Saucony Ride 7

Tras haber probado hace un año la versión anterior de este modelo, he tenido la suerte de que, casi sin tiempo a llegar al mercado, haya caído en mis manos la última renovación que ha hecho Saucony de esta zapatilla que está consiguiendo ser un referente entre las de su segmento.

¿Y cuál es ese segmento? claramente el de las mixtas, si es que a día de hoy podemos seguir utilizando ese término: relativamente ligeras, amortiguadas y reactivas, que responden a ritmos elevados, pero también en entrenamientos largos.

La Ride 6 dejó colocado el listón muy alto, o al menos esa es nuestra opinión, y estábamos a la espera de saber qué habían intentado mejorar en esta ocasión. El camino estaba marcado y los cambios aparentemente, aunque sólo aparentemente, no parecía que fueran a ser muy significativos, potenciando en este caso la amortiguación y la estabilidad.

ANTES DE PROBARLAS

La primera impresión, curiosamente, no es la de ser un modelo rápido, especialmente si nos fijamos en el perfil interior donde sobresale una generosa mediasuela y se distingue perfectamente como se ha suprimido el arco TPU de la zona del puente con la idea de mejorar el apoyo. También nos encontramos cambios en la suela habiéndose ampliado el número y disposición de las piezas de caucho.

El upper es a la vez resistente y transpirable, el sistema de atado de cordones fiable y la calidad de los mismos, como es habitual en este modelo, muy buena.

El peso de la zapatilla para una talla 10,5 USA ronda los 280 gramos, exactamente igual que la Ride 6 y se mantiene el drop de 8 mm. En lo que no arriesgan es con los colores, dejando los diseños más impactantes para los modelos más agresivos de la marca.

PROBANDO LAS RIDE 7

El ajuste es muy cómodo, realmente cómodo podríamos decir, pero a costa de, entre otras cosas, ampliar el espacio en la parte delantera. Ahora se ha primado la estabilidad y este cambio de horma se nos antoja un detalle importante, ya que su predecesora, si bien igual no era apta para pies excesivamente anchos que podían sentirse algo incómodos, para el resto completaba un ajuste perfecto.

Desde un primer momento notamos también la diferencia de amortiguación, más suave y repartida durante todo el apoyo frente a la firmeza que demostró la anterior versión.

Como la suela es algo más plana, el contacto con el suelo es más largo provocando una transición equilibrada.

MACHACANDO LAS RIDE 7

Sin entrar a extenderme sobre las tecnologías empleadas (SRC, PowerGrid, IBR+,…) que quedan perfectamente explicadas en el apartado de características, me voy a centrar en la experiencia de correr con ellas.

Una impresión que me ha quedado bastante clara es que parece que se alejan un poco de ese perfil de zapatilla totalmente reactiva con una muy firme amortiguación y sobresaliente respuesta de la Saucony Ride 6 que se notaba en cada uno de los apoyos, para ahora incidir en la estabilidad, la comodidad y la durabilidad.

Y si hay algo realmente digno de mención es, sin duda, esa estabilidad ya comentada. Da igual el ritmo que lleves, la superficie, el tipo de entrenamiento o cualquier sorpresa que te puedas encontrar sobre la marcha porque responde incluso mejor que muchos modelos que se precian de serlo. Algo que últimamente se está penalizando en el diseño de algunas zapatillas al primar la ligereza y la reactividad.

El aterrizaje que los últimos modelos de la Ride nos invitan a hacer claramente con la parte media del pie requiere de una buena técnica de carrera para ser aprovechado en su máxima expresión, es decir, para que la transición sea óptima y se pueda aprovechar en el despegue la energía que empleamos en el apoyo. No nos olvidemos que todo no lo puede hacer la zapatilla, ni esta ni ninguna.

¿Quiere eso decir que sólo la pueden usar gente de esas características?

No, pero ya que a día de hoy tenemos docenas de modelos en el mercado para elegir según nuestro peso, ritmos, tipos de pisada, apoyo, técnica de carrera, etc lo ideal es que usemos aquellas que se ajusten a esos parámetros y en este caso se trata de una zapatilla que cuanto más nos acerquemos al perfil de corredor para la que va dirigido, más partido le conseguiremos sacar.

La Ride 7 te "obliga" a entrar con el pie más plano buscando la zona media, absorbiendo con suavidad y distribuyendo la energía para lograr una secuencia de apoyo muy natural. En atletas de pesos bajos y medios con ritmos de entrenamiento ligeros es con quien la zapatilla se mostrará más a gusto y corresponderá dando de sí lo mejor. En rodajes entre 4:00 y 4:30 va como la seda, ni la notas, aunque cuando nos metemos en ritmos altos de series o carreras cortas a lo mejor se queda un poquito atrás. Algunos podemos echar en falta en ese momento un poco más de firmeza y reactividad, además de que la horma y el upper nos abracen un poco más el pie.

En conclusión, gran zapatilla para rodar y rodar en un abanico relativamente amplio de ritmos, con una óptima sensación de suavidad, comodidad y, sobre todo, estabilidad. Buen agarre, buenos materiales y durabilidad. Yo le he hecho ya unos 150 kms y todavía caerán muchos más.

Es un modelo para los fanáticos de Saucony, también, pero con salvedades, para los que nos enamoramos de la Ride 6 (¡ha cambiado!), para corredores de hasta 80 kgs y buenos ritmos, para entrenamientos largos y para gozarla.

Mi valoración

• Ligereza: 8,5.
• Flexibilidad: 8,5.
• Estabilidad: 9,5.
• Amortiguación: 9.
• Respuesta: 8,5.
• Agarre: 9.

Fotos: Itziar Loizaga

Así fue la review de las Saucony Ride 7 en imágenes