101 kilómetros es la distancia que separa la localidad bizkaina de Basauri hasta la localidad burgalesa de Pedrosa de Valdeporres. Esa misma distancia es la que han cubierto los corredores populares Adriana Andino e Iker Soldevilla para culminar con éxito su reto deportivo y solidario de los #101KmSolidarios en un sólo día para impulsar y dar visibilidad a la lucha contra el cáncer.
En un año 2020 marcado por la pandemia de la Covid-19, que todo lo acapara, también hay que pararse a pensar más allá de este virus. De ahí, y especialmente también por la experiencia personal de personas allegadas a ambos deportistas, no perder la perspectiva del resto de enfermedades mortales que siguen causando estragos en nuestra sociedad también es muy necesaria en los tiempos que corren. Por eso, el ejemplo de superación de esta amante del trail running y apasionado del triatlón, Adriana e Iker, una vez más, demuestra que deporte y solidaridad van de la mano. Sus palabras ponen los pelos de puntas, y por supuesto, las emociones a flor de piel con las zapatillas de running puestas.
Además, esta hazaña deportivo de Adriana e Iker nos toca de cerca a RUNNEA, porque también hemos tenido la oportunidad de aportar nuestro granito de arena a la causa con 1 euro de cada inscripción de nuestra primera carrera virtual BOM Runnea. Así que todo el equipo estamos muy felices no sólo por el reto superado, sino también por cómo lo han conseguido estos dos colosales deportistas populares bizkainos ¡Gracias Adriana e Iker por dejarnos ser parte de esta gratificante aventura!
Por cierto, aunque estos dos titanes, Adriana e Iker, haya culminado su gesta deportivo, siendo capaces de cruzar la línea de meta, este reto solidario #101KmSolidarios sigue en marcha, y hasta el 30 de octubre todavía seguirá activo el proceso de recaudación de fondos para "mi reto contra el cáncer" de AECC. ¡Hasta la fecha más de 7.000 euros sumados a la causa, y subiendo!
Así se ha vivido el reto #101kmSolidarios contra el cáncer de Adriana Andino e Iker Soldevilla
Superado el desafío, lo lógico y normal hubiese sido la crónica de rigor al respecto de este reto de ultradistancia, pero como, en esta ocasión, tenemos un dos por. Una doble entrevista con Adriana Andino e Iker Soldevilla para conocer de primera mano todas sus sensaciones y emociones que han vivido antes, durante y después de cada uno de estos 101 kilómetros solidarios en la lucha contra el cáncer ¡Merece la pena leerla!
¿Quiénes son Adriana e Iker?
Adriana Andino. Dos amantes del deporte a los que les gusta practicar trail running y triatlón respectivamente. Deportistas populares para los que su ocio, en gran parte, está enfocado en disfrutar de la práctica deportiva y de la competición de las disciplinas que les gustan. Siempre con ganas de mejorar, de disfrutar, exigiéndonos un poco más para superarnos a nosotros mismos.
Iker Soldevilla. Adriana, ingeniera en automática y electrónica industrial, es una apasionada de la montaña, tiene 33 años y es amateur del trail running. Iker, entrenador personal, es un amante del triatlón amateur, de 38 años de edad.
¿Cómo y por qué surge este reto solidario de 101 kilómetros?
A.A. Iker me propuso este reto en junio ya que llevaba un tiempo meditando la idea de realizar algo así dentro del marco tan atípico de este año 2020. Como bien decimos, en un año en el que el Covid acapara todas las miradas y en el que nuestras familias han sufrido muy de cerca situaciones terriblemente duras debido al cáncer, decidimos abordar el proyecto y darle forma para poder recaudar fondos para la investigación contra el cáncer.
I.S. Surge a través de todos los impactos de cáncer sufridos en gente cercana durante los últimos años, familiares, amigos, parejas, etc...Este año complicado por el covid-19, termina de convencernos después del confinamiento de que llevarlo a cabo podía ser posible aún pudiendo tener mas dificultades por la situación actual.
¿Cómo habéis preparado este exigente reto de ultradistancia?
A.A. Cada uno tenemos entrenadores diferentes por lo que nuestro planning de entrenamientos también lo era. Octavio Pérez aprovechó la base que tenía en los entrenamientos de montaña para realizar las tiradas largas uniendo desnivel y bastante carga de kilómetros el mismo día. Por otro lado, hice tiradas más cortas por asfalto, trabajando cambios de ritmo, series y rodajes. También combiné algunos entrenamientos de natación en el mar junto con otros específicos de fuerza. Era vital hacer algún test de bastantes kilómetros y otros de velocidad.
