Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo
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Redacción RUNNEA Team
Publicado el 29-10-2020

101km, un desnivel positivo acumulado de 5.126 metros, 24 horas y más de 2.500 euros de recaudación a favor de Aspanovas, la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Vizcaya; estas son las cifras que acompañan al reto solidario Hiru Haundiak que completó nuestra Lexuri Crespo el pasado 17 de octubre. La resaca de emociones continúa y es que lo logrado por la santurtziarra permanecerá siempre en el recuerdo de todos aquellos que tuvimos el placer de acompañarla.

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, 101 km

Un reto solidario bajo el claim, “Mi esfuerzo, su sonrisa” que nace tras el aplazamiento oficial de la prueba Hiru Haundiak, una cita deportiva que Lexuri Crespo llevaba preparando durante más de 7 meses con la ayuda de nuestro Director Deportivo, Iker Muñoz. Tras meses de entrenamientos, lucha, dedicación y perseverancia, la ilusión de Lexuri se desvanecía al conocer la suspensión de la que sería su primera ultra de 101km

Pero si hay algo que caracteriza a nuestra embajadora de RUNNEA ACADEMY es su constancia y valentía y, poco después de conocer el comunicado oficial; lanzaba su reto solidario. 

Reto solidario Hiru Haundiak “Mi esfuerzo, su sonrisa” : Crónica de Lexuri Crespo

De aquí en adelante será la propia Lexuri quien nos cuente de viva voz -y a golpe de tecla- su experiencia y emociones durante las 24 horas que duró el reto. 24 horas en las que completó el recorrido de 101 km -con un desnivel positivo acumulado de 5.126 metros- que transcurre por las tres provincias vascas. Una prueba de gran envergadura, que une las cimas de los montes Gorbea (Araba) 1481m, Anboto (Bizkaia) 1331m y Aizkorri (Gipuzkoa) 1523m. Tened a mano unos clínex, ¡estáis avisados!

Comienza la aventura

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, comienza aventura

A las 20:30h del viernes 16 de octubre llegamos a Murguía (Álava). La salida la teníamos planeada para las 22h pero teníamos que llegar con tiempo ya que había que cenar y repartir la comida de los avituallamientos antes de la salida.

Como ya sabéis, una novia no puede llegar puntual el día de su boda y yo no podía ser menos. Entre cambiarme de ropa, revisar que todo estuviese en su sitio una y mil veces y correr con Izaro hacia donde teníamos la salida, pues nada, al final salimos 10 minutos más tarde de lo previsto

Tengo que decir a mi favor que mi hija Izaro (de 3 años) quería venir a correr con nosotros y la pobre se pilló tal berrinche que no se quería soltar de mis brazos. Así que con toda la pena de mi corazón me la tuvieron que quitar de encima y sin mirar hacia atrás empezamos a correr Gonzalo, Raúl, Spidery y una servidora.

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, salida

La noche estaba preciosa, no había ni una sola nube y las estrellas vestían sus mejores galas. Encima dos de esas estrellas, aquel día más que nunca, me guiarían en mi camino.

Saliendo de Murguía dirección Gorbea (1481m) un grupo de jóvenes del pueblo nos acompañó 1,5km, haciéndonos muy amena la salida y sacándonos una gran sonrisa a cada zancada. 

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, primera cumbre: Gorbea

La noche estaba preciosa, no había ni una sola nube y las estrellas vestían sus mejores galas. Encima dos de esas estrellas, aquel día más que nunca, me guiarían en mi camino. Solo os puedo decir que daban ganas de apagar los frontales y subir al Gorbea sin luz para poder disfrutar de esa maravilla.

Primera cumbre: Gorbea

En la Cruz nos estaba esperando Pedro Lejarza, otro súper guerrero de los retos solidarios. Él esta vez no pudo completar el suyo, que era hacer 3 veces la Gorbeia Suzien, ya que por la climatología lo tuvo que suspender a falta de subida y media.

