Crónica Maratón Sevilla 2020: correr una 42k sin obsesionarse con la marca

Crónica Maratón Sevilla 2020: correr una 42k sin obsesionarse con la marca
Lander Azpiazu
Lander Azpiazu
Licenciado en ciencias de la actividad física y el deporte
Publicado el 26-02-2020

Por fin llegó el ansiado momento: correr el Zurich Maratón Sevilla 2020. Ese momento que ha rondado por mi cabeza durante los últimos seis meses, o más. Queda lejos aquel septiembre donde a la vuelta de vacaciones comencé a recobrar la rutina de entrenamientos. También veo lejano el mes de octubre, cuando ya comencé una planificación estructurada, que he culminado con unas 10 semanas aproximadamente de preparación específica para llegar en el mejor estado de forma posible a esta emblemática cita maratoniana hispalense.

Por temas de transporte y comodidad, decido viajar en avión el día anterior junto a mi pareja, por lo que la espera previa no se hace tan larga. Tras llegar a Sevilla a la tarde, pasamos directamente por la Feria del Corredor en el FIBES: recoger el dorsal inmediatamente, y en un abrir y cerrar de ojos, ya estamos rumbo a la casa que habíamos reservado. Poco después ya es hora de cenar, y tocaba preparar las cosas de la carrera, e irse a descansar lo antes posible.

Las horas previas a correr el Maratón Sevilla 2020 - foto 1

Las horas previas a correr el Maratón Sevilla 2020

Cuesta conciliar el sueño y es complicado dormir continuamente, pero ya que no soy primerizo, me lo tomo con filosofía e intento relajarme, pensando que ya me dormiré en algún momento. Así, sin darme cuenta son las 05:45 de la mañana y es hora de arrancar.

Ya que me despierto con margen, aprovecho para desayunar relajadamente, hacer la digestión adecuadamente, y así pasar por el baño tantas veces como me hiciera falta. La casa se encuentra a 5 minutos escasos de la salida, por lo que apuro el tiempo para evitar la espera innecesaria en la calle. Salgo 20 minutos antes del comienzo y me dirijo a buscar mi cajón de salida mientras aprovecho para ir calentando con un trote muy suave. Encuentro sin problemas mi cajón y entro a falta de diez minutos. No me gusta entrar tan pronto ya que suelo procurar ir al wc en los últimos instantes, pero en este caso quería conseguir una buena colocación, por lo que decido entrar. Por suerte no tengo ningún problema y todo va rodado.

Últimos ejercicios de movilidad, ajustarse bien las zapatillas de running, poner el reloj en marcha, buscar la concentración necesaria, auto animarme y pum! Salida!

Había estipulado dos escenarios antes del comienzo:

  • Una posibilidad era pegarme a la liebre de 3h y aguantar todo lo posible con el objetivo de bajar de esa barrera psicológica y complicada de 3h.
  • La otra opción era adelantarme un poco y correr 1-2 segundos más rápido por kilómetro (en torno a 4:13-4:14 min/km) debido a que no me gusta correr en grupos tan numerosos, me agobia un poco.

Debido a la participación en Sevilla, la liebre de las 3h tenía una región de más de un centenar de personas a su alrededor. Es por eso que decido ir ligeramente más rápido y adelantarme al grupo, cosa que consigo coincidiendo con el paso del quinto kilómetro sin mucho esfuerzo.

Crónica Maratón Sevilla 2020: El peligro de pasarse de ritmo en el primer tramo de una maratón - foto 2

El peligro de pasarse de ritmo en el primer tramo de una maratón

Entre el kilómetro 5 y 15 es momento de disfrutar, voy muy cómodo y el recorrido es muy llano y amplio, por lo que se corre muy a gusto. No obstante hay que ser muy listo y no pasarse de ritmo, ya que es muy fácil ir más rápido, pero más probable es que lo pagues después. Es por ello que voy controlando el ritmo constantemente, gracias al reloj GPS y a los pasos marcados cada 5 kilómetros.

Cubierto algo más de un tercio del maratón el cansancio empieza hacer acto de presencia, pero es algo que ya he experimentado por lo que intento focalizar mis pensamientos en otras cosas. Aun así es un momento confuso, ya que la liebre de 3h vuelve a alcanzarnos a pesar de que mi ritmo es ligeramente superior a los 4:15-16 min/km. Empiezo a pensar que mi ritmo ha decrecido, pero mantengo la tranquilidad y dejo que la liebre vaya hacia delante. Tras controlar los siguientes puntos kilométricos me doy cuenta de que la liebre va más rápido de la cuenta, supongo que para compensar la pérdida de ritmo en el tramo final.

Yo sigo a lo mío y vuelvo a confiar en mis posibilidades, más retrasado de la liebre pero bien arropado por más corredores. Así pasó la media en 1:29:03 aproximadamente, con una proyección de poder bajar de las 3h y tal vez de 2:59. ¡Todo marcha bien!

Crónica Maratón Sevilla 2020: Kilómetro 30 de maratón: vía crucis particular ¡sensación de

Kilómetro 30 de maratón: vía crucis particular ¡sensación de "pájara"!