Por supuesto entrenar junto con Iker algunos días para ver qué ritmo era el mejor para ambos y conocer el recorrido por completo fue otros de los puntos vitales para preparar el reto. Otro aspecto importante era acudir al fisio con cierta asiduidad y mantener el sistema inmune lo más fuerte posible. La intención de los entrenos fue hacer una carga de kilómetros superior a la habitual para acostumbrarnos a estar mucho tiempo realizando una actividad y tener capacidad de asimilar kilómetros y horas sin fatigar el cuerpo.
I.S. La verdad que no hemos tenido demasiado tiempo para prepararlo específicamente. En mi caso (Iker), en el mes de julio empecé a buscar ese estimulo diferente en los entrenamientos de la mano de Iker Muñoz, director deportivo de Runnea. Sí es cierto que al entrenar para triatlón de media distancia ya vengo con una buena base, pero no tenía demasiada buena forma después del confinamiento.
¿Cuáles han sido los principales "miedos" antes de iniciar la aventura desde Basauri hasta Pedrosa de Valdeporres en Burgos?
A.A. Al principio, cuando Iker me propuso el reto no lograba imaginarme a mí misma corriendo esa distancia. Principalmente porque nunca había corrido más de 21km por asfalto; y en segundo lugar porque nunca había hecho más de 45km en carrera de montaña. Nunca sentí miedo, pero sí respeto, por supuesto. No todo puede controlarse y aparecen muchos factores en el camino que alteran las circunstancias. Ha sido un año muy complicado donde no he podido entrenar tanto como hubiera tenido que hacerlo pero los entrenos que hacía los intentaba hacer al 100%.
A todo ello hay que unir la confianza en uno mismo, en superar adversidades, porque el ser humano es capaz de todo y más creyendo en uno mismo. Muchas veces pensé que el esfuerzo que íbamos a hacer durante un tiempo determinado no era nada en comparación con lo que padecen los pacientes de esta enfermedad. Por ello, todo este esfuerzo merecía la pena
I.S. Principalmente lesionarme, sobre todo a falta de 1 ó 2 semanas del reto. Como factor secundario diría que completar con garantías físicas la distancia, correr 101km en asfalto tiene su dificultad, castiga mucho las articulaciones y a nivel muscular correr durante 12-14 horas, se antoja muy exigente. Mentalmente estaba preparado para afrontar algo así, ya que la causa y los motivos personales era muy intensos y simbólicos. A nivel cardiovascular estaba muy confiado, pero a nivel muscular nunca sabes como te pueden responder las piernas, pensar en que llevo 5 años sin lesiones importantes me daba tranquilidad.
101 kilómetros de distancia y 1.325 metros de desnivel positivo aproximado ¿Cuáles han sido los momentos más complicados?
A.A. Uno de los momentos más difíciles fue volver a correr después de la parada en el km66 en la que nos cambiamos de ropa y comimos un poco. Estuvimos unos 15 minutos aproximadamente pero al volver a correr, nos costó un tiempo volver a sentirnos cómodos y sin la rigidez característica por haber parado. En los kilómetros más duros contamos con el apoyo incondicional de nuestros amigos, familia y con el de las personas de los diferentes pueblos por los que pasábamos, sin palabras. Nos hicieron llegar a meta con una enorme sonrisa y felices.
I.S. Te diría que no habido ningún momento demasiado complicado. Quizás en la segunda parada que hicimos, para cambiarnos de calzado, calcetines etc.. estuvimos mas de 10 minutos parados y después costó mucho volver arrancar, las piernas rígidas y muy doloridas como es normal. Pero fue necesario ya que Adriana no tenía bien el estómago, no le admitía sólido en el km 66 y fue un momento algo difícil.
En una carrera de ultradistancia como esta de 101 kilómetros, el tema de la alimentación, el cansancio y el sueño son pilares fundamentales ¿Cómo lo habéis gestionado?
A.A. Los días previos hemos cuidado con bastante mimo los detalles principales, aunque han sido días de mucho ajetreo y de mucha gestión, por lo que no han sido precisamente semanas tranquilas. Durante la carrera tuvimos muy claro que cada uno teníamos unas necesidades distintas pero cada 20min aproximadamente tratábamos de tener control sobre la ingesta que estábamos llevando. La carga de carbohidratos para cada uno ha sido diferente, en mi caso, tolero poco sólido por lo que la carga principal ingesta de carbohidratos la hice diluida en líquido. En el km 50 el estómago comenzó a molestarme y no pude comer casi nada sólido desde ese momento hasta final de carrera. La carga que tenía prevista tuve que compensarla con líquido en la medida que pude. Para todo este tipo de avituallamiento, la ayuda de la moto de apoyo y los coches fue vital para evitar parar en exceso y poder alimentarnos "en marcha".
En cuanto al cansancio, pasado el km70 creo que fue uno de los momentos en los que ya se apreciaba la carga de km y de horas. No pensamos nunca en abandonar, ni en que no podíamos, había que gestionar las molestias, los dolores y la monotonía de estar corriendo tantas horas, para poder llegar a meta porque este reto es por y para todos.
