Adiós Tinder, hola running: el fenómeno social del running

Que el running ha evolucionado hasta convertirse en un fenómeno social es una evidencia. Solo tenemos que echar la vista atrás y ver sus orígenes como una actividad física practicada principalmente por atletas y militares. En las décadas de 1960 y 1970, con el auge de la cultura del fitness en Estados Unidos y la popularización de eventos como la maratón de Nueva York, correr comenzó a ganar adeptos entre el público general. Jim Fixx, autor del best-seller "The Complete Book of Running" (1977), jugó un papel muy importante en este movimiento, promoviendo el running como un medio accesible para mejorar la salud y nuestra calidad de vida en el continente americano.

La práctica del running no ha dejado de crecer desde entonces. Con cada década, ha aumentado el número de personas que adoptan esta actividad ya no solo como una forma de ejercicio, sino como un estilo de vida. El running ha demostrado ser una actividad física versátil y accesible, que no requiere una gran inversión económica ni un equipamiento sofisticado, lo que ha contribuido a su popularización a nivel mundial. Pero es que lo que estamos viviendo ahora, sobrepasa el concepto de running y deporte. Hablamos de un movimiento vinculado a la socialización. Bienvenidos al Tinder más saludable, apúntate al running y haz "match".

La pandemia y el auge del running social

La pandemia de COVID-19 jugó un papel fundamental en esta transformación. Con los gimnasios cerrados y las actividades sociales limitadas, muchas personas recurrieron al running como una forma segura y efectiva de mantenerse activas. Sin embargo, lo que muchos no anticiparon fue el fuerte componente social que acompañaría a esta actividad.

Correr al aire libre se convirtió en una válvula de escape, una forma de lidiar con el estrés del confinamiento y de conectar con otros de manera segura. Las redes sociales y las aplicaciones de running, como Strava, Nike Run Club o como nuestra app de RUNNEA, permitieron a los runners populares compartir sus logros, rutas y experiencias, creando comunidades virtuales de apoyo y motivación.

Running clubs: los nuevos espacios para socializar y más

Pero también los clubes de runners han emergido como verdaderos epicentros de socialización. Laura Bernabé, una creadora de contenido de 29 años de Salamanca, se unió a un club de running buscando una comunidad con intereses similares cuando se trasladó a vivir a Madrid. “Me uní para correr y también para conocer gente nueva”, comenta Laura. “Y la verdad es que lo que he encontrado es un grupo de amigos que trasciende la parte deportiva”.

Historias como la de Laura se repiten en todo el mundo. En ciudades como Barcelona, Londres, Nueva York o Los Ángeles, los clubes de corredores no solo promueven la actividad física, sino que también actúan como plataformas para establecer nuevas amistades e incluso relaciones sentimentales. Estos clubes organizan carreras grupales y eventos sociales, como reuniones en bares locales después de las carreras, que fomentan la interacción. Un ejemplo muy evidente en España es Brooks y sus quedadas Brooks Afterwork Run. Un espacio en el que vemos como además de correr la gente se lo pasa en grande en tono a música, picoteo y buen rollo.

Las marcas deportivas y el boom del running

Las marcas deportivas han sabido capitalizar el auge del running social. Prácticamente todas las principales marcas han desarrollado líneas de productos que no solo mejoran el rendimiento, sino que también reflejan tendencias de moda y estilo. Las zapatillas de running se han convertido en símbolos de estatus y expresión personal, y las colaboraciones con diseñadores de moda han llevado este calzado a nuevas alturas en términos de popularidad y sobre todo de deseo. Y es que vemos que marcas como Adidas por ejemplo, hacen de modelos icónicos en el running como las saga Adidas Ultraboost se convierten en sneakers y zapatillas tendencia para vestir, más alla del uso que se les da para correr.

Además, estas marcas han fomentado la comunidad organizando eventos y retos virtuales que conectan a corredores de todo el mundo. Las campañas de marketing a menudo destacan historias inspiradoras de corredores, lo que no solo promociona los productos, sino que también fortalece el sentido de comunidad entre los usuarios. Otro ejemplo es la comunidad Adidas Runners en diferentes ciudades del mundo.

El bienestar emocional a través del running

Y es que correr no solo aporta beneficios físicos, sino que también juega un papel clave en el bienestar emocional. El ejercicio regular libera endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad”, que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés. Para muchos, correr se ha convertido en una forma de meditación en movimiento, un momento para despejar la mente y conectar con uno mismo.

