cabeza me decía que a ese ritmo debería llegar antes del 01:40 que ahora había pasado a ser una obsesión (con algo hay que distraer la mente en carrera). Tomo agua en absolutamente todos los avituallamientos y un gel que había traído de casa ya que es mejor no hacer probaturas en carrera. 

Solo quedan 2 kilómetros y pico. Ese pico puede ser determinante para intentar lograr esa marca. Aprieto los dientes y meto una marcha más. Ya no estoy seguro de que a ritmos de 4:30 llegue al objetivo, pero aún tengo algo de fuelle. Kilómetro 20 a 4:27 y con 164 pulsaciones de media. Y aún sigo en la misma recta que hace 9 kilómetros!!!.

Ya no queda mucho, hay que echar el resto. A lo lejos se divisa la famosa zona de Coney Island, lugar icónico de muchas películas con la playa y el parque de atracciones. Aprovecho para sacar el móvil y grabar algo. Quiero bajar de 01:40 pero no quiero que eso me evite grabar un momento único. Si por cumplir el objetivo no puedo hacer algún vídeo no merecería la pena. Así que grabo la llegada, eufórico, con la playa a mi izquierda y un montón de gente sufriendo por llegar al final. Yo voy sonriendo, feliz, a ritmo de 4:15 en el último kilómetro. Tengo que bajar del 01:40. Cruzo la meta y miro el tiempo: 01:39:49. 

OBJETIVO CONSEGUIDO y Mejor Marca Personal. ¿Qué más puedo pedir?

En el final de fiesta es donde los americanos nos llevan mucha ventaja. Si bien durante la carrera la animación no fue el punto fuerte de esta Brooklyn Half Marathon, al final se prepara una buena. Todos los corredores (casi 28.000) tienen una cita en el estadio de los Ciclones de Brooklyn de beisbol. En nuestras carreras muchas veces da la sensación de que lo que busca la organización es que la gente se disperse rápido al finalizar la prueba, la misión ya está cumplida. Y sin embargo ese momento es el punto de euforia del runner, la parte que quiere disfrutar y comentar con el resto de corredores/as. Si los juntas en un estadio, les das bebida, comida y buena música, la fiesta final está asegurada. Y esa sensación de concluir con una fiesta... MOLA!.

medio maraton brooklyn

Yo me quedé un rato en el estadio descansando y recargando pilas para terminar la estancia mojando las piernas en las heladas aguas de la playa de Coney Island. Estábamos a 23 grados pero eso es pleno océano atlántico y se nota.

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Jorge García Betanzos

Jorge García Betanzos

Periodista y CEO RUNNEA
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Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco, Runner popular y maratoniano. CEO RUNNEA