La mente juega un papel fundamental en distancias tan largas, hay que tener autocontrol, una muy buena gestión de los pensamientos y mucha motivación personal. La animación constante de las personas en todo el recorrido ha sido vital para continuar, para hacer el recorrido mucho más ameno y para mantener la mente positiva.
I.S. Como siempre que tienes una competición, planificas dormir bien el día anterior y preparar todo. Pero esto, en cambio, como nosotros hemos sido los que hemos organizado este reto, a todos los niveles, patrocinadores, gps, itinerario, mapeado, horarios, difusión, etc... Se te va un poco de las manos. Empezando por meterte a la cama mas tarde de lo programado, duermes menos, en mi caso, no por nervios sino por emoción, ganas e ilusión.
La alimentación e hidratación si que lo lleve al dedillo, con mi carga de hidratos dos días antes y bien pautado, bajo la supervisión de Iker Muñoz; la periodicidad de alimentarse/hidratarse durante la carrera, desde cuándo empezar y cada cuánto tiempo. Lo único que yo he elegido es que comer en cada momento, como en los entrenamientos (risas).
¿Con qué os quedáis de esta experiencia solidaria?
A.A. Esta experiencia ha superado con creces los sentimientos que esperaba sentir. Ha sido uno de los mejores momentos de mi vida donde nunca había sentido tanto calor y apoyo por parte de las personas que nos estaban animando a seguir. Creo que la combinación de deporte y solidaridad es una de las mejores fórmulas que existe. Me llevo muchísimas emociones, sentimientos especiales, motivación y recuerdos tan positivos que nunca voy a olvidar. Los voy a guardar para siempre en el archivo de mi memoria para poder revivirlos en momentos de flaqueza y acordarme de ese gran día que solo estuvo lleno de felicidad, donde nos rodeamos de bellísimas personas.
Me siento feliz por lo que hemos podido aportar a una causa que parece que queda olvidada en estos momentos, donde la investigación juega un papel imprescindible. Feliz también porque considero que hemos sacado nuestra mejor versión para conseguir lo que nos propusimos. Inmensamente agradecida a todas las personas que nos han dado alas para seguir, gracias a todos vosotros, este reto es de TODOS. Especialmente gracias a nuestras familias que solo han trabajado mano a mano con nosotros mucho tiempo y gracias a Iker por proponerme esta gran hazaña: ¡en equipo, los logros son mucho mejores!.
I.S. Me quedo con una frase que mucha gente nos va diciendo..."Vaya día nos habéis regalado!" Y para mi es al revés. Lo que la gente se ha involucrado, cómo lo ha vivido y cómo nos han apoyado a todos los niveles, no se puede plasmar con palabras. No he vivido nada así en ninguna competición; ni en casa, en el Triatlón de Bilbao, por ejemplo.
Y sobre todo me quedo, que uniendo deporte y solidaridad, en esta época mala que estamos viviendo, la gente nos ha demostrado una vez mas, su lado más humano, humilde y alegre, que bien nos hace falta. Todo ello sumado a la causa claro, dar otro pequeño empujón a la investigación contra el cáncer y darle visibilidad en este año del Covid-19, porque no todo es este maldito virus.
De repetir experiencia similar ¿Qué tipo de errores no volveríais a cometer?
A.A. Repetir (risas). Creo que me cambiaría de ropa húmeda (camiseta) con mayor frecuencia, para evitar el frío en el cuerpo y posibles molestias estomacales derivadas del mismo. La verdad que las sensaciones durante los 101km fueron bastante buenas, sin dolores importantes musculares ni articulares.
I.S. Para ser nuestra primera experiencia en organizar y promover este reto, corregiría dos cosas. Una, darnos mas tiempo para organizarlo y difundirlo; y la otra, no parar tanto tiempo en el segundo avituallamiento (risas).
En cuanto a la recaudación solidaria del reto, cerca de 7.000 euros para contribuir a la lucha contra el Cáncer ¿Esperábais alcanzar una cifra tan redonda como esta?
A.A. Inicialmente la idea era poder recaudar 5.000 euros, ya nos parecía una cifra ambiciosa dado que somos dos personas anónimas y deportistas populares. Finalmente, el marcador supera los 7.000 euros y nos queda pendiente una importante cantidad recaudada durante el reto. Creemos que podremos superar los 8.000 euros. ¡Muy contentos!
I.S. La verdad que no, nos propusimos al principio 5.000 euros y estamos sorprendidos de pasar de los 7.000 euros que estamos actualmente. Además, hasta el 30 de octubre tenemos abierta la recaudación. Hay que sumar lo conseguido el día del reto, más lo de estas dos semanas que quedan. Calculamos que llegaremos sobre los 8.000 euros. Impresionante y muy orgullosos y satisfechos.
Fotos: Borja Amondarain (Instagram: @amondas)
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