Correr al aire libre también ofrece la oportunidad de disfrutar de la naturaleza, lo cual tiene efectos positivos adicionales en la salud mental. Diversos estudios han demostrado que pasar tiempo en entornos naturales puede reducir los niveles de estrés y mejorar el bienestar emocional. En un mundo cada vez más digital y urbanizado, estos momentos de conexión con la naturaleza son más valiosos que nunca.

La ciencia detrás del running social

La ciencia respalda la idea de que el deporte, y en particular el running, puede fomentar las relaciones sociales de manera efectiva. Un estudio de la Sloan School of Management del MIT reveló que los entrenamientos pueden ser socialmente contagiosos. Analizando datos de una red social global de rutinas de ejercicios, los investigadores descubrieron que los runners tienden a influirse mutuamente en términos de frecuencia, distancia y velocidad de sus entrenamientos. Si un corredor aumenta su tiempo de entrenamiento en 10 minutos, sus amigos tienden a aumentar su propio entrenamiento en unos tres minutos.

Esta influencia social lo que fomenta es un ambiente de apoyo y motivación, donde cada miembro del grupo se esfuerza por mejorar y alcanzar sus metas. Este tipo de competencia amistosa y ese deseo de no quedarse atrás impulsan a los corredores a superarse constantemente pero sin la presión de ponerse un dorsal.

Además, el ejercicio físico en grupo crea un sentido de pertenencia y comunidad. Las endorfinas liberadas durante el ejercicio no solo mejoran el estado de ánimo, sino que también aumentan la sociabilidad, haciendo a las personas más abiertas y receptivas a nuevas conexiones. Correr juntos implica compartir una experiencia de vulnerabilidad y esfuerzo, lo cual fortalece los lazos al generar empatía y admiración mutua. Un entorno que sin duda puede favorecer el que surjan relaciones más allá de las puramente vinculadas al running...

La evidencia científica del impacto social del running

Si sigues sin creertelo, vamos a darte más datos. El impacto del running en las relaciones sociales está respaldado por investigaciones científicas. Según un estudio publicado en la revista Nature Communications, el comportamiento de ejercicio puede ser influenciado por las conexiones sociales. Los investigadores encontraron que la actividad física de una persona puede estar significativamente influenciada por la actividad de sus amigos y contactos en redes sociales de ejercicio. Este fenómeno, conocido como "contagio social", sugiere que al estar en un entorno donde la actividad física es la norma, las personas se sienten más motivadas a mantenerse activas.

Otro estudio realizado por la Universidad de Oxford descubrió que los deportes de equipo y las actividades físicas grupales, como el running en clubes, pueden aumentar la cohesión social y el sentido de comunidad. Al parecer, los participantes en actividades físicas grupales reportan mayores niveles de satisfacción con sus vidas y una mayor conexión con sus comunidades en comparación con aquellos que practicaban deportes de forma individual.

Así que ya lo sabes, el running puede servir como un potente catalizador para formar y fortalecer relaciones sociales, ¿no te parece una buena excusa para ponerte las zapatillas y salir a correr?

El futuro del running social

Aunque hemos escuchado que el número de carreras había disminuido, la venta de zapatillas de running no ha parado de crecer. El running social muestra signos de aceleración. Las marcas deportivas van a continura explorando nuevas formas de integrar el running en la moda y la cultura popular, desarrollando productos personalizados y sostenibles que atraigan a un público cada vez más amplio.

Además, la infraestructura urbana se está adaptando para apoyar el crecimiento del running. Cada vez más ciudades están invirtiendo en la creación de parques, senderos y rutas seguras para corredores, promoviendo un estilo de vida activo y saludable. Estas mejoras van a beneficiar a los corredores, y también van a contribuir al bienestar general de la comunidad, ofreciendo espacios verdes y accesibles para todos.

Pero no es solo eso. En Europa ya estamos viendo como esa cultura del running más allá del correr va a seguir creciendo. Conocer gente, buscar nuevas experiencias, sentirnos parte de un grupo si lo unimos a salud y bienestar y lo complementamos con moda que nos haga aumentar el vínculo con nuestro deporte, solo puede derivar en una cosa... Una larga vida al running social. Adiós Tinder, hola running.