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, primer avituallamiento

Después de tocar la virgen y cumplir con la tradición nos tocaba bajar. Teníamos que tener cuidado ya que la bajada era bastante pronunciada y resbalaba por culpa del relente que estaba cayendo.

En poco más de tres horas y media y después de 23k estábamos en Ubidea, en el primer avituallamiento. Allí nos estaban esperando Oneka, Edu, Ana, Xabi, Belda y Ane, los cuales nos lo pusieron todo súper fácil y cómodo

Yo me sentía como cualquier profesional del Trail, ya que me daban de comer, me quitaban los bidones y me los rellenaban de agua, vamos que me trataron como una reina. A nuestro pesar, Raúl nos tuvo que dejar por problemas estomacales; una pena ya que nos estaba dando muchísimos ánimos.

Otxandio - Urkiola

De camino a Otxandio nos esperaba un tramo corto de unos 5km. En este avituallamiento nos estaban esperando con música, algo que agradecí mucho. Javi, un chico que estaba haciendo la carrera con unos amigos se quedó solo, ya que el resto se tuvo que retirar, así que se unió a nuestro grupo.

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, gestion del sueño

El tramo de Otxandio a Urkiola se me hizo el más pesado de todos; fueron los 10km más largos de mi vida. Iba hablando con SpiderAbel de sus aventuras en las ultras que él había corrido, me iba dando consejos y me iba contando como solía gestionar el sueño en carrera. Al de 10 minutos de tener esta conversación el sueño se empezó apoderar de mí, iba de un lado a otro como si fuese un paso de Semana Santa y solo bostezaba y bostezaba. 

Me estaba pasando justo lo que me había dicho el que me iba a pasar. Casualidad que en este tramo no puse ningún gel de cafeína, pero una vez que llegamos al avituallamiento, me tomé un té calentito, una gominola de cafeína de Xabier y como nueva.

Ana me tuvo que dar un masaje en la rodilla con una crema milagrosa, llevaba varios km arrastrando molestias y no querían que fuesen más. Maldita cintilla, no me había dado guerra en 7 meses de entrenamiento y quiso aparecer aquella noche, pero tenía claro que no iba a ser la protagonista.

Camino al Anboto

En Urkiola, Gonzalo (@gontzalon) se tuvo que retirar. Mi guía, el que iba a ser mi sombra, tuvo un pequeño percance por culpa de un paso canadiense. Yo no sabía ni dónde meterme, las lágrimas inundaban mi cara y lo único que pude hacer fue darle un abrazo, creo que nunca olvidaré aquella imagen. Quería quedarme con él, pero Ana me dijo: “ahora y más que nunca tienes que terminar”. Spiderabel cogió el reloj de Gonzalo y junto a Pedro y Javi nos fuimos de camino al Anboto (1331m).

Me quedé con un bajón considerable y aunque el primer tramo era fácil nos costó sacarlo hacia delante. Una vez que llegamos a sus últimos 700m nos pusimos las pilas, nos tocaba hacer la subida técnica y teníamos que estar con todos los sentidos en alerta. Las piedras resbalaban mucho, era de noche y con 40km en las piernas pues os podéis imaginar... La bajada fue por el mismo sitio y alguna que otra culada ya tuvimos.

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, amanece

En Orixol empezó el amanecer, fue algo increíble y maravilloso. Miré el reloj y vi que marcaba el km 50, ya estábamos a mitad de camino y la naturaleza nos estaba dando un chute de energía para seguir dándole caña.

Al llegar al avituallamiento de Krutzeta, Gonzalo nos estaba esperando para darnos una buena noticia. En Landa se incorporaría con nosotros de nuevo, ¡qué bien! Le iba a volver a tener a mi lado. Antes de volver al ruedo, nos dio unos consejos para rascar algo de tiempo en este tramo ya que habíamos perdido mucho tiempo en Orixol; nos habíamos perdido un poquito....