A partir de este punto la fatiga suele ser más evidente para todo el mundo y yo no soy una excepción. En torno al kilómetro 25 sufro otra pequeña crisis, que solvento tirando de experiencia y sin perder ritmo, cosa que me vuelve a animar. A partir de aquí las subidas y bajadas de moral son más habituales. El sufrimiento, en cambio, adquiere una progresión ascendente.

Llego al kilómetro 30 y...sorpresa ahí está mi pareja!!! No sólo me da ánimos, sino también algo para beber y reponer fuerzas. Cosa que agradezco enormemente ya que a partir de ese punto la cosa se pone interesante. Interesante tirando a complicada. Sigo manteniendo el ritmo estipulado, aunque ya las piernas pesan y hay momentos donde el cuerpo te pide que bajes el ritmo, que así no puede seguir. A veces te gana la batalla, pero hay que ser duro y convencerte de cada vez queda menos y hay que seguir peleando. En el kilómetro 33 vuelvo a ver a mi pareja y es otro chute extra de energía, que dura hasta el kilómetro 35, más o menos.

A partir de ahí comienza mi vía crucis particular. Ya anteriormente el calor y un viento molesto habían hecho acto de presencia. Aunque soy una persona que rinde muy bien con una climatología fría y sufre en días calurosos lo había sobrellevado bastante bien hasta el momento. A pesar de ello, este hecho va haciendo mella en mí y empieza a tener consecuencias en estos últimos 7 kilómetros. Aunque todavía soy capaz de mantener el ritmo o correr perdiendo pocos segundos respecto a la media estipulada, comienzo a sentirme mal, teniendo una sensación de "pájara" que por extraño que parezca no me afecta tanto muscularmente, y si experimentando una sensación de debilidad, ligero mareo y una respiración muy forzada.

Crónica Maratón Sevilla 2020: Últimos kilómetros del maratón - foto 4

Últimos kilómetros del maratón: bajón físico y el objetivo marcado que no se cumple

Se que es momento de apretar los dientes, luchar y pensar en todo el trabajo que ha habido detrás para llegar hasta este momento, por lo que no bajo los brazos, intento pelear. No es la primera vez que me encuentro en una de estas: "¡Tú puedes Lander!" Pero a falta de 3-4 kilómetros la sensación de debilidad se agudiza y ya no soy capaz de mantener el ritmo y comienzo a perder toda la renta que había adquirido previamente. Permanecer corriendo ya es todo un logro para mí, ya que aunque las piernas tienen aún un puntito más, el resto del cuerpo está bajo mínimos. Curiosamente en ese pequeño espacio de tiempo asumo que no voy a ser capaz de conseguir el objetivo propuesto, aunque lo haya tocado con la yema de los dedos, de modo que continuo como un autómata hasta vislumbrar el arco de meta.

Afronto la última recta como si fuera una especie de "zombie" debido a mi bajón físico, aunque soy capaz de saludar a mi pareja y darme cuenta de que si, de que he conseguido llegar a meta después de tanto sufrimiento. ¡Y ya van nueve ocasiones!

Miro el crono y marca 03:01:15. Una pena, lo he tenido tan cerca y se me ha escapado en los compases finales. Pero también es cierto que en ninguna carrera y, en especial, en el maratón, puedes dar nada por hecho hasta que cruzas la línea de meta. Doy unos pasos en falso, las piernas me tiemblan y no puedo evitar sentarme en el suelo, lo he dado todo.

Crónica Maratón Sevilla 2020, objetivos en carrera - foto 5

Había soñado muchas veces con el momento de cruzar la meta delMaratón de Sevilla, la mayoría de ellas reflejando un crono inferior a las tres horas, aunque siendo realista, también me había imaginado desfalleciendo en algún momento previo, debido a que lo he sufrido en maratones anteriores. Siendo así quizás no haya sido tanta la decepción.

Hay momentos que los tiempos, las marcas o los puestos nos pueden llegar a obsesionar. Yo no creo que estuviera en ese punto, aunque admito que bajar de esas tres horas está en mi mente desde hace varios años.

Por suerte, he sabido ver el vaso medio lleno después de mi novena experiencia maratoniana. A pesar de no cumplir el principal objetivo en cuanto a marca, tenía otro reto personal, que consistía en volver a ser competitivo en un maratón, cosa que no había sido capaz de conseguir desde hace más de tres años. Fui capaz de controlar la carrera, aguantar tanto física y psicológicamente, manteniendo opciones reales de lograr mi objetivo casi hasta el final. Esto me invita a pensar que estaba y estoy capacitado para que en otra ocasión consiga este propósito.

No sé cuando volveré a correr un maratón, ni dónde será, pero lo que sí estoy seguro de que habrá una próxima vez y que volveré a luchar al máximo para lograr los objetivos propuestos

¡Hasta la próxima!

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Lander Azpiazu

Lander Azpiazu

Licenciado en ciencias de la actividad física y el deporte
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Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Entrenador de atletismo. Maratoniano apasionado del running en todas sus facetas, tanto como corredor como entrenador.