Kilómetro 60

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, Landa

Km60 Landa. Aquí me estaba esperando parte de mi familia y amigos (cumpliendo con todas las medidas de seguridad respecto al Covid-19). En este punto hicimos una parada más larga, ya que en la carrera oficial lo hacen para que la gente pueda parar más tiempo; comer comida caliente e incluso cambiarse de ropa. El recibimiento fue alucinante, con música, con aplausos, con gritos, parecía que estábamos llegando a la meta…

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, Landa avituallamiento

Aquí me volví a sentir como una profesional del trail. Me ayudaron a cambiarme de ropa -detrás de un coche- me senté en una silla a comer unos macarrones con carne que mi amiga Verónica había hecho con todo su amor e incluso tenía una mesa llena de palmeras de chocolate que Artetxe había traído de Ampuero (que no comí, por cierto). Izaro, mi pequeña, me estuvo dando muchísimos mimos durante la media hora que estuvimos, mi pareja Aaron y mi madre estuvieron aconsejándome para afrontar los “últimos” km y qué decir de la “poca” gente que me vino a ver, estaré eternamente agradecida.

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, familia

Me sentí tan arropada, que todavía se me revuelve todo acordándome de estos momentos tan emotivos.

Tramo final

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, tramo final

Una vez teníamos todo listo cogimos rumbo hacia el tramo final y el más duro. Aquí se unieron Vega y Yoli (las mamachicho) con los globos de Aspanovas en la cabeza, Amaia una titana de las ultras que me dio miles de consejos, Roberto amigo de Gonzalo, Olaia una principiante del Trail y Gonzalo. 

En estos 7km que teníamos hasta el siguiente avituallamiento tuvimos que tener cuidado e intentar no ir muy rápidos, ya que habíamos comido y teníamos que hacer la digestión lo mejor posible si no queríamos tener algún problema estomacal. Así que fuimos poco a poco y disfrutando de las vistas del pantano desde la cima del Usako Atxa.

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, molinos

Una vez pasado el avituallamiento en el que nos estaban esperando Itxasne y Guille, con su fruta partida en rodajas, todo un detallazo, nos esperaban los temidos 78 molinos situados en la sierra de Elgea. Dicen que es una zona que cuesta pasar, ya que el ruido que desprenden es muy fuerte e incómodo, pero para mí lo más duro fueron las subidas que tenía. Ya que las piernas estaban cargadas de km y empezaban a pesar. Menos mal que el grupo de gente que llevaba tenía más marcha que otra cosa y no paraban de animar, cantar, darnos charleta... Fue una auténtica fiesta ¡y nunca mejor dicho!

A por la última cumbre

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, ultima cumbre

En el km77 nos estaban esperando Erlantz y Ane con la furgoneta. A mi me dio un apretón y tuve que ir a evacuar -cosas que pasan en carrera- cargué la mochila de cosas, comí algún dátil y nos pusimos en marcha. En este último tramo, antes de Aizkorri, nos despedimos de todo el grupo; ya solo nos quedamos Gonzalo, SpiderAbel, Pedro, Roberto y la menda. En este tramo me pegó un bajón anímico increíble. Se me empezaron a caer las lágrimas… miraba hacia atrás, miraba el reloj y no podía creer lo que había logrado. Me quedaban apenas 20km para conseguir mi gran reto, mi sueño, un sueño por el que llevaba meses entrenando y luchando.

Llegamos a las campas de Urbia km88; me habían hablado tanto de ellas... de lo bonitas que eran y por supuesto no me defraudaron. Un lugar mágico al que tendré que volver y disfrutar de su plena belleza en condiciones. Yo llegaba ya bastante cansada, se notaban los km en las piernas, pero de cabeza iba perfecta y con más fuerza que nunca para afrontar el último tramo. Belda y Ana nos estaban esperando con los brazos abiertos, los pobres llevan horas esperándonos, pero su sonrisa en la cara era increíble

Ana me dio un masaje en la rodilla, ya que hacía unos km me había molestado bastante (mano de santo) y Belda me ayudó a rellenar los bidones y recargar la mochila de comida. Gente maravillosa que me ayudaron en esta gran locura ¡a cambio de nada!

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, ultimos kilómetros

Fue en este tramo donde Gonzalo me metió un poco de presión, “Lexuri, tienes que dar todo de ti, si no, no llegamos en 24h”. Me tomé un gel, cogí los bastones con fuerza y comencé a subir Aizkorri como si no hubiese un mañana. Tuve la gran suerte que un compañero de equipo Lander me estaba esperando para verme, se pudo delante de mí y me subió en volandas. Roberto que iba detrás mío solo me decía “venga Lexuri que llevas muy buen ritmo, lo vamos a conseguir”. Lo tenía que hacer, por las familias con niñxs con cáncer, por esos niñxs y por mi.

Llegada al Aizkorri y entrada en meta

Reto solidario Hiru Haundiak: Crónica de Lexuri Crespo, meta

Una vez llegamos a la cumbre del Aizkorri, tocaba bajar. Aizkorri no es un monte cualquiera, aquí se corre la Zegama-Aizkorri y todo el mundo sabe que es un monte técnico. Bajamos como un tiro, Lander nos iba guiando en todo momento donde pisar, dónde estaba cada rama. Por desgracia el que se terminó torciendo el tobillo fue él, menos mal que fue algo leve. Al no estar la zona marcada- como si fuese en carrera- nos perdimos y aunque llevábamos el track en el reloj algunas veces nos creaba confusión.

Volvimos a encontrar la ruta y seguimos bajando a muy buen ritmo, si os digo la verdad no tengo ni idea de donde narices sacaba las fuerzas. Si que es verdad que en los últimos km las rodillas me empezaban a molestar y solo decía: “NO PUEDO MÁS”. Pero la vocecita de Roberto solo me decía: “VAMOS TÚ PUEDES, solo te quedan 4km” Malditos 4km, fueron los más largos de mi vida. Tocamos asfalto y teníamos a familia y amigos esperándonos para ir con nosotros hacia la meta. Maleni, las mamachicho, mi madre y sus gritos, mi primo Eneko… Los pelos se me pusieron como escarpias y las lágrimas empezaron a caer por mi cara

Izaro me estaba esperando con su aita, la cogí de la mano y entramos juntas con el resto Gonzalo, SpiderAbel, Pedro, Lander, Roberto… Yo no podía parar de gritar de rabia, de llorar, ¡JODER LO HABÍA CONSEGUIDO! La emoción inundaba todo mi cuerpo, todavía se me caen las lágrimas escribiendo. Creo que hoy es el día, que todavía no me creo lo que he conseguido… Pero la tarta ya tenía su guinda.

Fue algo verdaderamente increíble y volvería a repetirlo una y mil veces más

Agradecimientos de Lexuri

Quiero dar las gracias a la Asociación de Aspanovas (asociación de padres/madres con niñxs con cancer de bizkaia) por darme esta oportunidad.

A Gonzalo gracias a ti esto ha sido posible, eres muy grande.

A ese grupo de Whatsapp reto HH por darme todo vuestro apoyo en los avituallamientos.

A Oneka Tirado, amiga fotógrafa profesional y la que me ha ayudado a gestionar todo esto en menos de un mes.

Iker Muñoz, director deportivo de RUNNEA y RUNNEA ACADEMY, mi entrenador.

A todas esas marcas que han colaborado en esta locura: Hanker-sports, Brooks Running, Kamuabu y Masnutricionysalud.

Y bueno a toda mi familia. Tanto mis padres, mi suegra, mi marido y sobre todo mi hija Izaro que es la que sufre más mi ausencia cada vez que salgo a entrenar, solo espero que esté súper orgullosa de mi.

Y nosotros, desde RUNNEA, queremos recordarte, una vez más, lo grande que eres. Gracias por hacernos partícipes, en todo momento, de tu gran reto. Por tu coraje, ganas, actitud y dedicación. Gracias por recordarnos lo bonito que es este deporte, ¡gracias Lexuri!

Fotografías: Oneka Tirado

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